Nuevo informe: Save the Children alerta del aumento de la obesidad y el sobrepeso entre niños y niñas que viven en hogares pobres en España

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Informe completo 

Madrid, 6 de abril de 2022. “Los niños y niñas de Suecia son los más cercanos a llevar una dieta mediterránea en Europa”, explica Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política en Save the Children, durante la rueda de prensa de la presentación del informe Adiós a la dieta mediterránea: nutrición y hábitos saludables de la infancia en España. Así, los países mediterráneos han pasado de tener una de las dietas más sanas del mundo a otra donde los dulces, la comida rápida y las bebidas azucaradas han desplazado a la fruta, la verdura, el aceite de oliva y el pescado.  

Save the Children realizó una encuesta en septiembre de 2021 a más de 2000 padres y madres para entender el impacto de la crisis de la COVID-19 en la nutrición y la salud de los niños y niñas de España. Se trata de un análisis comparativo con la Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE), llevada a cabo en 2017. La investigación muestra que casi un 28,1% de los menores de 18 años tendrían exceso de peso en España después de la COVID-19, cifra similar a la de antes de la pandemia que se situaba en el 27,2%. Esta situación se puede ver agravada por el aumento de precios en verduras y frutas como consecuencia de la reciente inflación desbocada.  

España, junto a Chipre e Italia, lidera el ranking europeo de obesidad infantil. En la Unión Europea, de media, cerca de uno de cada ocho niños y niñas de entre 7 y 8 años sufre de obesidad, en España es casi uno de cada 5, es decir, el 18%.  

La renta, factor decisivo 

Los principales determinantes de la obesidad y el sobrepeso en la infancia son la calidad de su alimentación, la actividad física que realizan o el número de horas que pasan durmiendo o frente a una pantalla, además de factores ambientales, culturales y biológicos -si sus padres y madres son obesos tienen más posibilidades de sufrir exceso de peso-. Pero como demuestra el informe es, sobre todo, el nivel socioeconómico el que determina la salud nutricional de ese niño o niña y sus hábitos saludables.  

Adiós a la dieta mediterránea resalta que vivir en un hogar con renta baja dispara la probabilidad de sufrir obesidad o sobrepeso en la infancia. Los hogares con menores ingresos –el 32,5%- cuentan con menos posibilidades de acceder a los alimentos necesarios para una dieta equilibrada, de sufragar actividades extraescolares o de ocio no sedentario o tratar problemas de salud como los trastornos de conducta alimentaria o las patologías bucodentales, estrechamente relacionadas con patrones alimentarios inadecuados, que los hogares con rentas altas –un 19%-. “No podemos olvidar que los barrios más pobres tienden a concentrar mayor número de restaurantes y establecimientos de comida rápida”, indica Andrés Conde, director general de Save the Children. 

En números, se traduce en que el 18,1% de los niños y niñas de hogares con ingresos más bajos consume a diario dulces frente al 10% de los niños y niñas de familias acomodadas; más del 71% de los hogares con ingresos altos practican actividades físicas o deportivas regularmente pero solo un 41% de los hogares de renta baja lo realiza. En la mayoría de los casos, estos niños y niñas de hogares pobres no realizan actividad física nunca o solo de manera ocasional. 

Además, las familias más pobres encuentran mayores dificultades para conciliar y poner en práctica hábitos saludables, incluidos los culinarios, o disfrutar de ocio no sedentario con sus hijos e hijas. Esta desigualdad se repite con el tiempo que dedican a las pantallas: la gran mayoría de niños y niñas que destinaban en 2021 nada o menos de una hora al día frente a una pantalla vivían en hogares de renta alta -el 79,6%-. En cambio, casi la mitad -el 46,3%- de aquellos niños y niñas que pasan más de cinco horas al día frente a una pantalla -muy por encima del máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud de 2 horas diarias- viven en hogares de renta baja. 

Si bien la pandemia ha supuesto una reducción de las horas de sueño entre niños, niñas y adolescentes de 27 minutos, los patrones de descanso también dependen del nivel socioeconómico de las familias. El 28% de los niños y niñas que viven en hogares de renta alta duermen más de las 10 horas diarias de sueño, tal y como recomienda la Asociación Española de Pediatría (AEP), mientras solo el 9% de los niños y niñas en hogares de ingresos bajos duerme esas horas. 

La COVID-19 y el exceso de peso en la infancia  

La situación de la infancia y la adolescencia respecto a la obesidad y el sobrepeso tras la pandemia resulta muy similar a la previa, pero “debemos tomar estos números con cautela, porque los cambios en el Indíce de Masa Corporal, que es la medida más común de la obesidad y el sobrepeso, requieren tiempo”, explica Conde. Los padres y madres encuestados responden sobre la altura y peso de sus hijos e hijas y esta información podría estar menos actualizada que en circunstancias normales al haberse reducido las visitas pediátricas rutinarias con la COVID-19.   

“Se debe tener en cuenta que con el cierre de colegios se redujo el ejercicio físico y las actividades de ocio, pero a la vez trajo que los niños, niñas y adolescentes comieran más a menudo en casa, un factor ligado a un buen hábito saludable”.

La pandemia ha afectado a la reducción del consumo de verduras y, en especial, la fruta. Si en 2017 más de la mitad de los niños y niñas de entre 4 y 14 años consumían fruta a diario – 56% –, en el momento de la realización de la encuesta este valor se redujo hasta el 40%. “Uno de los pocos datos positivos es que el consumo de dulces se redujo en casi un 70% y el de bebidas calóricas casi a la mitad. No obstante, es posible que este efecto sea coyuntural y debido solamente a las restricciones de movilidad y al cierre de comercios y espacios de ocio donde adquirir y consumir este tipo de productos”. 

Comedores escolares, aliados contra el exceso de peso 

Los comedores escolares de calidad garantizan una comida saludable, pero no todas las familias pueden permitírselos. Las becas comedor podrían democratizar el acceso a este servicio, pero ni se ofrecen a todos los niños y niñas que las necesitan ni, en caso de obtenerlas, cubren siempre el coste completo. “Dependiendo de la comunidad autónoma y el nivel de renta familiar, estas ayudas cubren un porcentaje del precio del comedor, que puede variar entre el 10 y el 100% del coste, aunque la ayuda completa es la menos común”, detalla la experta Perazzo.  

Con un porcentaje del 27,4% de niños y niñas en situación de pobreza según el INE, solo el 11,2% del alumnado percibe beca comedor. Entre las autonomías, la desigualdad es palpable: Euskadi ofrece cobertura completa por encima de su tasa de pobreza mientras que Murcia, Melilla, Islas Baleares y Cantabria apenas llegan al 5% de esos niños y niñas. 

Más implicación de las autoridades para frenar la obesidad infantil 

Save the Children recoge en su informe una serie de recomendaciones y buenas prácticas para revertir los porcentajes de niños, niñas y adolescentes que sufren obesidad y sobrepeso infantil. Es necesario un trabajo en el ámbito fiscal –como, por ejemplo, aplicar una fiscalidad más estricta a alimentos perjudiciales para la salud y una más beneficiosa a la alimentación saludable porque ya se ha demostrado que funciona-, en el ámbito escolar – como asegurar que todos los niños y niñas de familias de renta baja accedan a una beca comedor para, al menos, disfrutar de una comida saludable al día-, en el ámbito sanitario –como regular la figura de la persona dietista y promover la creación de equipos multidisciplinares para la lucha contra la obesidad infantil-, entre otras medidas, para conseguir unos hábitos alimentarios y estilos de vida saludables que repercutan en más calidad de vida para toda la infancia. 

Sobre Save the Children  

Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.  

En España trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.