Madrid, 14 de enero de 2019.- Hoy finaliza el plazo para presentar alegaciones al decreto que regula los planes de convivencia de las escuelas de la Comunidad de Madrid. En este contexto, Save the Children pide al Gobierno presidido por Ángel Garrido que priorice impulsar acciones preventivas y educativas que persigan el empoderamiento de los niños y de las niñas como sujetos activos de derecho. Dichas medidas deben basarse, según la organización, en el fomento del diálogo, la comunicación y la empatía dentro y fuera de las aulas.
El decreto presentado por la Comunidad de Madrid pretende, entre otras cuestiones, hacer frente a las situaciones de acoso escolar de los niños y niñas de la región. Sin embargo, ha suscitado críticas por parte de algunas asociaciones de padres y madres y por otras personas expertas, tanto del ámbito educativo como del de la salud. El artículo 35 de este decreto suscita las principales críticas. En él se recoge que los alumnos y las alumnas que presencien un acto de acoso escolar y no lo denuncien incurrirán en una falta grave, pudiendo ser penalizados con la expulsión del centro durante 5 días.
El objetivo de este artículo es acabar con lo que se conoce como ‘ley del silencio’. Esta situación se da cuando quienes presencian un acto de acoso escolar no lo denuncian, permitiendo así que la situación se perpetúe. Sin embargo, Save the Children recuerda que la decisión del alumnado de no denunciar tiene que ver, en la mayoría de las ocasiones, con el miedo a ser a su vez marginado o acosado si avisan de la situación.
“Si consiguiésemos que los niños y las niñas denunciasen los casos de acoso escolar podríamos evitar que la situación se repitiese. Sin embargo, en Save the Children creemos que la fórmula para conseguir romper la ‘ley del silencio’ pasa por medidas de tipo educativo y no punitivo. Pasa por fomentar un ambiente de confianza, de diálogo y comunicación mediante estrategias que tienen que ver con la sensibilización y la concienciación, por desarrollar protocolos con mecanismos de denuncia claros y accesibles al alumnado”, asegura Ana Sastre, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children.
El acoso escolar es una forma de violencia entre iguales con graves consecuencias a nivel físico y emocional. No se trata, en ningún caso, de un juego de niños. Según los últimos datos disponibles, durante el año 2017 se detectaron 1.054 casos en toda España. En la Comunidad de Madrid, segunda por detrás de Andalucía, se registraron 170 casos. El informe Yo a eso no juego, publicado por Save the Children en el 2016, sostenía que seis de cada diez alumnos y alumnas aseguraban haber sido insultados durante el último mes.
La concienciación del alumnado, pero también de sus familias y del mismo profesorado, tiene que ver también con dejar de utilizar conceptos tan perjudiciales como “chivato o chivata”, términos muy utilizados en el contexto educativo y en los medios de comunicación. El niño o la niña que ‘se chiva’ es quien comunica algo que ocurre y que no está bien. Por ello, Save the Children pide que lo necesario es concienciar y alentar a las estudiantes y los estudiantes a que comuniquen aquello que no debería ocurrir, así como premiarles haciéndoles sentir partícipes y responsables de aquello que es justo. Se trata, en todo caso, de conseguir que los niños y las niñas pasen a ser sujetos activos de derecho, a que estén empoderados y sean protagonistas de la lucha contra el acoso escolar.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja en programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. La organización atiende además a la infancia migrante y está centrada a proteger a los menores frente a la violencia. Save the Children quiere que todos los niños y niñas, independientemente de su condición o país de origen, puedan disfrutar plenamente de sus derechos y alcanzar el máximo de sus capacidades.