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Kabul, 18 de marzo de 2022. Una madre afgana había tomado la determinación de vender a su futuro hijo ante el aumento de la crisis económica que asola el país y obliga a padres y madres a abandonar a sus hijos e hijas, según atestigua Save the Children.
La organización alerta sobre la crudeza de la situación en Afganistán y asegura que historias como la de esa mujer se están volviendo muy comunes en el país a medida que las familias con menos recursos recurren a medidas cada vez más desesperadas para sobrevivir. En un estudio de campo reciente, Save the Children identificó a 30 familias que habían intercambiado a uno de sus hijos o hijas para afrontar sus deudas, pero dicho estudio estima que se podrían haber dado como moneda de cambio hasta 121.000 niños y niñas en todo el país desde agosto de 2021.
Nosheen, de 36 años, vive con su esposo y sus cinco hijos en la provincia de Jawzjan, en el norte de Afganistán. Está embarazada de su sexto hijo, pero su esposo, Aziz, le dijo que no tenían más remedio que vender al niño al nacer. “La tristeza ni siquiera se acerca a lo que siento”, deplora Nosheen.
Aziz, de 47 años, cuenta que les ofrecieron aproximadamente 565 dólares americanos por su bebé, lo que permitiría a la familia pagar una parte considerable de su deuda.
“Estamos en una situación muy mala. No tenemos nada para comer en la casa. Todos los días voy al centro de la ciudad a trabajar. Apenas gano suficiente dinero para unos cuantos trozos de pan. La mayoría de los días no puedo encontrar trabajo. Decidí que, como tengo cinco hijos, venderé a nuestro bebé cuando nazca para que los demás sobrevivan y no se mueran de hambre”, cuenta Aziz.
El colapso de la economía y las continuas consecuencias de la sequía del año pasado han desencadenado una crisis alimentaria sin precedentes en Afganistán. La mayoría de las familias han perdido parte o la totalidad de sus ingresos y no pueden pagar el aumento del coste de los alimentos. Además, a medida que la guerra en Ucrania continúa, aumenta el coste de los productos básicos en todo el mundo.
El estudio de Save the Children también identificó que el 96% de las familias afganas comen una variedad muy limitada de alimentos o alimentos que no quieren comer, y más de la mitad de las personas adultas encuestados (52%) informaron que sus hijos e hijas mostraban signos visibles de desnutrición, como adelgazamiento o retraso en el crecimiento.
Como muchas familias en Afganistán, Nosheen y Aziz han recurrido a pedir dinero prestado para alimentar a sus hijos y ahora están endeudados. “He pedido prestados 70.000 afganos (aproximadamente 809 dólares) para alimentos”, explica Aziz. “Hoy la gente tocó a la puerta pidiendo su dinero. Estar endeudado es peor que tener hambre porque exigen el dinero todos los días, pero no tengo dinero para pagar. Esperamos a que alguien nos traiga unos trozos de pan, si no pasamos hambre todo el día o toda la noche. Lucho mucho para encontrar trabajo para que mis hijos no pasen hambre”, añade.
Save the Children está apoyando a esta familia con transferencia de efectivo y la ha convencido para que no siga adelante con la venta de su hijo. El equipo de protección infantil de la organización continuará visitando a la familia regularmente para garantizar que el niño esté seguro y protegido una vez que nazca.
HACIA EL COLAPSO
La ayuda internacional estos años ha ido recibiendo Afganistán ha tardado ahora en regresar debido a que los países y las instituciones financieras internacionales recortaron los fondos y congelaron los activos a raíz de la transición de poder del año pasado.
Save the Children hace un llamamiento a la comunidad internacional para que encuentre urgentemente soluciones para descongelar los activos financieros que ayuden a reactivar la economía afgana, así como advirtió de que las medidas están empeorando la crisis humanitaria.
“Los trágicos extremos a los que se enfrentan los padres y las madres para mantener con vida a sus hijos e hijas muestran cómo de grave se está volviendo la situación en Afganistán. Organizaciones como la nuestra están haciendo todo lo posible para apoyar a las familias que lo han perdido todo, pero con la economía paralizada, las familias afganas se están hundiendo en arenas movedizas”, afirma Athena Rayburn, directora de Protección y Campañas de Save the Children para Afganistán.
Mientras la atención del mundo está en la difícil situación de las personas refugiadas que huyen de Ucrania, Save the Children insiste en que no se debe olvidar a pueblos como el afgano. La organización lamenta que hasta que no se aborde la crisis económica, las familias no tendrán otra opción que tomar decisiones desesperadas que cambien sus vidas para poder sobrevivir.
Save the Children ha ayudado en Afganistán desde el pasado mes de septiembre a 913.000 personas, incluidos 508.000 niños y niñas, y ha proporcionado transferencias de efectivo a más de 155.000 personas. También está identificando a los niños y las niñas que están en riesgo de abandono, explotación, violencia o abuso, así como trabaja con sus familias para encontrar soluciones a largo plazo para garantizar que estén seguras y que se respeten sus derechos.
ESTUDIO DE CAMPO
Entre noviembre y diciembre de 2021, Save the Children encuestó a 1.409 personas adultas en siete provincias en las que actualmente opera: Balkh, Faryab, Jawzjan, Kabul, Kandahar, Nangarhar y Sari-pul. El 2,1% de las personas encuestadas aseguró haber intercambiado un hijo o una hija por una deuda.
Se realizó un muestreo aleatorio estratificado por conglomerados con el distrito como unidad primaria de muestreo y asegurando un equilibrio de género. Los distritos representan las cuatro regiones de Afganistán y los grupos culturales dentro de ellas.
Los siete distritos se distribuyen en las cuatro regiones de Afganistán (región oeste, sur, este y norte) y representan todas las características de la población de Afganistán.
SOBRE SAVE THE CHILDREN
Save the Children es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura.
En España trabaja desde hace más de 30 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.