Londres, 7 de octubre del 2019. Save the Children denuncia que todos los niños y niñas nacidos y criados en Afganistán han sufrido las consecuencias de los conflictos armados en su país. Hoy, 7 de octubre, se cumplen 18 años desde el inicio del conflicto entre las fuerzas de la coalición y los talibanes. Más de 20 millones de niños y niñas se despiertan a diario con temor a los disparos o las bombas y a ser asesinados o mutilados en la calle, en sus casas o en las escuelas.
© Mariam Atahi / Save the Children
Las cifras de estas casi dos décadas son estremecedoras. Más de 12.500 niños y niñas fueron asesinados o mutilados entre 2015 y 2018, y 274 fueron reclutados para funciones de combate o apoyo a él. Más de 3,7 millones de niños y niñas no están actualmente escolarizados, el 60 por ciento niñas, y en 2018 al menos 700 escuelas tuvieron que cerrar debido a la violencia. Aproximadamente 3,8 millones de niños y niñas necesitan asistencia humanitaria, 600.000 de los cuales sufren de desnutrición aguda severa. Ante esta situación, 280.000 personas han huido este año de sus hogares, más de la mitad niños y niñas.
“Imagínese cumplir 18 años sin haber conocido nada más que conflictos y guerras durante toda su infancia y años de formación. La vida en Afganistán significa vivir con el miedo diario a las explosiones, faltar a la escuela porque es demasiado inseguro y no saber si los miembros de tu familia llegarán a casa. La violencia ha sido especialmente alta en los últimos meses; solo en agosto, una media de 74 personas fueron asesinadas cada día”, afirma Onno van Manen, director de país de Save the Children en Afganistán.
El personal en terreno de la organización está en contacto con niños y niñas que no van a la escuela y trabajan en las calles para ayudar a sus familias a llegar a fin de mes. Muchos de ellos, además, han sido desplazados por el conflicto. En consecuencia, sufren graves problemas mentales tras la pérdida de seres queridos o porque han visto cosas terribles.
“Resulta muy preocupante ver que los niños y las niñas están acostumbrados a estos niveles de violencia. Ellos han desarrollado una gran resiliencia, pero ningún niño debería acostumbrarse al sonido de explosiones o helicópteros de ataque. Los niños y las niñas en Afganistán deben estar protegidos y sentirse seguros para ir a la escuela y trabajar hacia un futuro”, añade van Manen.
Save the Children lamenta que este aniversario suponga que varias generaciones han perdido su infancia y pide a las partes beligerantes que hagan todo lo que esté en su mano para detener el asesinato y la mutilación de niños y niñas durante este terrible conflicto, así como que se ajusten a las leyes y normas internacionales. Esto incluye asegurarse de que las escuelas y los hospitales no sean objetivos bélicos.
“Es hora de detener esta guerra contra la infancia. Debe haber una investigación independiente con el objetivo de responsabilizar a los perpetradores. La comunidad internacional no debe olvidar a estos niños y niñas, que necesitan urgentemente apoyo físico y psicológico para recuperarse y apoyo educativo para reconstruir sus vidas. Tienen derecho a hacerlo con seguridad sin temor a sufrir más daños”, concluye van Manen.
Solo en 2018, Save the Children atendió directamente a unos 600.000 niños y niñas, facilitando servicios de atención primaria de salud, nutrición y atención a alrededor de 115.000 personas, entre las que se encontraban más de 20.000 niños y niñas.
Save the Children centra su trabajo en Afganistán en salud, nutrición, educación y protección infantil, brindando a miles de niños y niñas un mejor acceso a los servicios necesarios cuando son víctimas de abuso, negligencia, violencia o explotación infantil.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja en programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. La organización atiende además a la infancia migrante y está centrada a proteger a los menores frente a la violencia. Save the Children quiere que todos los niños y niñas, independientemente de su condición o país de origen, puedan disfrutar plenamente de sus derechos y alcanzar el máximo de sus capacidades.