SUPERVIVENCIA
INFANTIL
Una crisis humanitaria, sea provocada por un desastre natural o consecuencia de un conflicto, supone siempre un especial riesgo para la supervivencia infantil.
Las emergencias provocan que millones de niños no puedan acceder a un agua segura o potable, ni a un sistema de saneamiento seguro que les proteja frente a muchas enfermedades. En Gaza, por ejemplo, el bloqueo tras años de conflicto, ha provocado que la única fuente de agua potable esté contaminada con fertilizantes y desechos orgánicos humanos y beberla es demasiado peligroso. Los niños y sus familias se ven obligados a beber agua sucia y peligrosa para su salud que los deja más débiles y enfermos.
La inestabilidad de las crisis empeora el ya precario acceso a los alimentos y a los servicios sanitarios en muchos países, exponiendo a la salud de los niños a un grado de vulnerabilidad máxima.
Nuestra respuesta en salud y nutrición en emergencias se centra en programas de cuidado y asistencia médica a las madres y los recién nacidos; de prevención, vacunas y control de enfermedades transmisibles y de promoción de la lactancia materna y otras medidas para tratar la desnutrición.
En las comunidades, trabajamos con personal y voluntarios locales para mejorar hábitos de higiene y de consumo del agua y fomentamos el desarrollo de espacios seguros y limpios para los niños, especialmente en las escuelas. Tanto cuando han tenido que huir a campos de desplazados, como cuando permanecen en sus hogares, apoyamos a las familias para mejorar la calidad del agua que consumen, a través de distribuciones o de la construcción de pozos, y para que dispongan de inodoros que permitan a los niños vivir en las condiciones de higiene que necesitan.