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Bucarest, 3 de marzo de 2022 – “Al menos 400.000 niños se están desplazando por Europa del Este y corren el riesgo de padecer hambre, enfermedades, tráfico de personas y abusos”, según ha declarado hoy Save the Children, mientras el número de personas que huyen de la operación militar rusa en Ucrania supera el millón.
Save the Children calcula que al menos el 40% de las personas que han huido de Ucrania hacia Rumanía, Polonia, Moldavia, Hungría, Eslovaquia y Lituania, en busca de seguridad, son niños, algunos de los cuales llegan con lo único que llevan puesto. Por normal general, los niños y niñas suelen constituir el 39% de la población refugiada, y en este caso, como los hombres se quedan en Ucrania, es probable que la proporción de niños sea mucho mayor.
Naciones Unidas, que informan que más de un millón de personas han cruzado ya las fronteras, señala que esta escala de desplazamientos de personas podría convertirse en "la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo". Y esta cifra no incluye a los desplazados internos de Ucrania.
El éxodo masivo ha provocado colas de 24 horas en los puestos de control fronterizos, y las personas refugiadas se protegen en escuelas reutilizadas una vez que salen de Ucrania, así como en casas particulares, campamentos improvisados y centros de conferencias, pero esta situación ha suscitado una gran preocupación en los niños y niñas.
Anna, de 29 años, ha huido a Rumanía con su hija Daryna, de cuatro años, y su hijo Danilo, de dos. Huyeron de su casa en Ucrania cuando los combates se acercaron a una central nuclear, junto con la hermana y la madre de Anna. Esta joven expresó que "huimos porque teníamos miedo. Había bombardeos en la zona. El aeropuerto había sido bombardeado y los combates se acercaban a una central nuclear”. "En el camino vimos aviones sobrevolando y las carreteras estaban muy transitadas. Vimos cómo se disparaban cohetes y se destruían edificios. Las sirenas sonaban constantemente. Mi marido se quedó atrás. Nos llevó hasta la frontera antes de regresar. Sólo pudimos traer algo de ropa y algunas medicinas”.
Anna cuenta a Save the Children la reacción de su hija Daryna: "A veces, cuando oía golpes y corríamos a escondernos en el sótano decía que tenía miedo y hablaba de que venían los tanques. Solo esperamos que los combates terminen y podamos volver a casa". Anna espera que puedan seguir hasta la República Checa, donde tienen amigos que pueden ayudarles.
Irina Saghoyan, directora de Save the Children para Europa del Este, ha explicado que “sabemos que cuando los niños se desplazan, corren un mayor riesgo de ser víctimas de la trata, de sufrir abusos, incluida la violencia sexual, y de padecer graves trastornos psicológicos”. Saghoyan ha añadido que “también es inconcebible que algunos niños y sus familias se vean obligados a estar a la intemperie sin ningún tipo de refugio a temperaturas tan bajas. Estamos muy preocupados por los riesgos de enfermedades como la hipotermia”.
"Estamos preocupados por el enorme impacto de estos acontecimientos en la salud mental de estos niños y niñas. Sus casas, escuelas y comunidades han sido destruidas, han sido separados de su familia y amigos; toda su vida y todo lo que aprecian les ha sido arrebatado en el espacio de una semana”, señala la directora de Save the Children para Europa del Este.
"Por el momento, es vital que todos estos niños y niñas que entran en los países vecinos estén protegidos y tengan acceso a alimentos, agua potable, refugio y apoyo a la salud mental. Pero la catástrofe que estamos viendo desarrollarse ante nuestros ojos no se detendrá hasta que la violencia se detenga y los niños, niñas y sus familias estén a salvo. En todos los conflictos es la infancia la que se lleva la peor parte y esto tiene que acabar", concluye Saghoyan.
Anna y sus hijos permanecieron en un campamento temporal antes de trasladarse a un Centro de Acogida en el que se encuentran ahora y en el que Save the Children gestiona espacios amigables para los niños y niñas, en los que pueden jugar y recuperarse de las experiencias traumáticas que han vivido.
SOBRE SAVE THE CHILDREN EN UCRANIA
Save the Children opera en Ucrania desde 2014 entregando ayuda humanitaria esencial a los niños, niñas y sus familias. Esto incluye apoyo en su acceso a la educación, apoyo psicosocial, distribución de kits de invierno y de higiene y entrega de dinero en efectivo a las familias para que puedan satisfacer sus necesidades básicas (alimentos, alquiler y medicamentos) o para que puedan invertir en la creación de nuevos negocios.
Actualmente, con la crisis migratoria, Save the Children está prestando ayuda a todas las familias ucranianas que huyen desesperadas de la guerra en distintas fronteras, como en Polonia -coordinando con los socios locales para evaluar la situación y responder a las necesidades con la mayor rapidez posible- y en Rumanía. En este último país, la organización ofrece asesoramiento jurídico, primeros auxilios psicológicos y cubre las necesidades básicas de la infancia refugiada y sus familias entregando agua, comida, kits de invierno y de higiene y hasta juguetes.