- Además, Save the Children ha organizado un encuentro con niños y niñas para conocer sus inquietudes sobre el conflicto
Sevilla, 29 de abril de 2022. Más de 140 centros educativos de Andalucía (400 a nivel nacional) se han sumado a las distintas actividades que ha ofrecido Save the Children sobre participación infantil, sensibilización y recaudación para la infancia en Ucrania. Las escuelas han realizado mercadillos, carreras solidarias y dibujado girasoles con mensajes de paz para los niños y niñas ucranianos.
Además, Save the Children ha organizado un encuentro con algunos niños y niñas -que se han movilizado para recaudar fondos a favor de la infancia de Ucrania- para conocer las inquietudes que estos menores tienen sobre el conflicto.
Aroa, de 14 años, explica que en su colegio han dibujado girasoles porque esta flor “representa la resistencia contra la guerra” y Guillermo, de 13 años, dice que “los hemos hecho para transmitir nuestros mensajes de amor y cariño”. Por el momento, estas iniciativas de los 400 colegios han conseguido recaudar 260 mil euros y se calcula que al final de año se alcance el medio millón de euros.
Ya hay en España alrededor de 20.000 niños y niñas procedentes de Ucrania escolarizados y se prevé, según el Ministerio de Educación, que llegue a 100.000. Algunos están ya compartiendo las clases con los participantes del encuentro de Save the Children. “En nuestro colegio hay 3 niños que son de Ucrania y con uno de ellos sí hemos hablado y al principio no quería ni comer. No entienden el idioma y algunos de sus compañeros de clase están aprendiendo algunas palabras en ucraniano para poder entenderse con él”, cuenta Aroa. Sergio, de 8 años, le dice al director de cooperación internacional de Save the Children, Vicente Raimundo, que no entiende por qué comenzó la guerra.
“La guerra en Ucrania también ha afectado a nuestros niños y niñas en España”, explica Verónica Collado, psicóloga de Save the Children. “El tema está todos los días y casi a todas las horas en los medios de comunicación, en nuestras conversaciones, y aunque algunos progenitores optan por no poner la televisión en su casa para que los niños y niñas no oigan nada sobre la guerra, estos escuchan, hablan con sus compañeros y compañeras en el colegio. No viven en una burbuja”. Los más pequeños “han sufrido estrés que se ha traducido en pesadillas por la noche, miedo y, en algunos casos, en involución de los avances que habían conseguido (por ejemplo, volver a dormir con sus padres y madres)”, señala Collado.
“Triste, mal, injusto, no me podía creer que esto estuviera pasando, algo inimaginable, ilógico”. Son algunas de las palabras que han expresado los niños y niñas en este encuentro cuando el director de cooperación internacional, Vicente Raimundo, les ha preguntado cómo veían la guerra. “Es fundamental que a los niños y niñas se les explique lo que ha sucedido con ejemplos para que entiendan la situación. Es necesario, además, evitar las expresiones de buenos y malos”, indica Collado.
La psicóloga detalla que si se señala a la población rusa como “los malos” puede generar odio en los pequeños, y “no podemos olvidar que existen niños y niñas rusos en nuestras aulas y pueden sufrir acoso y rechazo”.Los niños y niñas que han participado en el encuentro lo tienen claro: “no tienen la culpa de nada, los niños rusos no deciden si hacer la guerra o pararla”. Sergio cuenta que “algunos de mis amigos dicen que Rusia es mala y yo les digo que todos [los habitantes] no, porque algunos han tenido que huir por la guerra, de su propio país”.
Los estudiantes le han preguntado a Raimundo por su viaje a Rumanía, cómo afecta la guerra a los civiles, cómo trabaja Save the Children en la frontera y en Ucrania, si los niños y niñas tendrán secuelas, qué pueden hacer ellos para ayudar, etc. “Estas cuestiones demuestran que los niños y niñas necesitan saber. Los padres, madres y el profesorado deben explicar lo que ocurre y cómo pueden involucrarse”, indica Collado. La experta añade que “si ellos participan en alguna acción en favor de la infancia de Ucrania, se sentirán reconfortados al contribuir y ayudar a esos niños y niñas”. Además, “tendrán un papel fundamental en las próximas semanas al recibir a niños y niñas refugiados de Ucrania y tendrán que acogerles con cariño y los brazos abiertos para facilitarles su integración”.