- Crece más de un 70% la violencia sexual hacia la infancia y adolescencia en solo 10 años. Del total de víctimas menores de edad, 4 de cada 5 eran niñas y chicas adolescentes.
- Save the Children se muestra preocupada por las recientes noticias sobre la violencia sexual de las últimas semanas.
26 de mayo de 2022. Ante las recientes noticias que han salido a la luz de violaciones en grupo a niñas y adolescentes, Save the Children muestra su preocupación por el aumento de este tipo de violencia y recuerda que la educación afectivo-sexual desde edades tempranas ayudaría a reducir a la mitad los casos, según el informe Ojos que no quieren ver de la propia organización.
Save the Children alerta de que la violencia sexual hacia la infancia y adolescencia ha aumentado un 71,1% en la última década, según datos del Ministerio del Interior. Así, de 3.322 denuncias que se interpusieron por este motivo en 2010, en 2020, último año con cifras oficiales, se registraron 5.685 denuncias por violencia sexual que tiene como víctima un menor de edad. De estas víctimas, 4 de cada 5 eran niñas y chicas adolescentes.
“Aunque son datos horribles, no hay que olvidar que estas cifras son solo la punta del iceberg. Que las denuncias aumenten no es que haya más casos, sino que cada vez se visibiliza más este problema y la sociedad está más sensibilizada”, explica Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children.
La organización recuerda la necesidad de impartir en las escuelas educación afectivo sexual, tal y como recoge la Ley de Educación y la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), que enseñe a niños y niñas, siempre de forma adaptada a su etapa educativa, conceptos necesarios para detectar la violencia o el abuso como son el consentimiento, la autonomía del cuerpo, el desarrollo de las emociones o la creación de relaciones igualitarias. Esta educación no debe quedarse solo en el ámbito escolar, sino también extrapolarla a otros ámbitos, como el familiar y sanitario.
“La mitad de adolescentes de España ha recibido en los últimos 2 años entre 1 y 4 horas de formación sobre educación sexual. No podemos permitir que la pornografía sea su única fuente de información sobre la sexualidad, ya que su deseo sexual se construye sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción”, explica Perazzo.
En la investigación (Des)información sexual: pornografía y adolescentes, en el que participaron en una encuesta más de 1.700 chicos y chicas de entre 13 y 17 años de toda España, Save the Children alerta de que el 12,2% de los chicos ha reproducido lo que han visto en la pornografía en sus relaciones sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien.
“Ahora con el comienzo de la época estival, donde tienen lugar más eventos festivos, festivales, conciertos y fiestas se puede aumentar el número de casos de violencia sexual", afirma Perazzo. En estos contextos, en los que circulan sustancias como el alcohol y otro tipo de drogas, “es necesario estar todavía más alerta porque, según diversos estudios, en las agresiones sexuales grupales el consumo de estas sustancias suele estar presente”. Save the Children pide a los Ayuntamientos y las administraciones que contribuyan y generen entornos seguros para ninos, niñas y adolescentes, tal y como prevé la LOPIVI, así como campañas de sensibilización que ayuden a concienciar a la sociedad sobre esta problemática.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.
En España trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.