Madrid, 12 de diciembre de 2024 - Ante la próxima Conferencia de Presidentes celebrada en Santander, Save the Children hace un llamamiento urgente a los líderes autonómicos y al Gobierno central para que prioricen las necesidades de la infancia en tres áreas críticas: vivienda, salud mental y migración. Para ello, la organización presenta algunas propuestas concretas que espera se puedan abordar en la reunión y que permitan dar soluciones a muchos de los desafíos a los que se enfrentan los niños y niñas en España.
“La Conferencia de Presidentes representa una oportunidad crucial para adaptar medidas concretas y coordinadas entre todos los niveles administrativos que garanticen que ningún niño o niña se quede atrás. La infancia debe estar en el centro de las políticas públicas y esta conferencia es el momento idóneo para demostrar un compromiso real con su bienestar y futuro”, asegura Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children.
La crisis de vivienda está afectando gravemente el desarrollo de la infancia. El alza de los precios expone a un sobreesfuerzo financiero a los hogares y dispara el riesgo de pobreza para millones de ellos, especialmente a los que viven en alquiler. En cuanto a la salud mental, las últimas cifras alertan de aumento considerable de trastornos en niños, niñas y adolescentes, evidenciando una necesidad de mayores profesionales especializados. Además, la situación de la infancia migrante que llega sola a España requiere de una atención especial y un sistema de acogida adaptado a sus necesidades.
Crisis de vivienda: un techo digno para cada niño y niña
La vivienda es, sin duda, una de las grandes preocupaciones para millones de hogares. El 50% de las familias con niñas y niños que viven de alquiler destinan más de un 30% de su renta disponible al pago de la vivienda, 10 puntos más que en 2021, según datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida analizados por Save the Children. El alza de los precios expone a un sobreesfuerzo financiero a los hogares y dispara el riesgo de pobreza para millones de ellos, especialmente a los que viven en alquiler. De hecho, España es el tercer país de la Unión Europea con el mayor porcentaje de hogares que han experimentado retrasos en el pago del alquiler o la hipoteca. Además, según nuestro informe Aquí no hay quien viva, más del 21% de los hogares con niños y niñas en España reportan problemas de infraestructura como goteras, humedad o deterioro estructural, mientras que casi el 10% de estos viven en situaciones de hacinamiento, con falta de espacio adecuado para el desarrollo y estudio.
Save the Children lleva más de 30 años desarrollando programas de apoyo a la infancia con mayores dificultades proporcionando una atención integral a los niños, niñas y sus familias, para que la situación económica en la que viven no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan desarrollar el máximo de sus capacidades. Gracias a este trabajo directo con las familias, la organización ha podido constatar cómo las familias hacen verdaderos malabares para poder hacer frente a los gastos de la vivienda que, sumados a los de alimentación, conciliación, higiene, pagos imprevistos, hacen que sea muy complicado llegar a final de mes.
Más allá de riesgo sistémico que produce para la economía, las condiciones de vivienda inadecuadas pueden afectar profundamente el desarrollo emocional, físico y educativo de los niños y las niñas, limitando sus oportunidades presentes y futuras. Sin embargo, pese a esta realidad, Save the Children observa con preocupación que en el Plan Estatal de Acceso a la Vivienda actual no se menciona de manera específica a los niños y las niñas, lo cual deja de lado una dimensión crucial del problema.
Ante esta situación, Save the Children propone:
Incluir una perspectiva de infancia y las necesidades de las familias en las políticas públicas de vivienda a todos los niveles administrativos
Aumentar la oferta de vivienda pública en alquiler accesible, con plazas reservadas para familias con niños o niñas cargo.
Salud mental: una crisis silenciosa que requiere acción
En los últimos años, el número de niños, niñas y adolescentes con problemas de salud mental se ha disparado y no hay suficientes recursos para atenderlos. El suicidio es la segunda causa de muerte externa entre los niños, niñas y jóvenes entre 10 y 19 años, solo por detrás de los accidentes de tráfico. Los datos del informe Crecer Saludable(mente). Un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia ya alertaban de que, además, los niños, las niñas y adolescentes que viven en hogares con bajos ingresos tienen una probabilidad 4 veces mayor de sufrir trastornos mentales y/o de conducta que los que viven en hogares de renta alta.
Desde 2020, Save the Children impulsa el Programa Búho con el que pretende mitigar o reducir el trauma que las situaciones de violencia provocan en niños, niñas y adolescentes a través de una adecuada detección, valoración y atención clínica especializada. A través de la línea telefónica Helpline «Contigo» y de su chat, los niños y las niñas puedan hablar de sus problemas, preocupaciones o simplemente compartir alguna experiencia. El servicio trabaja en coordinación con los equipos de intervención directa de Save the Children para derivar o pedir informaciones y se basa en la confidencialidad y el anonimato, la escucha activa, el respeto y la ausencia de prejuicios a las experiencias narradas. A su vez, la organización trabaja en coordinación con las autoridades para notificar y derivar situaciones de violencia por las vías y registros oficiales.
A pesar de las alarmantes cifras, la organización lamenta la ausencia de instrumentos de detección de los problemas de salud mental en los espacios en los que niños y las niñas desarrollan su vida, así como los prolongados tiempos de espera para acceder a los tratamientos, y la baja frecuencia de las visitas. Especialmente el acceso a tratamiento resulta preocupante desde el punto de vista de la equidad. Por ello, Save the Children insta a las administraciones a:
Implementar políticas preventivas y de atención a la salud mental con perspectiva de infancia, bien como desarrollo de la Estrategia de Salud Mental, bien desarrollando e implementando estrategias autonómicas
Duplicar el número de plazas anuales convocadas de Psicólogo Interno Residente (PIR) hasta llegar a las 400 y duplicar también el número de plazas anuales convocadas del MIR en la especialidad de Psiquiatría hasta las 600
Formación especializada del personal docente y del personal sanitario en detección temprana de comportamientos suicidas
La mejora de las estadísticas oficiales, necesaria para una prevención más efectiva de los problemas de salud mental
Crear un teléfono de atención a la salud mental exclusivo para la infancia
Migración: protección integral para la infancia y la adolescencia migrante
Durante 2024 han llegado a España más de 2.000 niños y niñas migrantes sin sus progenitores. Ellos y ellas arriesgan sus vidas para llegar hasta nuestro país, estando en situación de desamparo. Según el informe Crecer sin papeles en España, realizado por la fundación por Causa y Save the Children, un niño o una niña extranjero sin papeles se expone a una triple vulnerabilidad: como persona menor de edad, como migrante y como persona en situación administrativa irregular. En este panorama, son las comunidades autónomas las que tienen la responsabilidad de velar por la protección de sus derechos. Esta protección efectiva se vuelve complicada cuando los recursos de los que se disponen están desbordados. Ante la saturación de los centros de acogida de niños, niñas y adolescentes extranjeros en territorios como Canarias y Ceuta, Save the Children insiste en la necesidad de tomar medidas estructurales que permitan planificar y responder de manera coordinada a las necesidades del sistema y prevenir situaciones de saturación.
Desde 2016, Save the Children trabaja atendiendo a la infancia migrante en España, denunciando las difíciles condiciones en las que muchos de ellos y ellas viven y exigiendo al Gobierno central y a las comunidades autónomas que actúen con medidas que aseguren su protección y cuenten con oportunidades para vivir el presente y el futuro al que tienen derecho. Estas son algunas de las medidas:
Un sistema de reubicación de niños, niñas y adolescentes no acompañados estable, no condicionado a situaciones de crisis, equitativo y ágil, para evitar la acumulación de niños, niñas y adolescentes en determinados territorios que pierden la capacidad de atenderlos debidamente
Desarrollar un protocolo de preparación y respuesta ante contingencias migratorias
Crear un procedimiento multidisciplinar para la determinación de la edad
Desarrollar una estrategia integral para la inclusión efectiva de la infancia y juventud migrante