Hay niños y niñas en este país que no pueden llevar gafas, aunque las necesiten. Otros hacen las tareas del cole con el abrigo puesto porque sus familias no pueden permitirse calentar la casa. Muchos apenas comen verduras, carne o pescado. Viven en hogares de bajos recursos económicos que no reciben el apoyo suficiente de las administraciones para proteger a los más pequeños, que deberían ser los primeros en recibir atención.
Así lo desvela un informe publicado hoy por Save the Children que ha encuestado a 273 familias que residen en Andalucía (1.187 familias a nivel estatal) que acuden a sus programas y que pertenecen a la población más vulnerable social y económicamente. El estudio aporta una batería de medidas claves para reducir la pobreza infantil en Andalucía, empleando eficazmente los fondos europeos que ya está recibiendo España para cumplir con la Garantía Infantil Europea. Este mecanismo fue adoptado en la UE en 2021, con el objetivo de asegurar que los niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza accedan a servicios básicos para su bienestar de forma gratuita o muy asequible. La Garantía Infantil recoge los estándares mínimos obligatorios y aunque hay avances recientes, España está lejos de cumplirla. Otros países lo están consiguiendo, pero nuestro país va a la cola, sólo por detrás de Rumanía, lo que es una anomalía en la cuarta potencia económica europea. Y en el caso de España, Andalucía se encuentra históricamente en el furgón de cola de las comunidades autónomas con una mayor tasa de pobreza infantil.