Save the Children alerta de que uno de cada seis niños y niñas en zonas de conflicto se encuentra en riesgo de sufrir violencia sexual por parte de grupos armados

•    Un nuevo informe de la organización señala que el riesgo para la infancia es casi 10 veces mayor que en 1990.



•    El número de casos verificados de violencia sexual contra los niños y niñas en zonas de conflicto es solo la punta del iceberg. 



Informe (inglés): http://bit.ly/3s57K5q

Londres, 18 de febrero de 2021 – Un nuevo informe de Save the Children alerta de que 72 millones de niños y niñas -el 17% de los 426 millones que viven en zonas de conflicto a nivel mundial, es decir uno de cada seis- viven cerca de grupos armados que ejercen violencia sexual contra ellos. El informe Weapon of War: Sexual violence against children in conflict muestra que el riesgo de sufrir violencia sexual por parte de la infancia es casi diez veces mayor ahora que hace 30 años (8,5 millones en 1990). 



Los países donde la infancia se enfrenta a un mayor riesgo de violencia sexual son Colombia, Irak, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen. Entre los riesgos se incluyen la violación, la esclavitud sexual, la explotación sexual, el embarazo forzado, la esterilización forzada, el aborto forzado, la mutilación sexual, el abuso sexual y la tortura sexual a manos de grupos armados, fuerzas gubernamentales y fuerzas del orden. 



Los niños y niñas que sobreviven se enfrentan a varios retos, agravados en los conflictos armados, como son la falta de sistemas y procesos para denunciar el delito, el estigma, el miedo a las represalias y la falta de apoyo. Desde 2006, Naciones Unidas ha confirmado la existencia de más de 20.000 casos de violencia sexual contra la infancia en zonas de conflicto, uno de cada seis considerado de extrema gravedad. Su informe más reciente recoge 749 casos de violencia sexual contra menores en conflictos armados solo en 2019, de los cuales el 98% tuvo como víctima a niñas. Además, los casos atribuidos a las fuerzas estatales casi se duplicaron con respecto a 2018. Sin embargo, es probable que estos casos representen solo una pequeña parte de los casos reales, como revela la nueva investigación de Save the Children.



"Muchos casos de violencia sexual no se denuncian, especialmente en zonas de conflicto y cuando las víctimas son menores. Hay muchos más niños y niñas víctimas que necesitan apoyo urgente, ya que cualquier forma de violencia sexual contra la infancia es terrible y debe cesar de inmediato", señala Inger Ashing, directora general de Save the Children Internacional. 



"En 2019, se denunciaron de media solo dos casos al día de violencia sexual contra niños y niñas que viven en zonas de conflicto. Sabemos que la violación y otras formas de abuso se utilizan cada vez más contra la infancia en estos contextos, por lo que estas denuncias representan solo la punta del iceberg. Además, es vergonzoso que las atrocidades sexuales cometidas por las fuerzas estatales contra la infancia se hayan duplicado de 2018 a 2019. Los Gobiernos y sus fuerzas de seguridad deben hacer más para proteger a los más vulnerables en cualquier conflicto, incluidos los niños y niñas", añade Ashing.



El informe también revela que:



•    En los últimos siete años, la violencia sexual llevada a cabo por grupos armados tuvo en  mayor proporción como víctima a la infancia.

•    De los 54 conflictos en todo el mundo, en 22 de ellos se denunció el uso de la violencia sexual contra los civiles, mientras que en 15 se denunció explícitamente que los grupos armados habían perpetrado violencia sexual contra los niños y las niñas. 

•    Aunque el 98% de las víctimas son niñas, la ONU insiste en que, aunque los niños representaran solo el 2% de los casos en 2019, han sido objetivo estratégico durante los últimos años en los conflictos de la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Siria. En Afganistán, la mayoría de los casos denunciados en 2019 estaban relacionados con niños, donde a menudo son explotados y esclavizados por hombres en posiciones de poder. 



La violencia sexual se utiliza a menudo como arma de guerra contra la infancia y otros civiles para aterrorizarlos, sembrar el miedo y la intimidación con fines políticos y militares, para realizar limpiezas étnicas o castigar a la población civil por su presunto apoyo a las fuerzas opositoras.



El trauma que provoca puede tener consecuencias físicas, psicológicas, sociales y económicas duraderas. La brutalidad del acto físico en sí puede ser especialmente perjudicial para los niños y niñas, cuyos cuerpos no están completamente desarrollados. Las niñas pueden sufrir prolapsos uterinos, fístulas y otras lesiones en su sistema reproductivo, enfrentarse a complicaciones por embarazos precoces e incluso a la muerte como consecuencia de abortos inseguros. Tanto las niñas como los niños corren el riesgo de sufrir daños urinarios y anales, y se exponen a enfermedades de transmisión sexual que, si no se tratan, pueden causar daños a largo plazo e incluso la muerte. 



"Abrí por primera vez el Hospital Panzi en 1999 con la intención de construir un centro de excelencia para la salud materna en la República Democrática del Congo. Nunca hubiera imaginado que algunos de mis primeros pacientes no iban a ser madres embarazadas y sus recién nacidos, sino bebés que habían sido violados. La superviviente más joven que traté solo tenía seis meses cuando fue agredida", relata el Dr. Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz en 2018 y fundador del hospital de Panzi en la República Democrática del Congo. "Es absolutamente inaceptable que más de 72 millones de niños y niñas en el mundo vivan cerca de grupos armados que utilizan la violencia sexual contra ellos. La comunidad internacional puede y debe hacer más", concluye Mukwege.



Save the Children hace un llamamiento a los líderes mundiales, a los expertos en seguridad, a los donantes, a los miembros de la ONU y a las ONG para que:

•    sitúen a la infancia en el centro de cualquier acción internacional contra la violencia sexual en zonas de conflicto, lo que incluye impulsar servicios y programas que reconozcan y atiendan sus necesidades especiales;

•    acaben con la impunidad de la violencia sexual contra los niños y niñas, reforzando las leyes para que los autores de estos delitos rindan cuentas;

•    refuercen y coordinen mejor la recogida de datos sobre la violencia sexual contra la infancia en los conflictos.



La organización también pide que se incremente la financiación para garantizar que se puedan cumplir estas exigencias.



"El uso de la violencia sexual como arma de guerra es deleznable. Los supervivientes de estas atrocidades merecen más de la comunidad internacional. Debemos unirnos para acabar de una vez por todas con estas graves violaciones”, concluye Ashing.

Sobre Save the Children

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.