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Londres, 28 de abril. Tras los casos de coronavirus registrados tanto en personas refugiadas como en población local en Líbano, Save the Children, junto a sus organizaciones socias en terreno, está reconstruyendo un restaurante, una fábrica y otros siete edificios para que puedan ser utilizados como centros de aislamiento –también conocidos como arcas de Noé– en el valle de Bekaa, en la frontera con Siria. Asimismo, la organización está convirtiendo las tiendas vacías en los asentamientos de refugiados en esa zona en unidades de aislamiento para que los pacientes puedan aislarse a iniciativa propia dentro de los campamentos.
Save the Children también está transformando 218 asentamientos informales –que albergan a 45.500 personas refugiadas– en unidades de aislamiento y proporcionará a las comunidades locales información sobre cómo afrontar un brote, incluyendo medidas de higiene, monitoreo de síntomas y localización y aislamiento de contagios. La organización señala que el autoaislamiento es prácticamente imposible dado que más de un 70% de los refugiados en el Líbano viven bajo el umbral de pobreza y en condiciones de hacinamiento.
“Algunas carpas estaban vacías porque los refugiados se mudaron a otro sitio o porque no pueden pagar el alquiler de la tierra en la que están instalados. Convertirlos en unidades de aislamiento permite a los adultos infectados con coronavirus permanecer cerca de su familia, especialmente si son los únicos cuidadores de varios niños o niñas", afirma Jad Sakr, portavoz de Save the Children en Líbano.
“Hasta la fecha, se han confirmado cinco casos entre refugiados en un campamento palestino en Líbano. Es posible que el brote se extienda en los asentamientos porque no hay medios para el distanciamiento social, el acceso al agua limpia es limitado y no hay poder adquisitivo para comprar jabón y desinfectantes. Tenemos que actuar ahora, antes de que sea demasiado tarde ", agrega.
La crisis económica que afectó a Líbano en octubre de 2019 se ha visto agravada por el confinamiento por el Covid-19 desde marzo de 2020, deteniendo al país y llevando al cierre de escuelas. La libra libanesa se ha despreciado un 63 por ciento en el mercado informal, erosionando el poder adquisitivo de las personas más vulnerables.
Save the Children alerta de que para muchas familias libanesas y sirias con miembros sin trabajo el acceso a la atención médica se ha convertido en un desafío. En estas circunstancias, los niños y las niñas tienen un mayor riesgo de dejar la escuela y ponerse a trabajar.
Jihad es un refugiado sirio de 42 años que vive en el valle de Bekaa. Este hombre expresa su temor ante la actual situación ya que “si una persona se infecta todo el campamento está en riesgo”. “Algunas personas gastan lo poco que tienen en máscaras y desinfectantes. Se ha vuelto más importante que la comida. Mi vecino me dijo que su familia había estado tomando té y pan para cenar durante las últimas tres noches. Las niñas están trabajando en la granja por menos de 3 dólares al día para ayudar a sus familias”, describe.
Por su parte, Salma, una madre libanesa de 44 años y que recientemente ha perdido su empleo, cuenta que tiene dos hijas, de 21 y 16 años, con anemia falciforme que se sometieron hace poco tiempo a sendas cirugías. “Se supone que deben visitar el hospital regularmente para un tratamiento de seguimiento, pero no podemos hacerlo porque tememos que puedan contraer el coronavirus. Una de las medicinas que tienen que tomar cuesta 50 dólares y ya no podemos pagarla", explica.
Como parte de su respuesta al brote de coronavirus, Save the Children en el Líbano tiene como objetivo proporcionar transferencias económicas a más de 2.100 familias libanesas, sirias y palestinas, kits con productos básicos para más de 32.000 familias y facilitar mejoras en las viviendas de 980 familias refugiadas sirias. Hasta ahora, los equipos de Save the Children han llevado a cabo acciones de concienciación sobre el coronavirus, llegando a más de 41.000 personas, incluidos 25.000 niños y niñas.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.