Propuestas de políticas públicas para una reconstrucción en clave de infancia.
Los doce meses transcurridos desde la declaración del estado de alarma el 14 de marzo de 2020 se cuentan entre los más difíciles de nuestra historia reciente. Además de los estragos sanitarios causados por la pandemia, y su expresión más cruda en términos de pérdidas humanas, la COVID-19 también ha tenido unos efectos devastadores sobre la economía.
Aunque no han sido los más afectados epidemiológicamente por la pandemia, los niños, niñas y adolescentes pueden convertirse en sus principales víctimas en términos sociales. El colapso de los ingresos en los hogares con menores de edad a cargo, que son los más expuestos al riesgo de pobreza, unido a las dificultades para seguir procesos formativos y la exposición a situaciones de estrés, incertidumbre o, incluso, violencia en el seno de muchos hogares, comprometen la dignidad, bienestar y potencial de desarrollo de la infancia.
Este anexo al informe proporciona un análisis puntual tanto de las medidas implementadas de parte de las instituciones vascas para paliar los efectos de esta crisis económica y social en Euskadi, como de la vida y el bienestar de las niñas, niños y adolescentes pertenecientes a familias en situación de vulnerabilidad, un año después del inicio de la pandemia. Su objetivo es realizar un seguimiento de estas medidas, permitir comparaciones y estimular la reflexión y el debate para el desarrollo de acciones que permitan mejorar la vida de la infancia y la adolescencia.
Descargar el informe ‘Acabemos con la normalidad de la pobreza infantil. Anexo Euskadi’: