Save the Children celebra que la pobreza infantil descienda en España en 1,1 puntos porcentuales con respecto a 2021
A pesar de esta mejora, preocupa que la pobreza afecte todavía al 27,8% de niños y niñas y esté por encima de la población general, que se sitúa en el 20,4%
825.201 niños, niñas y adolescentes carecen de los bienes y servicios básicos para mantener unas condiciones de vida dignas
Madrid, 24 de abril de 2023. Un 27,8% de los menores de 18 años en España está en situación de pobreza, 1,1 puntos porcentuales por debajo de 2021, cuando se situó en el 28,9%. Así lo revela el análisis que ha hecho Save the Children a raíz de la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística publicada hoy, que refleja esta reducción que la entidad celebra. En total, el número de niños y niñas en situación de pobreza en 2022 se elevó a más de 2.253.124. En su interpretación, la organización alerta de que la pobreza infantil sigue superando a la pobreza general, que también desciende y se sitúa en el 20,4%, es decir, 1,3 puntos porcentuales menos con respecto al año anterior.
En cuanto a la tasa de pobreza severa infantil, esta ha disminuido ligeramente, hasta el 13,5% (1,4 puntos porcentuales con respecto a 2021). No obstante, persiste la brecha entre la pobreza severa de niños, niñas y adolescentes y del conjunto de la población, que es del 8,9% (4,6 puntos porcentuales por debajo). Además, la tasa de pobreza infantil (relativa y severa) todavía sigue por encima del nivel previo a la pandemia de la Covid-19.
Save the Children recuerda que vivir bajo el umbral de la pobreza significa, en el caso de un hogar compuesto por dos personas adultas y dos menores de edad, ingresar menos de 21.185,1 euros al año.
El impacto de la pobreza en España asciende hasta el 32,2% si a la tasa de pobreza se le añaden la carencia material y social severa y la baja intensidad laboral (personas mayores de 18 años que han trabajado menos del 20% de su potencial de empleo en un año), alcanzando a 2.604.140 niños, niñas y adolescentes, frente al 33,4% del año pasado. Las tres dimensiones constituyen la tasa de pobreza y exclusión (AROPE), que es el indicador común europeo definido por Eurostat.
Además de la disminución de la pobreza, ha disminuido significativamente el porcentaje de menores de edad en hogares con baja intensidad laboral (6,5% frente al 9,1%). Por tanto, la pobreza infantil no mejora tanto como mejora la situación laboral de las personas adultas en las familias con niños, niñas y adolescentes, lo que apunta a problemas de calidad en el empleo a pesar del incremento de horas de trabajo en estas unidades familiares.
La inflación castiga a la infancia
Asimismo, la carencia material y social severa ha disminuido ligeramente, afectando al 10,8% de niños, niñas y adolescentes. Se trata del porcentaje más elevado de entre todos los grupos de edad. Según Save the Children, esto apunta al impacto de la dimensión más aguda de la pobreza infantil y su relación con la escalada de precios del último año y medio, que impide el acceso a bienes y servicios esenciales para unas condiciones de vida y bienestar mínimos para la infancia a 825.201 niños, niñas y adolescentes en España.
En este sentido, uno de los aspectos más alarmantes de esta ECV 2022 es el incremento significativo de los niños, niñas y adolescentes que no tienen acceso a al menos dos raciones de carne, pollo o equivalente a la semana. Son el 5,9% del total frente al 4,9% del año pasado. Es un incremento del 20% en un contexto de desproporcionado aumento de los precios de los productos de alimentación, que es la partida que más ha incrementado en el IPC. La carestía de la alimentación está golpeando de manera más grave a la infancia.
Algunos de los elementos contemplados en el análisis de la carencia material han experimentado aumentos importantes: un 16,1% (13,1% en 2021) de niños y niñas viven en hogares que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. En cambio, ha descendido el porcentaje de familias que han tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...), desde el 17,7% en la anterior ECV hasta el 16,7% actual.
“Los datos reflejan el impacto que las altas cifras de inflación están teniendo en la vida de las familias españolas. Urge tomar medidas para reducir la desigualdad y la pobreza entre aquellas familias que más lo necesitan. España sigue siendo uno de los países de la Unión Europea con cifras más altas de pobreza infantil, el segundo, algo que resulta una anomalía si lo comparamos con el PIB del país”, explica Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children.
Tener hijos implica a menudo caer en la pobreza
Nuevamente, los hogares con hijos e hijas menores de edad se enfrentan a mayores tasas de pobreza. El 24,7% de estos hogares se encuentran bajo el umbral de la pobreza relativa, frente al 16,0% de los hogares sin menores de edad a cargo. Con todo, la diferencia entre ambos tipos de hogares se ha acortado hasta los 8,7 puntos porcentuales con respecto a los hogares sin niños y niñas (frente a los 10 puntos en 2021). La diferencia es igualmente significativa en el caso de la pobreza severa (11,3% en los hogares con menores de edad frente al 13,0% del ejercicio anterior). Todo ello pone de relieve la necesidad de las familias con hijos e hijas de contar con ayudas para evitar que la crianza suponga un riesgo de caer en la pobreza.
La situación de los hogares monomarentales resulta especialmente preocupante puesto que se enfrentan a una tasa de pobreza del 46,1% (49% en 2021). Save the Children reitera que las mujeres están expuestas a una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas. Más de la mitad de estos hogares están en una situación especialmente vulnerable ya que, a pesar de haber descendido los hogares monomarentales en situación de pobreza severa, estos son todavía el 24,1% del total en 2022 (frente al 28,3% en 2021).
Esta situación está estrechamente relacionada con el alza de los precios, especialmente de la energía, los productos de primera necesidad o los alquileres. Estos gastos constituyen algunos de los principales que se analizaron en el último informe sobre El coste de la crianza elaborado por Save the Children y publicado en junio del pasado año, y suponen uno de los factores principales de vulnerabilidad para las familias con hijos e hijas. La organización recuerda que el coste de criar un hijo/a en 2022 es de 672 € al mes. Para casi 900.000 hogares, los más empobrecidos, es directamente imposible cubrir este gasto, incluso dedicando todos sus ingresos a ello. La crianza en España se ha encarecido por encima del incremento general de precios, ya de por si elevado.
“Todos estos datos ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas urgentes para reducir la desigualdad a la que hacen frente las familias más vulnerables, así como de evitar que hacer frente a la crianza de niños y niñas se convierta en un factor de empobrecimiento en nuestro país. Es importante poner el foco en políticas que rompan el círculo de transmisión de la pobreza que, en 4 de cada 5 casos, se reproduce de generación en generación”, añade Perazzo.
La propuesta de Save the Children: apostar por la infancia como inversión de país
La solución a la pobreza infantil requiere políticas desde distintos frentes que atiendan a las distintas dimensiones en las que se manifiesta, según Save the Children. Estas políticas deben entenderse como una inversión en la infancia y, también, en el conjunto de la sociedad, puesto que contribuirán al pleno desarrollo de los niños y niñas, permitiendo que sus capacidades y talento aporten al sistema productivo, asegurando su prosperidad y bienestar.
“La pobreza infantil es ineficiente ya que se traduce en costes económicos a largo plazo, tanto para quienes la sufren como para la sociedad en su conjunto”, continúa Perazzo. Estimaciones recientes del ACPI han cuantificado estas pérdidas a nivel estatal en un 5,1% del PIB anual o 1.300 euros/año per cápita.
En la actualidad, España cuenta con una hoja de ruta para la lucha contra la pobreza infantil. El Plan de Acción estatal para la implementación de la Garantía Infantil Europea (GIA) señaló, el pasado verano, el marco y acciones necesarias para garantizar de aquí a 2030 el acceso de la infancia en situación de pobreza o exclusión social a servicios clave para su desarrollo de calidad y en condiciones de gratuidad o, cuanto menos, asequibles.
Para ello, la GIA depende críticamente para su éxito de la acción de las administraciones autonómicas y locales, dado su papel en la provisión de los servicios objeto de la Garantía. Sin embargo, Save the Children alerta sobre el retraso en la definición de los planes autonómicos de implementación de la Garantía Infantil, lo que aleja a esos 2,6 millones de niños y niñas de una posibilidad real de salida de la pobreza y exclusión social en España.
“Ante esta situación, pedimos a todos los partidos políticos que concurran a las elecciones locales y autonómicas del próximo 28 de mayo que prioricen la lucha contra la pobreza infantil siendo conscientes del papel clave que juegan”, concluye Perazzo.
La vivienda, piedra de toque de la pobreza infantil
Uno de los servicios clave contemplados en el marco de la GIE es, precisamente, la vivienda. Actualmente, el 8,4% de las familias con niños y niñas tiene problemas para pagar a tiempo su hipoteca o alquiler en España, el doble de la media de la Unión Europea (4,3%), según recoge el último informe de Save the Children, Aquí no hay quién viva. En el actual contexto de inflación, de aumento de los alquileres y de las cuotas hipotecarias ante el constante incremento de tipos de interés, España es el tercer país de la Unión Europea (UE) con el mayor porcentaje de hogares que han experimentado retrasos en el pago del alquiler o la hipoteca −un 6,5%−, sólo por detrás de Grecia e Irlanda, y por encima de la media europea (3,2%).
El alza de los precios de las viviendas, especialmente del alquiler, que no han ido acompañados de un aumento de los ingresos de las familias, les están provocando enormes dificultades de pago. Esta sobrecarga afecta a 4 de cada 10 hogares con hijos o hijas a cargo que viven de alquiler. Son aquellos que tienen que destinar al menos el 30% de sus ingresos al pago de la vivienda, lo que supone disponer de menos presupuesto para otras necesidades de la crianza.
Ante esta situación, Save the Children pide que se aumente los presupuestos anuales para incrementar la financiación de políticas de vivienda, que se automatice el acceso a ayudas directas a vivienda para las familias perceptoras del IMV, rentas mínimas o similares, o que se apueste por la compra o la rehabilitación de unidades existentes para ampliar la oferta pública de vivienda social, entre otras medidas.
La alimentación, efectos especialmente perniciosos para la infancia
La alimentación tiene un peso del 17,4% en el coste total de la crianza (El coste de la crianza). Se trata de la partida más elevada y es precisamente la que concentra unas alzas de precios más elevadas. Mientras que en marzo de 2023 la tasa de inflación interanual se situó en el 3,3%, los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 16,5%.
Save the Children propone la introducción de un sistema de cheques o tarjetas monedero para familias con niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, de forma que se garantice su acceso a una cesta alimentaria de calidad. Basándonos en el coste de medidas similares, si estos cheques se introdujeran a familias con hijos o hijas a cargo en situación de pobreza relativa (1,5 millones de hogares) el coste de esta medida sería, según los cálculos de Save the Children, de 425,4 millones de euros al año (191,2 millones si se aplicara solamente a las familias con hijos e hijas a cargo en situación de pobreza severa).
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.
En España trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.