Tener una casa, mantenerla en buenas condiciones y poder pagarla es algo imposible hoy para muchas familias en Andalucía. A pesar de su carácter fundamental, en algunos casos supone un factor de empobrecimiento. La infravivienda representa un 34,4% del total de las viviendas andaluzas. Esto incluye edificios sin evacuación de aguas residuales, viviendas en mal estado o edificios de cuatro plantas o más sin ascensor, entre otras, lo que repercute en la salud física y mental de los niños y niñas, afectando a su crecimiento, al rendimiento escolar y a su seguridad.
Estos datos se recogen en el estudio que publica hoy Save the Children, “Aquí no hay quien viva: un análisis de las dificultades de las familias para pagar la vivienda en Andalucía”, donde analiza, por un lado, qué factores hacen de la vivienda un lugar inadecuado para vivir y, por el otro, qué situaciones hacen que la posesión de una vivienda sea insegura