Afganistán: 250.000 niños y niñas necesitan alimentos, hogar y educación tras regresar de Pakistán

El 99% de las familias retornadas no tienen comida para afrontar los dos próximos meses

Uno de cada tres niños y niñas afganos se enfrentan a niveles críticos de hambre

Afganistán es el segundo país del mundo con mayor número de personas desplazadas internas, aproximadamente una de cada siete

Asra y su familia

 

Kabul, 18 de abril de 2024. Cerca de un cuarto de millones de niños y niñas afganos carecen de alimentos, casa y educación después de regresar desde Pakistán en los últimos siete meses, asegura Save the Children.

Desde septiembre de 2023, más de 520.000 personas abandonaron Afganistán tras el último anuncio de Pakistán. Según el Gobierno, todo aquel residente extranjero sin documentación debía marcharse voluntariamente o enfrentarse a la deportación. Aproximadamente la mitad de las personas que salieron del país tras el aviso eran menores de edad.

Una encuesta realizada por Save the Children a las familias que han regresado a Afganistán  revela que casi la totalidad (el 99%) no tienen suficiente comida para los próximos dos meses. Entorno a tres cuartas partes de estas personas aseguran haber reducido el tamaño de las raciones o directamente restringieron el consumo de alimentos para que los más pequeños pudieran comer al menos dos días de la semana anterior.

Alrededor del 40% de los retornados y de las familias de las comunidades de acogida encuestados tuvieron que pedir comida prestada o depender de amigos y parientes durante al menos tres días a la semana: el 13% de los retornados y el 9% de las familias de acogida afirmaron que tenían que conseguir comida de otras personas todos los días.

Casi 8 millones de niños y niñas afganos, que corresponde a uno de cada tres, se enfrentan a niveles críticos de hambre.   

Aproximadamente una de cada seis familias vive en tiendas de campaña, según la encuesta, y la mayoría de las personas retornadas tienen pocos o ningún medio de subsistencia. Sólo un tercio había conseguido traer consigo bienes desde Pakistán. De ellos, el 47% afirma que no hay trabajo disponible en Afganistán, y el 81% asegura que no tiene ninguna cualificación que pueda conducir conseguir un empleo.  

Casi dos tercios (65%) de los niños y niñas que han regresado a Afganistán no están escolarizados. La mayoría (85%) dijeron a Save the Children que no tienen los documentos necesarios para inscribirse y matricularse en la escuela. En Pakistán, más de dos tercios de estos niños y niñas habían estado escolarizados.   

Raihana [nombre ficticio], de 15 años, vive con su abuelo tras regresar con su madre y sus 3 hermanos. La familia lo vendió todo antes de salir de Pakistán. "Cuando tuve que regresar a Afganistán, me despedí de mis amigos de allí. Se pusieron muy tristes y yo también. No podré volver a reunirme con ellos hasta que consigamos ir con documentos, lo que no es fácil para nosotros. Necesitamos ayuda desesperadamente. Necesitamos refugio, artículos de primera necesidad: ropa de invierno, zapatos, mantas, alimentos y medicinas. Afganistán es muy frío y la vida allí es difícil porque no tenemos suficientes recursos. Mi hermana y mi hermano enfermaron, así que los trajimos aquí para que los vieran los médicos", cuenta.

Save the Children está operando cinco clínicas móviles de salud y nutrición en áreas cercanas a Torkham y Spin Boldak, y también tiene equipos de salud trabajando en Nangarhar para apoyar a las personas retornadas y sus comunidades de acogida. También está proporcionando protección infantil, apoyo psicosocial y servicios de agua, saneamiento e higiene en campamentos y centros de recepción, así como ayuda en efectivo a 2.500 familias que han regresado de Pakistán.

Arshad Malik, director general de Save the Children en Afganistán, alerta de la grave situación: “Las familias regresan a Afganistán prácticamente sin nada. La mayoría depende de parientes o amigos para su manutención, y estas comunidades ya tienen poco para mantenerse a sí mismas. El regreso de tantas personas está creando una necesidad adicional sobre unos recursos ya desbordados. Los niños y niñas afganos necesitan apoyo y estabilidad. Muchos de los indocumentados nacieron en Pakistán; Afganistán no es el lugar al que llaman hogar”.  

El país está luchando para hacer frente a los desplazamientos. Además de los retornados de Pakistán, 600.000 afganos llegaron de Irán el año anterior. Las familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares por múltiples catástrofes, como la serie de terremotos de Herat y la actual sequía. Afganistán es también el segundo país del mundo con mayor número de desplazados internos, aproximadamente una de cada siete personas.   

“Pakistán ha acogido generosamente a un gran número de refugiados afganos durante muchas décadas. Esperamos que esta demostración de compasión y solidaridad continúe para aquellas familias vulnerables que aún necesitan protección internacional”, añade Malik.  “Afganistán no sólo necesita financiación urgente de los donantes y gobiernos internacionales, sino también soluciones a largo plazo basadas en la comunidad para ayudar a todos los desplazados a reconstruir sus vidas”, concluye.
 

Save the Children en Afganistán

Save the Children lleva desde 1976 apoyando a las comunidades y protegiendo los derechos de los niños y niñas en todo Afganistán, incluso durante periodos de conflicto y catástrofes naturales. La organización tiene programas en nueve provincias y trabaja con socios en otras siete. Desde agosto de 2021, ha ampliado su respuesta para apoyar al creciente número de niños y niñas con necesidades. Presta servicios de salud, nutrición, educación, protección infantil, refugio, agua, saneamiento e higiene.