Save the Children alerta de que más de 100.000 niños y niñas se han quedado sin hogar tras la explosión en Beirut

B-roll (fotos y vídeo) familia en Beirut: https://bit.ly/3hbejhN

Beirut, 19 de agosto de 2020. Dos semanas después de la explosión que arrasó Beirut, Save the Children advierte de que miles de familias necesitan ayuda y protección de forma urgente. La organización considera especialmente preocupante que 300.000 personas hayan perdido sus hogares en la capital de Líbano tras el incidente, de las cuales más de 100.000 son niños y niñas. Frente a un empeoramiento de la crisis de la Covid-19 en el país, miles de familias no tendrán una casa en la que refugiarse.

Save the Children solo ha podido confirmar la muerte de tres menores de edad tras el incidente, aunque señala que aún hay un elevado número de niños y niñas desaparecidos y que otros muchos han resultado gravemente heridos. La ONG apunta que lesiones como cortes y hemorragias externas no se están tratando en los hospitales porque casi todas las instituciones de salud de Beirut han alcanzado su capacidad máxima. 

La organización recuerda que los hospitales están colapsados por los casos de coronavirus en la región y por los miles de heridos tras la explosión. Muchos centros médicos han sufrido daños estructurales y no están en funcionamiento. Save the Children explica que la explosión ha destruido casi la mitad de la ciudad: al menos 3.000 edificios están dañados, entre ellos 120 colegios que han quedado parcialmente destruidos.

Ante esta situación, Save the Children ha analizado las necesidades de la infancia y las familias tras la explosión. La ONG visitó 470 hogares situados en los cuatro kilómetros más cercanos al puerto de Beirut una semana después del suceso. La investigación muestra que, solo en esos hogares, 18 niños habían sido separados temporalmente de sus padres o no estaban acompañados y que una de cada cuatro familias no tiene acceso a la atención médica. Por su parte, el 32% de las personas entrevistadas expresaron la necesidad de tener acceso a apoyo psicosocial para afrontar esta situación. El análisis también ha revelado que el 17% de las viviendas tiene los techos dañados y que el 26% de las familias encuestadas sufrió daños en el balcón.

“Estaba llorando y llorando, tenía miedo por mi padre”, cuenta Sonia, de 8 años, al equipo de Save the Children. La niña acababa de apagar las velas de su pastel de cumpleaños y le había llevado un trozo a su vecina cuando ocurrió la explosión el 4 de agosto. Hanan, la madre de Sonia, apunta: “Sonia quería bajar las escaleras solo para ver a su padre, para ver si estaba bien”.

“Ahora que el polvo se ha asentado, las desastrosas consecuencias para las familias de Beirut están comenzando a manifestarse. La gente está priorizando en qué gastar el poco dinero que tienen: comida, reparaciones o medicamentos para sus hijos", apunta Jad Sakr, director de país de Save the Children en el Líbano. “Los equipos de Save the Children y otras organizaciones y voluntarios trabajan las 24 horas del día para que las familias no tengan que tomar esas decisiones difíciles. Este es un desastre nacional que necesitará los esfuerzos de todas las partes hasta lograr la recuperación”, añade.

Para ayudar a quienes lo han perdido todo, Save the Children ha intensificado su respuesta en Beirut. Desde el inicio de la emergencia, la organización ha proporcionado 4.800 comidas calientes y paquetes de alimentos a la infancia y las familias afectadas, ha apoyado a 734 hogares con kits de refugio, ha abierto espacios seguros para la infancia para que los niños y las niñas estén protegidos y ha ayudado a 245 personas con primeros auxilios psicológicos.

Aunque muchos jóvenes voluntarios, organizaciones sociales y ONG están trabajando para apoyar a las comunidades afectadas, Save the Children explica que la magnitud de la destrucción exige urgentemente más apoyo para garantizar que la infancia y las familias tengan un lugar seguro para vivir y acceso a servicios médicos y psicológicos. 

Sobre Save the Children

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.