Educación y conflictos
Los conflictos armados mantienen fuera de la escuela a cerca de 50 millones de niños. Más de la mitad de todas esas ausencias son niñas. El porcentaje de niños que no reciben educación en países afectados por conflictos ha pasado del 42% en 2008 al 50% en 2001. Las bombas caen, cada vez más, dentro de las aulas.
Los conflictos reducen de muchas maneras las oportunidades de que un niño o una niña reciba una educación de calidad. Para un gobierno debilitado en un país frágil mantener la educación, especialmente en las zonas más remotas, es casi imposible. En muchos casos las dificultades son extremas porque los ataques forman parte de una estrategia directa contra la educación: buscan ocupar o destruir las escuelas y amenazar o agredir a los propios profesores y estudiantes.
En los países afectados por conflictos en los que trabajamos, la educación es una parte esencial en nuestra respuesta. Destinamos gran parte de nuestros recursos para que los niños puedan volver a las aulas cuanto antes; cuando la reconstrucción de las escuelas es imposible, establecemos espacios de aprendizaje temporales donde los niños aprendan y se sientan seguros. Creemos que la educación no es sólo una herramienta de aprendizaje, sino que también puede mitigar los efectos de un conflicto sobre los niños y reconstruir la paz en países afectados por conflictos armados. Por eso trabajamos para incidir sobre los gobiernos y la comunidad internacional para que se comprometan a priorizar la educación de los países en conflicto, a destinar los fondos que necesita y a garantizar que las escuelas dejan de ser objetivos de ataque.
El primer día de escuela de Aya
Aya tiene 7 años. El conflcto de Siria, su país, estalló cuando todavía era pequeña y nunca ha podido ir a la escuela. Mañana es su primer día y está ilusionada. Sin embargo, todavía hoy no ha podido asimilar lo que le ha pasado. Y aunque es pequeña, todavía recuerda lo que ocurrió.