- Save the Children muestra su preocupación por la reciente prohibición del deporte escolar en Euskadi, que supone una restricción de varios derechos fundamentales de la infancia y puede llegar a tener un impacto en su bienestar.
- La organización pide aumentar la inversión pública en políticas destinadas a proteger a la infancia
Bilbao, 18 de noviembre de 2020. En el contexto de la celebración del Día Internacional del Niño el próximo viernes 20 de noviembre, Save the Children pone el foco en cómo está afectando la pandemia de la Covid-19 en los derechos de la infancia, recogidos internacionalmente en la Convención sobre los Derechos del Niño.
La organización considera que las necesidades de la infancia y su priorización en base al interés superior del niño o niña no han estado suficientemente garantizadas en las políticas públicas a la hora de afrontar las consecuencias inmediatas y a largo plazo de la pandemia.
Save the Children reivindica que la lucha contra las consecuencias sanitarias de la pandemia es indisociable de sus efectos socioeconómicos y que la población que previamente estaba en riesgo de exclusión social ha de ser prioritaria, y en especial la infancia.
Impacto en Euskadi
Uno de cada cuatro menores de 18 años –92.177 niños, niñas y adolescentes – está en riesgo de pobreza en Euskadi, 7 puntos por encima de la tasa de pobreza de la población adulta, según la Encuesta de Condiciones de Vida (2019). Sin embargo, Save the Children recuerda que estos datos no reflejan el impacto de la pandemia en las familias más vulnerables y advierte de que la pobreza infantil se incrementará por culpa de la Covid-19. En Euskadi es urgente una reforma de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que mejore la protección y aumente las cuantías para familias con hijos e hijas a cargo, especialmente para las madres solas.
Save the Children muestra su preocupación por la reciente prohibición del deporte escolar en Euskadi, es decir todas aquellas actividades deportivas dirigidas a niñas, niños y adolescentes de 6 a 16 años fuera del horario lectivo, lo que supone una restricción de diversos derechos fundamentales de la infancia y la adolescencia y por tanto puede llegar a tener un impacto en su bienestar. La organización considera que es necesario que los responsables públicos respeten y velen por el derecho al ocio y al bienestar integral (en términos de salud física, mental y emocional, interacción social, etc.) de niñas, niños y adolescentes. Todo ello, sin menoscabar las medidas sanitarias necesarias de prevención y protección frente al coronavirus.
“La lucha contra las consecuencias sanitarias de la pandemia es indisociable de sus efectos socioeconómicos y la población que previamente estaba en riesgo de exclusión social ha de ser prioritaria, y en especial la infancia. Todas las medidas de prevención y respuesta deben tomar en cuenta al interés superior del niño y la niña establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño” señala Charo Arranz, directora de Save the Children en Euskadi.
Save the Children alerta de que nos encontramos ante una de las mayores emergencias educativas. La pérdida de aprendizaje, acompañada por la desvinculación de la escuela y una crisis económica que va a continuar pueden traducirse en un aumento de la inequidad y el riesgo de fracaso y abandono prematuro y marcar la trayectoria educativa y vital del alumnado.
En cuanto a la violencia hacia niños y niñas, Save the Children asegura que la crisis del coronavirus ha sacado a la luz lo que ya previamente estaba fallando en la protección a la infancia y adolescencia, a la vez que ha agravado sus consecuencias. Una encuesta realizada por la organización a las familias beneficiarias de sus programas de lucha contra la pobreza reveló que uno de cada cuatro padres y madres perdió los nervios en alguna ocasión durante el confinamiento.
De forma paralela, la organización ha sido testigo de que la infancia migrante ha tenido que enfrentar durante los últimos meses múltiples dificultades, como las barreras administrativas en el acceso a sistemas de protección o ayudas económicas o las precarias condiciones de acogida y de acceso a servicios básicos. Además, durante la primera ola se observó cómo los sistemas de protección carecían de recursos suficientes: sin conexión, sin infraestructura necesaria, sin traductores, sin espacios disponibles para garantizar el distanciamiento social.
Impacto a los países en zonas de conflicto
La lucha contra la pandemia está siendo especialmente compleja en aquellos lugares que partían de una situación especialmente dramática, como Siria, Afganistán, Yemen o Palestina, donde los conflictos persistentes dificultan la protección de la infancia. Save the Children continúa trabajando en esos lugares para paliar al máximo sus efectos, pero ve como otras enfermedades prevenibles no están siendo atendidas: el sarampión, la poliomielitis, el cólera, la neumonía, la fiebre amarilla y la difteria están acabando con la vida de millones de niños y niñas.
Save the Children recuerda que dos tercios de los menores no vacunados en el mundo viven en países en conflicto y que la violencia en estos contextos impide su tratamiento médico. La organización señala que las tasas de vacunación se han desplomado en países como Siria, donde los niveles de inmunización contra la difteria, el tétanos y la tosferina estaban por encima del 80% antes de la guerra y cayeron al 47%, según datos de hace dos años. Otro ejemplo es Ucrania, país en el que la tasa nacional de vacunación bajó del 80% al 19% después de cuatro años de guerra.
Asimismo, Save the Children advierte de que la Covid-19 ha agravado aún más la situación de la infancia que vive en zonas de guerra, provocando la suspensión de los programas de inmunización en más de 60 países. Como resultado, 80 millones más de niños y niñas menores de un año corren el riesgo de contraer enfermedades prevenibles para las que hay vacuna. La organización muestra su preocupación ante los primeros datos disponibles de vacunación de este 2020, cifras que revelan que, entre marzo y agosto, 50 millones de niños y niñas no recibieron la vacuna contra la polio.
Por otro parte, Save the Children teme también por el aumento en la desprotección de niñas en estos países. Se prevé que 2,5 millones adicionales de niñas estarán en riesgo de contraer matrimonio forzoso en los próximos cinco años. Además, se producirán hasta un millón adicional de embarazos en la adolescencia en 2020 debido a los impactos económicos de la pandemia. Unos 130 millones de niñas no iban a la escuela desde antes de la pandemia.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países, y en Euskadi está presente desde hace más de 15 años, proporcionando apoyo educativo, y actividades de ocio y tiempo libre a más de 500 niños y niñas en riesgo de pobreza o exclusión social en Bilbao, Barakaldo y Vitoria-Gasteiz.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.