Save the Children advierte de que muchos niños morirán en las próximas semanas en la ciudad siria de Madaya si no termina de manera inmediata el asedio que sufre esta ciudad y se deja entrar alimentos, medicinas, combustibles y otro tipo de ayudas vitales. Trabajadores de la ONG que están sobre el terreno han informado que durante el pasado mes de diciembre al menos 31 personas han muerto en Madaya por la falta de alimentos, entre ellos tres niños menores de un año y tres embarazadas también con problemas severos de desnutrición. Además, profesionales de los servicios sanitarios han informado del aumento de los casos de hepatitis A y de enfermedades de la piel.
La escasez de alimentos ha elevado el precio de alimentos esenciales como el arroz, el azúcar y el bulgur (alimento elaborado a partir del trigo). Como ejemplo, el precio del bulgur alcanzó ayer los 280 dólares el kilogramo. Los habitantes de Madaya están luchando para sobrevivir a temperaturas bajo cero sin electricidad ni combustible para los generadores. En estas circunstancias los niños pequeños son los más vulnerables, sobre todo cuando están desnutridos. Las familias están racionando la escasísima comida disponible, los mercados están vacíos y muchas personas, desesperadas, se están viendo obligadas a comer carne de gato o perro y las hojas de los árboles.
"La comida está siendo utilizada como arma de guerra en Madaya y en otras zonas sitiadas y los niños están pagando el precio. Es terrible ver cómo el asedio está haciendo sufrir a los ciudadanos. Los trabajadores humanitarios locales están desesperados por ayudar, pero ellos mismos se han quedado sin alimentos y suministros médicos. Si la ayuda no llega pronto a Madaya morirán muchos niños", advierte Andrés Conde, director general de Save the Children.
Alrededor de 42.000 personas en Madaya viven sitiados desde julio de 2015. Desde mediados de octubre no entran alimentos, medicinas ni combustible. Los médicos locales afirman que hay más de un millar de casos de desnutrición en menores de un año y que el número irá en aumento si no se termina el asedio. Los habitantes de Madaya no tienen libertad de movimiento y los puestos de control, las minas terrestres y los francotiradores rodean la ciudad.