La población general sale de la pobreza a un ritmo más rápido que la población con hijos e hijas cargo
Madrid, 13 de febrero de 2025 - La nueva Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pone de manifiesto que España no solo sigue sin reducir los índices de pobreza en los hogares con hijos e hijas, sino que aumentan. Concretamente, la tasa de pobreza severa en hogares con hijos e hijas ha subido con respecto al año anterior un 0,2%, pasando del 10,8% del año anterior al 11% en 2024, mientras que la pobreza severa ha bajado una décima en los hogares sin hijos e hijas. Una familia de dos adultos y dos niños vive en pobreza severa en España cuando lo hace con unos ingresos inferiores a 16.218 euros anuales.
La directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia en Save the Children España, Catalina Perazzo, lamenta que, “un año más, nos enfrentamos a una realidad devastadora para nuestro país en la que más de dos millones y medio de personas forman parte de familias que tienen dificultades para acceder a bienes y servicios esenciales, y por lo tanto carecen de unas condiciones de vida y bienestar mínimos para la infancia”.
La carencia material severa, junto con el riesgo de pobreza y la baja de intensidad en el empleo, conforman la denominada tasa AROPE que nos indica el conjunto de la población que se encuentra en riesgo de exclusión. A pesar de los esfuerzos de las distintas administraciones, la tasa AROPE en hogares con hijos e hijas a cargo disminuye un 0,4 (pasa del 30,7% al 30,30%) con respecto a 2023, mientras que en los hogares sin hijos e hijas disminuye 0,9 con respecto a al año anterior (del 22,2% al 21,3%). Esto indica que los hogares con hijos e hijas enfrentan mayores dificultades a la hora de salir de la situación de riesgo de exclusión.
Estos nuevos datos también demuestran que, según la tasa AROPE, más de medio millón de niños y niñas en España sigue teniendo problemas para acceder a una alimentación saludable. En concreto, el 6,9% de ellos y ellas no puede comer carne, pollo, pescado o su equivalente vegetal cada dos días.
“España es la cuarta economía en la Unión Europa y también ocupa el lamentable puesto de ser el segundo país con más pobreza infantil. Es inadmisible que nuestro país se encuentre en esta situación y que cada año veamos como, cada vez más, el número de niños y niñas en pobreza severa aumenta”, explica Catalina Perazzo, directora de políticas de infancia en Save the Children.
La pobreza en España tiene rostro de mujer
Según los últimos datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE (2020), el 81% de las familias monoparentales están formadas por madres solas con sus hijos e hijas, lo que refleja una clara feminización de la pobreza. “Esta realidad, no es solo una cuestión estadística, sino una problemática social que impacta de manera diferenciada a las mujeres, quienes enfrentan mayores dificultades para acceder a empleos estables, conciliar la vida laboral y familiar, y recibir apoyos adecuados”, explica Perazzo.
Para Save the Children es clave reconocer esta desigualdad estructural para diseñar políticas y acciones que atiendan las necesidades específicas de estas familias y garanticen el bienestar de la infancia que crece en ellas. Por este motivo, la organización se refiere específicamente a hogares monomarentales en lugar de monoparentales, debido a que la gran mayoría de estos hogares en España están encabezados por mujeres.
La situación de los niños y niñas en estos hogares monomarentales resulta especialmente preocupante, debido a que es el tipo de familia que se enfrenta a una mayor tasa de pobreza severa. Aunque la tasa ha bajado 4,1 puntos con respecto a 2023, pasando del 26,7% al 22,6%, las mujeres están expuestas a una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas.
“Todos estos datos ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas urgentes para brindarles las mismas oportunidades a todas las familias, especialmente a las que tienen mayores dificultades, así como evitar que hacer frente a la crianza de niños y niñas se convierta en un factor de empobrecimiento en nuestro país”, incide Perazzo. “Es importante poner el foco en políticas eficaces que rompan el círculo de transmisión de la pobreza que, en 4 de cada 5 casos, se reproduce de generación en generación”, concluye.
La propuesta de Save the Children: apostar por la infancia como inversión de país
Según Save the Children, el coste de la crianza en España es de 758 euros al mes por hijo o hija. Esto supone una gran carga para muchas familias, especialmente aquellas que enfrentan mayores dificultades. La realidad dificulta el acceso a necesidades básicas como alimentación, vivienda, educación y salud, aumentando el riesgo de pobreza infantil.
Este coste de la crianza varía según franjas de edad, llegando a su máximo valor en hogares con niños y niñas de 7 a 12 años. Entre 2022 y 2024, tener un hijo o hija de estas edades supone además un 15% más. Es urgente que se refuercen las políticas de apoyo a la crianza para garantizar el bienestar y desarrollo de la infancia, asegurando que ningún niño o niña vea comprometido su futuro.
Por ello, desde Save the Children se busca desarrollar las siguientes propuestas para paliar los efectos de la subida del coste de crianza:
- Implementar una prestación para la crianza accesible a todas las familias mediante deducciones reembolsables del IRPF.
- Incrementar las cuantías del CAPI (Complemento de Ayuda a la Infancia), con especial atención a los mayores de 6 años, además de desarrollar estrategias de difusión y mejorar el acceso a la prestación.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.
En España trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.