En este tercer informe de ‘No a la guerra contra la infancia’ desde Save the Children revelamos tendencias impactantes en las amenazas a la seguridad y el bienestar de los niños y niñas que viven en zonas afectadas por el conflicto. En 2005, la ONU empezó a registrar las seis violaciones graves contra la infancia que vive en países en guerra: muerte y mutilación, reclutamiento, secuestro, violencia sexual, ataques contra escuelas y hospitales y negación del acceso a la ayuda humanitaria.

En 2018, las violaciones graves constatadas contra la infancia alcanzaron un récord histórico. Si bien el número de menores en zonas de guerra ha disminuido en un año de 420 millones a 415 millones, el informe alerta de que los peores crímenes que pueden cometerse contra la infancia siguen en aumento. Al mismo tiempo el número de niños y niñas que viven en zonas de conflicto de alta intensidad (denominadas así porque en ellas se producen más de 1.000 muertes al año debidos a los enfrentamientos) asciende a la alarmante cifra de 149 millones, más de 18 veces la población de niños y niñas que hay en España. 

El informe incluye por primera vez un análisis con enfoque de género sobre cómo las seis violaciones graves contra la infancia afectan de distinto modo a las niñas y los niños durante los conflictos. Así, por ejemplo, las niñas están mucho más expuestas que los niños a ser violadas o a ser víctimas de matrimonio infantil. Por su parte, los niños están más expuestos a los asesinatos, las mutilaciones, los secuestros y los reclutamientos por parte de fuerzas o grupos armados al pasar más tiempo fuera del hogar.

Además, a través de este informe insistimos en la importancia de aumentar la financiación para la protección y recuperación de la infancia víctima de las guerras. Por ejemplo, en 2018 solo se gastó un promedio de menos de 3 euros al año en cada niño o niña que necesitaba ayuda humanitaria.

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