Cásate contra el
matrimonio infantil

El matrimonio forzado de niñas vive su primer crecimiento en dos décadas: se prevé que, si no se adoptan medidas extraordinarias, el número de matrimonios infantiles aumente en 10 millones para 2030. Se calcula que el número de niñas que contrae matrimonio cada año ronda los 12 millones, de los cuales, 2 millones se casaron antes de cumplir los 15 años. Esto supone un matrimonio forzoso cada 7 segundos.

Las causas son combinadas, pero muy claras: después de la pandemia de covid-19 ha llegado la peor crisis alimentaria mundial desde los años 80, a lo que se ha sumado la emergencia climática y los nuevos y continuos conflictos.

Es en África Occidental y Central donde se concentran las tasas más altas. Por eso, la actriz Úrsula Corberó, primera embajadora global de Save the Children procedente de España, ha viajado con nuestro equipo a Senegal, donde tenemos en marcha un exitoso proyecto de prevención del matrimonio infantil. Sólo en la región de Kolda, más de 1.300 alumnos y alumnas participan en él; incluyendo a padres, madres y profesorado alcanza a 2.000 personas.

Casarse temprano trae una serie de consecuencias casi irreversibles: las niñas dejan de estudiar y se quedan sin futuro, condenadas a quedarse en casa y hacerse cargo de las labores domésticas y la crianza de los hijos.

Muchas se quedan embarazadas siendo aún adolescentes, lo que aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo o el parto. El guion de sus vidas cambia para siempre contra su voluntad. El matrimonio forzoso las expone además a la violencia y el abuso sexual.

La pobreza aumenta el número de niñas obligadas a casarse

En la mayoría de las regiones, las niñas que crecieron en los hogares más pobres tenían cuatro veces más posibilidades de contraer matrimonio que las niñas de los hogares más pudientes.

Afganistán es el ejemplo paradigmático de que el aumento del hambre supone casi inmediatamente un aumento de las uniones forzosas de niñas. Pero después de la guerra de Ucrania y la disminución del grano disponible, el riesgo es ahora mundial.

La importancia de la educación

Para las niñas, la escuela es a menudo un factor de protección frente a embarazos precoces, así como contra el matrimonio forzoso. Las pone en contacto con adultos de confianza, las forma para conocer sus derechos y las anima a participar en la sociedad y a convertirse en líderes de sus comunidades. Por eso, alargar su estancia en el colegio, si es posible hasta la educación secundaria, garantiza una vida mejor para ellas.

Las niñas no quieren verse forzadas a casarse con nadie y están dispuestas a organizarse para conseguirlo. Desde Save the Children, les damos la educación y las herramientas para que sean quienes quieran ser. En nuestros programas las niñas acceden a un “club de chicas”. Se trata de un espacio en el que las apoyamos que se sientan seguras, que tengan confianza en sí mismas, que tengan grupos de apoyo entre ellas, y que decidan qué quieren ser. Hace dos años, aún muchas se veían casadas antes de los 15 años. Ahora quieren cumplir sus aspiraciones.
Trabajamos también con los chicos, padres y madres, y personas claves de la comunidad, como profesores y profesoras, asociaciones o líderes religiosos, para fomentar una cultura de respeto a los derechos de las niñas  Además, coordinamos sistemas de protección frente a las violencias y reforzamos los que existen.

Para la actriz Úrsula Corberó es la primera campaña con Save the Children y apoyará el trabajo de nuestra organización sobre todo en cuestiones relacionadas con la discriminación que sufren las niñas y las mujeres por el hecho de serlo. Este ámbito puede englobar asuntos como el acceso a la educación de las niñas, la lucha contra el matrimonio infantil forzado, la mutilación genital femenina o la trata con fines de explotación sexual. Además, nos apoyará también en situaciones de emergencia humanitaria.