En los dos años de guerra, 15 millones de personas han huido de sus hogares para ponerse a salvo. Todavía hoy, 6,3 millones de ucranianos están refugiados en el extranjero y 3,7 millones siguen desplazados dentro del país.
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Kiev, 21 de febrero de 2024 - A medida que la guerra en Ucrania entra en su tercer año, alrededor de 630.000 niños - más de 1 de cada 12 de la población infantil total de antes de la guerra - que fueron desplazados han regresado a casa. Su vuelta supone hacer frente a necesidades extremas, relacionadas con los medios de subsistencia de sus familias, su salud y, también, a la inseguridad, según un nuevo análisis de Save the Children.
La ONG ha analizado los datos de la evaluación de necesidades del centro de datos humanitarios REACH y de la Organización Internacional para las Migraciones para calcular el número de niños y niñas ucranianos desplazados en el extranjero o en su propio país. El estudio ha revelado que la mayoría de los niños y niñas que retornan se han visto abocados a la "necesidad extrema", que es la segunda categorización de necesidad más alta en la evaluación, y se refiere a un colapso del nivel de vida con riesgo de daños significativos para el bienestar físico o mental. Estos niños y niñas que regresan tienen un 62% más de probabilidades de sufrir necesidades extremas en comparación con el resto de la población.
En los dos años transcurridos desde la escalada del conflicto en Ucrania el 24 de febrero de 2022, 15 millones de personas han huido de sus hogares para ponerse a salvo. Save the Children recuerda que fue la crisis de desplazamiento más rápida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Todavía hoy, 6,3 millones de ucranianos están refugiados en el extranjero y 3,7 millones siguen desplazados dentro del país.
Dos años después, a pesar de que la guerra continúa y los ataques aéreos y las explosiones son una realidad cotidiana, más de 4,5 millones de personas desplazadas han regresado a sus hogares, entre ellas 1,1 millones de niños y niñas. De estos niños y niñas, más de 600.000 han vuelto a situaciones de pobreza y peligro, y unos 360.000 regresan a las regiones afectadas por la guerra y en primera línea, como Dnipro, Kharkiv, Mykolaiv, Odesa y Sumy, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Maryna (nombre ficticio), de 39 años y natural de Kherson, huyó con su familia a un pueblo cercano a Mykolaiv en septiembre de 2022. Cuando la familia regresó a su casa en un pueblo de la región de Kherson, las ventanas estaban destruidas y el marido de Maryna había perdido su medio de vida como consecuencia de las minas terrestres. "La tierra estaba más o menos bien, pero la casa estaba destruida. Cuando volvimos aquí, no había ningún trabajo porque todo alrededor estaba minado. Al llegar el verano empezaron a reparar la maquinaria que (quedaba), así que a él (mi marido) le pagaban un poco por hora. Ahora, en invierno, no tiene trabajo y nadie sabe si lo habrá en primavera porque las tierras de cultivo no han sido desminadas".
Ser desplazado puede pasar factura psicológica a los niños, niñas y sus familias, ya que dejan atrás a sus seres queridos y todo lo que les es familiar. Anna (nombre ficticio), la hija de Maryna, de 12 años, estaba deseando volver a casa, a Kherson: "la gente dice: este u oeste, el hogar es lo mejor. [El pueblo donde fuimos] era un lugar mucho mejor y más cuidado. Habrán visto que aquí no tenemos nada. Pero en casa se está mucho mejor”.
Muchos niños y niñas regresan a casa y se encuentran con que sus escuelas están cerradas debido al conflicto. Anna sólo asiste a clases online y es demasiado peligroso jugar fuera de casa, debido a los bombardeos. "Me gustaría mucho estudiar en la escuela [de manera presencial]. Hablar con los profesores de la escuela, con los niños y niñas . Mi amiga vive lejos, me gustaría hablar con ella en persona", contó Anna.
La directora de Save the Children Ucrania, Sonia Khush, ha explicado que "los niños y niñas de Ucrania han soportado dos largos años de violencia y destrucción. Muchas familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad, y ahora han optado por regresar en cuanto ha sido posible hacerlo. Para ellos, ningún lugar es como su hogar, y debemos respetar su voluntad de estar donde pertenecen”.
Save the Children detalla que en este 2024 es esencial ayudar a las comunidades afectadas por la guerra a reconstruirse y recuperarse, para que “las familias tengan herramientas para encarrilar sus vidas, y los niños y niñas puedan ser niños y niñas: aprender, jugar y reír junto a sus amigos y amigos”, concluye Khush.
La organización humanitaria hace un llamamiento a todas las partes en Ucrania para que protejan a los civiles, dejen de utilizar armas en zonas pobladas y exista un acceso humanitario pleno y sin trabas a las familias atrapadas en la guerra.
Sobre Save the Children en Ucrania
Save the Children lleva trabajando en Ucrania desde 2014 y ha intensificado sus operaciones desde la escalada bélica de febrero de 2022. La organización trabaja con múltiples asociaciones locales para proporcionar asistencia básica, como alimentos y agua, transferencias monetarias y Espacios Seguros, para garantizar que los niños, niñas y las familias afectadas por esta guerra tengan el apoyo que necesitan.
Save the Children y la campaña ¿Qué te llevarías?
Ante cualquier crisis, Save the Children trabaja antes, durante y después de que se produzca. Entre otras cosas, la organización ayuda a las comunidades a prepararse para hacer frente a cualquier catástrofe, ya sea natural o provocada por el hombre. En situaciones de emergencia proporciona mantas y alimentos inmediatamente, kits de higiene y transferencias en efectivo, y también espacios seguros para la infancia donde los niños y niñas pueden seguir con su educación y cuidar su salud mental.
Con su nueva campaña ‘¿Qué te llevarías?’ Save the Children recauda fondos para canalizar de manera rápida y eficiente fondos flexibles para respuestas humanitarias e iniciativas de acción anticipatoria, y así disminuir el impacto de las crisis humanitarias. Dado que las crisis y los desastres globales se vuelven cada vez más volátiles y complejos, la financiación flexible permite a la organización responder a las necesidades más críticas de los niños y las niñas, activar rápidamente a las organizaciones socias y a las comunidades locales, y poner en marcha intervenciones que salvan vidas en todo el mundo.
Más de 50 millones de niños y niñas de todo el mundo se vieron obligados a abandonar sus hogares por guerras o catástrofes climáticas a finales de 2023, la cifra más alta de la historia. El año pasado Save the Children ayudó a unos 19 millones de niños y niñas atrapados en crisis a conseguir los suministros vitales que necesitan para sobrevivir y las cosas que no se pueden meter en una maleta: seguridad, educación, refugio, salud y protección.