Las mujeres son las principales personas adultas refugiadas y suponen la mayoría de docentes en el país, hecho que está afectando al acceso a la educación
Kiev, 4 de abril de 2022. Una media de 22 escuelas cada día han sido atacadas en Ucrania desde el comienzo de la guerra hace cinco semanas, con operaciones militares interrumpiendo la educación de los 5,5 millones de niños y niñas que quedan en el país, según Save the Children.
Al menos 869 instalaciones educativas, alrededor del 6% de todas las escuelas del país, han resultado dañadas y 83 están completamente destruidas, según el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania.
Alrededor del 43% de los ataques a colegios han tenido lugar en el este de Ucrania, donde vivían más de 400.000 niños y niñas antes de que el conflicto se intensificara el 24 de febrero. Las bombas han destruido 50 edificios educativos solo en la ciudad sitiada de Járkov.
Hasta el momento, más de dos millones de niños y niñas han huido de la guerra en Ucrania, mientras que aproximadamente 5,5 millones permanecen en el país, en grave riesgo de sufrir daños físicos y emocionales mientras los bombardeos siguen destruyendo barrios completos.
Save the Children asegura que el conflicto ha exacerbado un contexto educativo ya complicado en Ucrania. Antes de la escalada de la crisis, el 30% de las instalaciones educativas en el este del país no tenían suficiente profesorado. Desde hace semanas, miles de maestros y maestras huyen de sus hogares todos los días, por lo que hay una escasez cada vez mayor de personal educativo en Ucrania. La mayoría del profesorado en el país son mujeres, hecho que aumenta la escasez dado que la mayoría de las personas que huyen del conflicto son, además de niños y niñas, mujeres.
“La educación está siendo atacada en Ucrania. El alumnado y profesorado deben ser protegidos de los horrores de esta guerra”, alerta Pete Walsh, director de Save the Children Ucrania. “Las escuelas deben ser lugares seguros y estar libres de ataques en todo momento. El aprendizaje no puede ni debe dejarse de lado en tiempos de crisis; es crucial para la protección, la supervivencia y el futuro de los niños. El acceso a una educación segura brinda a los niños y las niñas estabilidad durante una emergencia”, añade.
La organización recuerda que este conflicto lleva activo ocho años en varias partes del país, algo que ha afectado a la educación de los niños y niñas durante este tiempo y ha provocado que cientos de escuelas sean dañadas o destruidas.
Los ataques a colegios y otras instalaciones educativas se consideran una violación grave de los derechos de la infancia y pueden, según Save the Children, constituir un crimen de guerra. Las escuelas en el este de Ucrania han estado bajo el fuego desde que comenzó el conflicto en 2014, con más de 750 colegios destruidos, dañados u obligados a cerrar antes de la reciente escalada de violencia.
Save the Children recuerda que, mientras continúen los combates, existen obligaciones legales internacionales de tomar todas las precauciones necesarias para proteger a la población y los bienes de carácter civil, incluidas escuelas y hospitales. La organización pide a las partes que defiendan la naturaleza civil de las escuelas, al alumnado y al personal educativo, así como que se abstengan del uso militar de las instalaciones educativas. También debe evitarse la utilización de armas explosivas en zonas pobladas, ya que se corre el riesgo de causar graves daños a la población civil, en particular a los niños y las niñas. Hasta la fecha, estas son las principales causas de daños a civiles.
Save the Children en Ucrania
El equipo ha entregado asistencia alimentaria en Chernovtsi y 230 toneladas de productos alimentarios de alto valor energético están en camino de Odessa. Se están distribuyendo 400.000 kits de higiene en el suroeste y 20 toneladas adicionales de productos alimenticios y los primeros 5.000 de los 60.000 kits médicos para traumatismos que vamos a distribuir están en camino. Solo han pasado unas pocas semanas, pero estamos llegando a cientos de miles de niños, niñas y familias en áreas críticas y de difícil acceso con asistencia para salvar vidas.
La organización ha estado operando en el este de Ucrania desde 2014. A lo largo de los ocho años de conflicto, ha entregado ayuda humanitaria esencial a niños, niñas y sus familias, incluida la distribución de kits de invierno y kits de higiene. También se han realizado transferencias de efectivo a las familias para que puedan cubrir necesidades básicas como alimentos, alquiler y medicinas, o para que puedan invertir en la creación de nuevos negocios.
Además, en colaboración con escuelas y centros educativos, estamos ayudando a los niños y niñas a superar los impactos psicológicos del conflicto y la violencia, aumentando su capacidad para hacer frente a las tensiones en su vida diaria.