Save the Children: tras la pandemia, sólo un 40% de niñas y niños entre 4 y 14 años consumen frutas y verduras a diario en Euskadi

•    1 de cada 4 niñas y niños en Euskadi tiene exceso de peso (sobrepeso u obesidad).

•    En 2020, el 22,5% de los niños y niñas que viven en situación de pobreza real en Euskadi no tenían acceso a una comida proteínica diaria (EPDS, 2020).

•    Sólo en el 30% de los hogares de renta baja los niños, niñas y adolescentes practican actividades físicas o deportivas regularmente.

•    Debido a la pandemia, los niños, niñas y adolescentes vascos duermen 37 minutos menos de media en comparación con 2017.

Informe Anexo Euskadi: https://stces.me/3Jgkpul

Informe estatal:  https://stces.me/3j3pM5w

Recursos para medios: https://stces.me/3j625tk

Bilbao, 6 de abril de 2022. Un año y medio después de la declaración del estado de alarma, el porcentaje de niños, niñas y adolescentes (4-16 años) que tenían exceso de peso (sobrepeso u obesidad) en Euskadi era del 24,7%, cifra muy similar a la de antes de la pandemia que se situaba en el 25% de 2017, según el informe Adiós a la dieta mediterránea: nutrición y hábitos saludables de la infancia en Euskadi de Save the Children. Esta situación se puede ver agravada por el aumento de precios en verduras y frutas como consecuencia de la reciente inflación desbocada.



“La obesidad y el sobrepeso infantil son un grave problema de salud pública actual y futura.  Los niños y niñas con exceso de peso tienen una gran probabilidad de convertirse en adultos obesos o con sobrepeso y un mayor riesgo de sufrir enfermedades (cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer), peor calidad de vida o morir de forma prematura. Adquirir buenos hábitos en la infancia es un seguro de vida para el futuro” ha señalado Charo Arranz, Directora de Save the Children en Euskadi.

El informe desarrolla un análisis de los determinantes y causas del sobrepeso y obesidad infantil y, establece una serie de recomendaciones a partir de las necesidades detectadas en materia de nutrición y hábitos con el objetivo de mejorar la salud y calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes en Euskadi.

Save the Children realizó una encuesta en septiembre de 2021 a 112 padres y madres (2.000 a nivel estatal) para entender el impacto de la crisis de la COVID-19 en la nutrición y la salud de los niños y niñas de España. Se trata de un análisis comparativo con la Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE), llevada a cabo por última vez en 2017.

La renta, factor decisivo

Los principales determinantes de la obesidad y el sobrepeso en la infancia son la calidad de su alimentación, la actividad física que realizan o el número de horas que pasan durmiendo o frente a una pantalla, además de factores ambientales, culturales y biológicos -si sus padres y madres son obesos tienen más posibilidades de sufrir exceso de peso-. Pero como demuestra el informe es, sobre todo, el nivel socioeconómico el que determina la salud nutricional de ese niño o niña y sus hábitos saludables. 

La última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales (EPDS) mostraba que el principal problema tenía que ver con el deterioro observado en el acceso diario de los grupos más desfavorecidos de la población menor de edad a una comida proteínica y a frutas y verduras. Los datos confirmaban un importante aumento, en el año 2020, de la proporción de niños y niñas en Euskadi con problemas de acceso a una alimentación proteínica (3,4%), y al consumo diario de frutas y verduras (2,8%). En 2020, el 22,5% de los niños y niñas que viven en situación de pobreza real en Euskadi no tenían acceso a una comida proteínica diaria, y el 20,4% no podía acceder a fruta y verdura cada día. Estas problemáticas afectaban respectivamente al 7% y 4,8% de la población menor en ausencia de bienestar.  

Adiós a la dieta mediterránea resalta que con la pandemia se ha reducido el porcentaje de niñas y niños que consumen frutas y verduras en Euskadi: si en 2017 lo hacían a diario más del 75% de entre 4 y 14 años, en septiembre de 2021 este valor se redujo hasta el 40%.  En contrapartida, se redujo también el consumo de productos nocivos. El consumo a diario de alimentos grasos se ha reducido en casi un 60%. Una hipótesis acerca de esta reducción radicaría en las restricciones de movilidad y al cierre comercial y de espacios de ocio.

Además, el informe destaca que vivir en un hogar con renta baja en Euskadi dispara la probabilidad de sufrir obesidad o sobrepeso en la infancia. “Los hogares con menores ingresos –cuentan con menos posibilidades de acceder a los alimentos necesarios para una dieta equilibrada, de sufragar actividades extraescolares o de ocio no sedentario o tratar problemas de salud como los trastornos de conducta alimentaria o las patologías bucodentales, estrechamente relacionadas con patrones alimentarios inadecuados” explica Arranz. 

“Pantallismo”, horas de sueño y ejercicio físico

La OMS recomienda un máximo de 2 horas al día frente a una pantalla para conseguir un desarrollo físico, psicológico y social adecuado, pero vemos que tras la COVID-19 casi se ha duplicado el porcentaje de niños y niñas que pasa más de dos horas al día frente a una pantalla, aumentando del 16% de 2017 hasta el 28% en 2021. La tasa es mucho mayor en los hogares pobres donde 1 de cada 2 niños y niñas superan el máximo de horas recomendado por la OMS. 

Hay que tener en cuenta que las horas dedicadas a estos dispositivos afectan a otros hábitos saludables, como por ejemplo las horas de sueño, reduciendo la cantidad y calidad del mismo. Tras la pandemia, los niños, niñas y adolescentes vascos duermen 37 minutos menos de media. Esto supone una reducción del 6,5% en las horas medias de sueño, en comparación con 2017 (9,5 horas). En 2021, casi el 92% de los niños y niñas en Euskadi duermen menos horas de las recomendadas por la Asociación Española de Pediatría (AEP) (10 horas diarias de sueño entre los 3 y 18 años de edad), un 22% más que antes de la COVID-19.

Cuantas más horas dedican a las pantallas menor es la probabilidad de realizar ejercicio físico y mayor la de consumir alimentos poco saludables. Más de la mitad de los niños y niñas que pasan más de 3 horas al día delante de una pantalla no hace ejercicio físico nunca. 

Analizando las desigualdades de renta relacionadas con la actividad física, vemos que en el 70% de los hogares de renta alta los niños, niñas y adolescentes practican actividades físicas o deportivas regularmente (varias veces a la semana o al mes). Sin embargo, este nivel de actividad sólo se consigue en un 30% de los hogares de renta baja. 

Comedores escolares, aliados en la adquisición de hábitos alimentarios saludables

El caso de Euskadi es excepcional en cuanto a cobertura del comedor en base a becas ya que es la única comunidad autónoma que cubre a todos los hogares que se encuentren en situación de pobreza. En España, uno de 3 de cada 4 alumnos y alumnas (74,5%) de centros públicos de educación infantil utilizan el comedor escolar, 78,3% en primaria y 36,1% en educación secundaria obligatoria. En el caso de los centros privados o concertados un 71,4%, 68.3% y 44,6% respectivamente.

“Los comedores escolares de calidad garantizan una comida saludable, pero no todas las familias pueden permitírselos. Las becas comedor democratizan el acceso a este servicio” explica Arranz y añade que el acceso a una beca comedor no siempre es sinónimo de una comida saludable al día ya que la gestión de la administración del servicio puede variar enormemente entre comunidades. Estas diferencias se pusieron de manifiesto cuando los colegios se cerraron durante el inicio de la pandemia de 2020 y la comida diaria de muchos niños y niñas se vio fuertemente afectada por la gestión administrativa de este servicio.

Con un porcentaje del 27,4% de niños y niñas en situación de pobreza en España según el INE, solo el 11,2% del alumnado percibe becas comedor. Entre las autonomías, la desigualdad es palpable: Euskadi ofrece cobertura completa por encima de su tasa de pobreza mientras que Murcia, Melilla, Islas Baleares y Cantabria apenas llegan al 5% de esos niños y niñas.

Más implicación de las autoridades para frenar la obesidad infantil

Save the Children recoge en su informe una serie de recomendaciones y buenas prácticas para revertir los porcentajes de niños, niñas y adolescentes que sufren obesidad y sobrepeso infantil. Es necesario llevar a cabo una evaluación de la Estrategia de Prevención de la Obesidad Infantil en Euskadi, y trabajar en el ámbito fiscal, por ejemplo, aplicando una fiscalidad más estricta a alimentos perjudiciales para la salud y una más beneficiosa a la alimentación saludable porque ya se ha demostrado que funciona.

En el ámbito escolar, Save the Children pide ampliar la oferta de comidas diarias al desayuno, impulsando campañas de formación e información nutricional y programas de prevención del sobrepeso y la obesidad infantil en las escuelas, así como financiar actividades deportivas extraescolares para familias vulnerables.

Además, en el ámbito sanitario se pide regular la figura de la persona dietista y promover la creación de equipos multidisciplinares para la lucha contra la obesidad infantil-, para conseguir unos hábitos alimentarios y estilos de vida saludables que repercutan en más calidad de vida para toda la infancia. Además de mejorar las estadísticas de salud y unificar el cálculo del sobrepeso y la obesidad infantil según todos los criterios existentes.



“Luchar contra la gordofobia y los estereotipos es clave para generar una sociedad más inclusiva para los niños, niñas y adolescentes. Lo cual no está reñido con fomentar los buenos hábitos y la salud nutricional, considerando el exceso de peso como uno de los factores a tener en cuenta” concluye Arranz.

SOBRE SAVE THE CHILDREN

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países, y en Euskadi está presente desde hace más de 15 años, proporcionando apoyo educativo, y actividades de ocio y tiempo libre a más de 500 niños y niñas en riesgo de pobreza o exclusión social en Bilbao, Barakaldo y Vitoria-Gasteiz.

En el Estado trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.