- El 13,1% de niñas, niños y adolescentes en España viven en hogares que no pueden mantener una temperatura adecuada en invierno.
- Enfermedades respiratorias, absentismo escolar y heridas por quemaduras son algunas de las secuelas que sufren los niños que pasan frío en casa.
- Save the Children publica un análisis sobre cómo afecta la pobreza energética en las familias con hijas e hijos.
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Madrid, 2 de febrero de 2023 – Solamente el 16% de los hogares españoles en los que se pasa frío en invierno y no pueden pagar las facturas de la luz y el gas cuenta con el apoyo del bono social. Eso en un contexto en el que 4,5 millones de personas abonan sus facturas con retraso por dificultades económicas y más de 6,7 millones no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada. Además, el 13,1% de niñas, niños y adolescentes vive en estos hogares, según un análisis que publica hoy Save the Children.
La organización denuncia que la falta de cobertura del bono social sigue siendo alarmante y reclama medidas efectivas al respecto. A diferencia de los hogares constituidos sólo por personas adultas, las familias con hijos o hijas a cargo afrontan más situaciones de endeudamiento, ya que priorizan su bienestar. Mientras que para el gasto desproporcionado destacan los hogares monoparentales, las familias numerosas tienen un riesgo mayor de verse en una situación de pobreza energética escondida, es decir, que infrautilicen la energía.
Carmela del Moral, responsable de Políticas de Infancia de Save the Children, afirma: “No para de crecer el número de familias que no ponen la calefacción en invierno por no poder pagar la factura o que la ponen menos de lo que deberían para evitar pagar facturas que no pueden asumir”.
Según los datos disponibles, casi un 17% de las familias españolas tienen un gasto desproporcionado en energía y más de un 10% consumen menos energía de la que deberían por miedo a no poder pagarla.
Sanae vive en Barcelona con su hermano y su hija de 9 años. “El fin de semana, cuando utilizo el horno, dejo las puertas abiertas para que se caliente un poco la casa”, cuenta. No tiene calefacción, pero sí una factura de luz pendiente porque ahora mismo no puede hacer frente a este gasto. "Mi hija es muy friolera y cuando hace mucho frío se pone ropa, pijama y un jersey por debajo, y una bata. Nos metemos en la cama y la voy abrazando para que se caliente hasta que se duerme", añade.
Las consecuencias de la pobreza energética en la infancia
El impacto que la pobreza energética tiene en la infancia y la adolescencia es desproporcionado, especialmente en los primeros años de vida, ya que los niños y las niñas pasan más tiempo en casa que los adultos.
“Más allá del efecto dañino en la salud física, con consecuencias asociadas a problemas respiratorios y al aumento de visitas al hospital, la pobreza energética afecta también A la salud mental de la infancia y la adolescencia”, denuncia Del Moral. “Vivir en casa el estrés financiero y el endeudamiento pueden provocar o agravar problemas de estrés y salud mental entre los miembros de la familia, incluidos los niños, niñas y adolescentes”, detalla.
En cuanto a las consecuencias en la educación, varias investigaciones han demostrado que la pobreza energética puede estar asociada al absentismo escolar y a un peor rendimiento en el colegio, junto con situaciones de acoso, estigma y aislamiento.
Además, existen otros efectos de la precariedad energética, como la falta de seguridad en algunas viviendas para tratar de mantener la casa caliente. Incendios y otros accidentes pueden poner en riesgo la vida de toda la familia debido a conexiones irregulares a la red de suministro o bien por el uso de método alternativos para calentarse o iluminarse, como velas y braseros. Los niños y niñas son víctimas especialmente propicias a estos accidentes.
¿Qué medidas serían efectivas para reducir la pobreza energética?
En su análisis, Save the Children lista algunas medidas clave como, por ejemplo, convertir en permanentes las ayudas temporales de emergencia; reformar el bono social para que este se otorgue automáticamente a las familias que se encuentran bajo el umbral de la pobreza, independientemente del tipo de compañía con la que hayan contratado el bono social, y que en el umbral de acceso para las familias con hijos e hijas a cargo se tenga en cuenta el coste de vida en cada territorio, así como crear espacios en los que se tramiten todas las cuestiones informativas y de prestación relacionadas con la provisión de energía. También, con una visión más a medio y largo plazo, apostar por la rehabilitación de edificios con un criterio de equidad y accesibilidad y una perspectiva de infancia -mejorando la eficiencia energética de las casas-.
La organización valora muy positivamente el escudo social energético puesto en marcha por el Gobierno, aunque considera que se puede hacer más para conseguir que las familias puedan hacer frente a las olas de frío que estamos viviendo estos días. “Lo hemos visto en 2021, con la aprobación de una partida excepcional en los Presupuestos Generales del Estado de 202,5 millones de euros destinada a la financiación del bono social térmico, lo que representa un incremento de 100 millones respecto al ejercicio anterior. Es cuestión de voluntad política”, asegura del Moral.
De hecho, existen distintos casos de éxito en Europa. La mayoría de medidas relacionadas con la energía en nuestros países vecinos están relacionadas con la transición verde o la lucha contra los sobrecostes, aunque casi ninguna tiene una perspectiva específica de infancia. En Portugal, por ejemplo, cuentan con medidas de automatización y coordinación institucional, en Francia con un bono energía vinculado automáticamente a la renta y, en Irlanda, dan prioridad a la rehabilitación de viviendas en las que residen menores de 12 años con problemas respiratorios.
Respecto al coste económico de estas medidas, la entidad especializada en infancia ve margen para que sean los actores del mercado eléctrico quienes asuman, al menos en parte, el coste de la ampliación del bono social a una tarifa progresiva de luz y gas.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 120 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas. En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social.
Notas para la edición:
- Metodología: Los datos del análisis se extraen a partir de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética (ENPE) 2019-2024 y de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2021.
- Disponemos de portavoces para entrevistas.
- En este link hay vídeos de testimonios.
- En este link hay entrevistas a especialistas:
- David Andina, pediatra en urgencias
- Cristina Enrique Vicent, psicóloga-psicoterapeuta experta en infancia, adolescencia y familias
- Mar Pujol, maestra y directora en una escuela de Barcelona
- Roberto Barrella, experto en energía y pobreza
- Carmela del Moral, responsable de Políticas de Infancia de Save the Children