Una media de 5 niños y niñas palestinos mueren o resultan heridos cada día en Cisjordania desde octubre

Destrucción tras una incursión de las fuerzas israelíes en el campamento de Tulkarem, Cisjordania ocupada

 

Ramala, 17 de septiembre de 2024 - El número de niños y niñas muertos o heridos por las fuerzas israelíes y los colonos en Cisjordania se ha más que duplicado desde el pasado mes de octubre, con 158 muertos y al menos 1.400 heridos. Además, persiste la preocupación de que se produzcan más víctimas tras una escalada significativa de la violencia en las últimas seis semanas, asegura Save the Children.   

Según los últimos datos, 115 niños y niñas murieron por disparos mortales entre el 7 de octubre y el 14 de agosto, el triple que en los 10 meses anteriores. Otros han muerto en ataques aéreos y con aviones no tripulados. 

Con un total de 1.558 víctimas infantiles, esto supone una media de cinco niños y niñas muertos o heridos al día desde octubre. Save the Children hace un llamamiento a la comunidad internacional para que adopte medidas que garanticen la rendición de cuentas por las violaciones cometidas contra la infancia y exige el cese inmediato del uso excesivo de la fuerza contra la población civil, especialmente sobre los niños y niñas, en Cisjordania.  

El último llamamiento a la acción se produce tras el aumento de la violencia en Cisjordania desde octubre de 2023, que se intensificó en agosto con el incremento del uso de ataques aéreos y el lanzamiento de la "Operación Campamentos de Verano" en pueblos y ciudades, cuyo objetivo, según el ejército israelí, era desmantelar los grupos de resistencia palestinos.  

Se calcula que 70 personas, entre ellas 10 niños y niñas, han muerto desde principios de agosto, según el Ministerio de Sanidad, y más de la mitad de ellas desde el inicio de la operación militar, el 28 de agosto.  

Según la ONU, entre las muertes de niños y niñas ocurridas en septiembre se encuentra un incidente del que se ha informado ampliamente, ocurrido el 5 de septiembre, cuando las fuerzas israelíes dispararon e hirieron a un adolescente de 16 años en Tubas, en el norte de Cisjordania, al que luego se le negó tratamiento médico y se le disparó de nuevo mortalmente antes de que su cuerpo fuera arrastrado por una excavadora.  

Save the Children afirma que el aumento de la violencia está obstaculizando la prestación de ayuda, al dificultar los desplazamientos del personal humanitario, cortar los canales de comunicación y el suministro eléctrico y bloquear el acceso a las familias en las zonas atacadas. Esto incluía el campo de refugiados de Tulkarem, donde Save the Children se vio obligada a cancelar las operaciones previstas el 11 de septiembre debido a una segunda incursión militar israelí.

Esta escalada, condenada por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, pone de manifiesto un nivel de fuerza sostenido y alarmante y tácticas similares a la guerra en una zona que, según el derecho internacional humanitario, no vive un conflicto armado. El uso permisible de la fuerza está severamente restringido en contextos en los que no existe conflicto.    

Dalia [nombre ficticio], de 12 años, del campo de refugiados de Tulkarem, describe el impacto de las incursiones: “El segundo día de la incursión, sentí mucho miedo por los ataques aéreos y los disparos. Al tercer día, tenía aún más miedo porque las fuerzas israelíes asaltaron nuestra casa. Entraron gritando y mi madre intentó hablar con ellos, pero invadieron la casa y registraron todas las habitaciones. Les teníamos mucho miedo. No hay seguridad para nosotros. En cualquier momento pueden volver y en cualquier momento se van, no lo sabemos”.  

El campo de refugiados de Tulkarem fue asaltado por segunda vez al día siguiente de entrevistar a Dalia.  

Hind [nombre ficticio], la madre de Dalia, añadió que, durante la redada, la familia se quedó sin alimentos, agua, pan ni electricidad: “Las fuerzas israelíes se reunieron por la noche, comenzaron la redada y permanecieron aquí mucho tiempo, asaltando nuestra casa, aterrorizando a los niños y niñas, separándolos y asustándolos. Volaron la puerta. Mi hija pequeña no pudo controlarse y se orinó encima. Dalia estaba de pie, temblando en un rincón. Me apuntaron con sus armas y me ordenaron que bajara sin coger nada”. 

Asegura que los niños y niñas están constantemente asustados, privados de las cosas más sencillas: “Su salud mental se deteriora. Estos niños y niñas merecen algo mejor. Merecen ser niños y niñas, no vivir con el miedo constante a redadas y tiroteos”, cuenta Hind.  

Además de la escalada de violencia en Cisjordania, desde el pasado octubre se ha producido un aumento de las detenciones arbitrarias, los encarcelamientos y los malos tratos a niños y niñas en el sistema de detención militar israelí, más desplazamientos forzosos de familias, demolición de viviendas y un fuerte incremento de los ataques violentos por parte de colonos israelíes.    

Jeremy Stoner, director regional de Save the Children para Oriente Medio, alerta sobre la gravedad de la situación: “Estas acciones no son incidentes aislados, forman parte de una tendencia de aumento de las operaciones militares israelíes y del uso de la fuerza que están erosionando sistemáticamente la seguridad y los derechos fundamentales de los niños y niñas palestinos, que están pagando el precio más alto en esta escalada de violencia. Todos los días mueren niños y niñas, resultan heridos o quedan gravemente afligidos, y sus familias sufren pérdidas inimaginables. Este entorno les priva de servicios esenciales e incluso de la seguridad básica de sus hogares, arrancándoles la sensación de seguridad cuando más la necesitan”.  

La operación militar israelí se produjo seis semanas después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) -máximo tribunal de la ONU- declarara que la presencia continuada de Israel en los territorios palestinos ocupados es ilegal.    

Save the Children lleva prestando servicios esenciales y apoyo a los niños y niñas palestinos en todo el territorio palestino ocupado desde 1953. En las zonas del norte de Cisjordania afectadas por la última escalada de violencia, proporciona ayuda en metálico a las familias, apoyo educativo a niños y niñas, profesores y cuidadores, y trabaja con socios, entre ellos YMCA, para proporcionar apoyo psicosocial y de salud mental a niños y niñas y cuidadores.  

 

Más información 

Según la OCHA, entre el 7 de octubre y el 14 de agosto, el número de niños y niñas palestinos muertos por munición real disparada por las fuerzas israelíes casi se ha triplicado en comparación con los diez meses anteriores, pasando de 39 a 115. El número de niños y niñas heridos por munición real israelí se ha más que duplicado, con 1.411 heridos en comparación con 615 en los diez meses anteriores. El total de víctimas infantiles por munición real israelí es de 1.526 en un periodo de diez meses, con una media de 5,08 víctimas al día.  

Entre el 7 de octubre de 2023 y el 2 de septiembre de 2024, la ONU registró unos 1.300 ataques de colonos israelíes contra palestinos. En el mismo periodo, las autoridades israelíes destruyeron, demolieron, confiscaron o forzaron la demolición de 1.478 estructuras palestinas en Cisjordania, desplazando a más de 3.477 palestinos, incluidos unos 1.485 niños y niñas. Esto supone más del doble de los desplazamientos registrados durante el periodo equivalente anterior al 7 de octubre.  

Desde octubre de 2023, los ataques aéreos israelíes han matado a 136 palestinos y han dejado 41 heridos. En comparación, entre 2020 y octubre de 2023, sólo seis palestinos murieron en ataques aéreos, todos en 2023.