Por el derecho a la educación de los niños refugiados
Hoy nos enfrentamos al mayor desplazamiento forzoso de la historia, con más de 65 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad, incluyendo a 20 millones de refugiados. Si todas estas personas fueran reasentadas en un mismo territorio, se trataría del vigesimoprimer país más grande del mundo, y los niños constituirían la mitad de su población.
En nuestro trabajo diario con las niñas y niños refugiados somos testigos de cómo, en la mayoría de los casos, éstos tienen acceso a un nivel de servicios sanitarios y protección muy inferior con respecto a los niños nacionales de los países en los que viven. Y esto es especialmente preocupante cuando hablamos del derecho a la educación: 3.6 millones de niños están sin escolarizar. De hecho, los niños refugiados tienen cinco veces menos probabilidades de asistir a la escuela que los demás niños. Y cuando acceden a la educación, ésta es de una calidad muy pobre.
El próximo 19 de septiembre, en la Reunión de Alto Nivel para abordar los grandes movimientos de refugiados y migrantes de la Asamblea General de la ONU, los líderes mundiales adoptarán una declaración política en la que reconocen su responsabilidad compartida ante la crisis global de refugiados y se comprometen a dar asistencia y protección a las personas refugiadas y migrantes. A su vez, la Cumbre de Líderes sobre refugiados convocada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el 20 de septiembre, constituye una importante oportunidad para hacer realidad el principio de responsabilidad compartida.
Nos hemos dirigido al presidente de España en funciones, Mariano Rajoy, y al resto de líderes mundiales para exigirles que se comprometan a un nuevo pacto para los niños refugiados y desplazados – un pacto que garantice su derecho a una vida segura y productiva, ofreciendo soluciones de largo plazo a situaciones de desplazamiento prolongado, asegurando su protección y garantizando una educación de calidad para todos los niños refugiados.
Exigimos al Gobierno español y al resto de líderes mundiales:
• Que se comprometan a escolarizar a los 3.6 millones de niñas y niños refugiados que no van a la escuela y a mejorar la calidad de su educación, dando apoyo a los gobiernos que acogen a refugiados para que desarrollen e implementen planes de acción educativa.
• Cerrar la brecha de financiación para la educación de los refugiados, comprometiendo fondos para los planes de acción educativa, incluso a través del fondo de educación para las emergencias “Education cannot wait”.
• Establecer mecanismos de rendición de cuentas para asegurar el cumplimiento de los compromisos asumidos en las cumbres sobre refugiados y migrantes de septiembre, incluso comprometiéndose a celebrar una cumbre de seguimiento dentro de un año.
• Por otro lado, instamos una vez más al Gobierno español a cumplir con los compromisos ya asumidos en materia de reubicación y reasentamiento, incrementando de manera significativa e inmediata el número de plazas a disposición, y destinando los recursos necesarios para la acogida e integración de las personas refugiadas en España.
La educación de millones refugiados no puede esperar. Estas cumbres son una oportunidad para provocar cambios tangibles y medibles en la vida de muchos niños.