• Un nuevo informe de Save the Children revela que el número de violaciones graves cometidas contra los niños y niñas en los conflictos armados alcanzó el nivel más alto de la historia en 2023, con más de 31.000 casos documentados
• Un promedio de 31 niños y niñas al día son asesinados o mutilados
• Los mayores aumentos de los delitos contra la infancia son los registrados en el Territorio Palestino Ocupado y en Sudán
• Un total de 473 millones de niños y niñas –el 19% de la población infantil mundial– vivieron en zonas de guerra en 2023
• El coste de la violencia se disparó a 19,1 billones de dólares el año pasado, mientras que las inversiones en paz y prevención de conflictos siguieron siendo bajas, con un déficit de 4 billones de dólares para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Londres/Ginebra, 31 de octubre de 2024 – El número de violaciones graves cometidas contra niños y niñas en zonas de guerra aumentó un 15% en 2023 hasta alcanzar el nivel más alto desde que se iniciaron los informes en 2005, con los mayores aumentos en Sudán y el Territorio Palestino Ocupado, según un nuevo informe de Save the Children.
En el nuevo informe Stop the War on Children: Pathways to Peace se analiza el número de violaciones graves verificadas contra los niños y las niñas en los conflictos desde que comenzaron esos registros, entre los que se incluyen asesinatos, mutilaciones y secuestros, violencia sexual, reclutamiento en grupos armados, ataques a escuelas y hospitales, y denegación de acceso humanitario a los niños y niñas.
El informe revela que en 2023 se produjeron 31.721 casos documentados de violaciones graves contra la infancia en zonas de conflictos, lo que equivale a una media de 86 delitos contra la infancia al día, eclipsando el récord anterior establecido en 2022.
El mayor número total de delitos se cometió en el Territorio Palestino Ocupado, donde se verificaron 8.434 violaciones graves –una cuarta parte del número total– y un aumento del 170% con respecto al año anterior. Le siguieron la República Democrática del Congo (con 3.805 casos verificados, frente a los 2.420 de 2022) y Somalia (con 2.290 casos verificados, ligeramente por debajo de los 2.783 casos de 2022).
El mayor aumento relativo de violaciones graves se registró en Sudán, donde los casos se quintuplicaron desde 2022, pasando de 317 a 1.759 casos.
En 2023 se documentaron en todo el mundo 11.338 terribles casos de asesinatos y mutilaciones de niños y niñas en conflictos, lo que representa un aumento del 31% en comparación con el año anterior. Esto equivalía a que un promedio de 31 niños y niñas por día (un aula entera) perdieran la vida o quedaran mutilados. Más de un tercio eran niños y niñas palestinos.
Los incidentes de denegación de acceso humanitario —otra grave violación contra los niños y niñas en los conflictos— también alcanzaron un máximo histórico con 5.158 incidentes en 2023, frente a los 3.931 del año anterior, y más de 11 veces más que hace una década. El Territorio Palestino Ocupado registró 3.250 incidentes de denegación de acceso humanitario en 2023, la cifra más alta jamás registrada en cualquier escenario de conflicto.
El informe también recoge que las últimas tres décadas han sido testigos de un asombroso aumento en el número de niños que viven bajo el peso de la guerra, alcanzando la cifra de 473 millones de niños y niñas, o el 19% de la población infantil mundial, en 2023. Esta proporción casi se ha duplicado desde alrededor del 10% de la población infantil mundial a mediados de la década de 1990.
Asimismo, el informe analiza el gasto militar mundial y encontró que aumentó a 2,4 billones de dólares en 2023, o más que todo el PIB de Italia, mientras que las inversiones en paz y prevención de conflictos disminuyeron. El impacto económico de la violencia, incluidos los costos de prevención, contención y tratamiento de sus consecuencias, ha aumentado de manera constante, alcanzando los 19,1 billones de dólares en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) en 2023.
Sharmarke [nombre ficticio], un niño de 12 años que vive en Puntlandia (Somalia), perdió a su hermano en el conflicto en curso en su tierra natal y anhela la paz: "Si tuviera un deseo, sería la paz en Somalia. La paz es algo que nos ha faltado durante tanto tiempo que muchos de nosotros ni siquiera sabemos lo que se siente. Deseo un país en el que familias como la mía no tengan que huir de sus casas con miedo, en el que los niños y niñas puedan ir a la escuela sin tener miedo. Somalia ha sido destrozada por la guerra, y es hora de que nos curemos".
Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children International, alerta de la gravedad de la situación: "Este informe es devastador y no deja lugar a dudas de que el mundo se está volviendo más peligroso para los niños y niñas. Para gran parte de la humanidad hemos visto avances en los derechos de los niños y niñas y su protección, pero en los países en guerra, la situación está empeorando drásticamente. Vemos que el gasto militar mundial sigue aumentando, mientras que las inversiones en prevención de conflictos están disminuyendo. Las consecuencias de este enfoque equivocado son devastadoras. Los conflictos en curso en la República Democrática del Congo, los territorios palestinos ocupados, Sudán y Ucrania, y tantos otros países, han sido testigos de una terrible escalada de ataques contra niños y niñas, escuelas y hospitales”.
Según Gudrun Østby, profesora de investigación en el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, los casos documentados de delitos contra niños y niñas en zonas de conflicto son sólo la punta del iceberg: “Con un estimado de 473 millones de niños y niñas, o el 19% a nivel mundial, que viven en zonas de conflicto, cada uno de ellos tiene una historia y una experiencia de conflicto únicas. En las últimas décadas, el número de niños y niñas que viven en situaciones de conflicto ha aumentado constantemente. La proporción mundial de niños y niñas en situación de riesgo debido a conflictos casi se ha duplicado desde la década de 1990. Ahora, más que nunca, la necesidad de proteger a los millones de niños y niñas en zonas de conflicto es crítica y urgente”.
El análisis de Save the Children también recuerda que un alarmante número de Estados miembros de la ONU han firmado menos de la mitad de los instrumentos jurídicos y políticos internacionales que brindan protección a los niños y niñas en situaciones de conflicto. Hasta 43 miembros de la ONU, o más del 20%, muchos de los cuales están involucrados en conflictos armados, no han firmado o respaldado más de seis de los doce instrumentos, lo que muestra una gran brecha en el compromiso con la protección de la infancia. Al mismo tiempo, la venta de armas sigue alimentando los conflictos, y las armas se transfieren a actores conocidos por violar los derechos de los niños y niñas.
La infancia pacífica es una parte fundamental de la construcción de sociedades pacíficas. Mientras los líderes gubernamentales y la sociedad civil, incluidos activistas, sobrevivientes y jóvenes, se preparan para reunirse en la Conferencia Ministerial Mundial inaugural sobre la Violencia contra la Niñez en Colombia el mes próximo, este informe destaca la necesidad urgente de intensificar la acción mundial para combatir la violencia contra los niños y niñas en situaciones de conflicto y construir un futuro más seguro en todo el mundo. A pesar de las continuas violaciones del derecho internacional, hay motivos para el optimismo, incluidos los avances en la rendición de cuentas, las prácticas de aplicación eficaces y la creciente movilización popular por la paz y la seguridad de los niños y niñas.