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La EDUCACIÓN EN UCRANIA
TRAS TRES AÑOS DE GUERRA
La guerra en Ucrania estalló en febrero de 2022. En estos tres años, el conflicto ha dejado 40.800 personas heridas o muertas, de las cuales 2.500 eran niños y niñas, más de 3,6 millones de personas desplazadas - alrededor de 737.000 son niños y niñas-, casi 6,9 millones de personas refugiadas -la mitad son niños y niñas- y todavía, con 2 millones de niños y niñas que necesitan ayuda humanitaria urgentemente, no está claro si en un futuro próximo el conflicto llegará a su fin.
La educación en Ucrania se ha visto totalmente afectada. Al igual que en los últimos dos años, el mayor número de ataques contra escuelas en el mundo en 2024 se registró en Ucrania. Fueron 576 instalaciones educativas, incluidas escuelas, jardines de infancia y universidades las que resultaron dañadas o destruidas en 2024, en comparación con 256 instalaciones educativas en 2023, más del doble en solo un año.
La guerra ha interrumpido la educación de unos 4 millones de niños y niñas y unos 600.000 estudiantes están aprendiendo ahora a distancia, según números de Naciones Unidas. Estos niños y niñas ya no asisten a clases presenciales por el riesgo de ataques. Sus escuelas están demasiado cerca de la línea del frente y corren el riesgo de ser bombardeadas o carecen de un refugio equipado.
Yulia, una niña ucraniana de 13 años que vivía cerca de la frontera con Rusia, nos cuenta que en los primeros días, cuando todo empezó, nadie entendía nada: “Yo seguía pensando que no tardaríamos en volver al colegio, [que] todo iría bien, pero la realidad no fue esa. Me fui al pueblo con mis padres. Al principio estuve con las clases a distancia. Estuvimos estudiando así aproximadamente medio semestre”.
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Yulia, una niña ucraniana desplazada en el oeste del país.
Los niños y niñas corren un alto riesgo de pérdida de aprendizaje -que se traduce en un retroceso en los conocimientos y habilidades adquiridos-, y la mayoría de los padres y madres afirman que sus hijos no reciben una educación de calidad. No solo por las clases online, sino también por la interrupción de las clases por las alertas de ataques aéreos, la falta de contacto con los compañeros y compañeras.
Yulia, que ahora vive en la zona oeste de Ucrania, nos dice que volvió al colegio después del verano, pero de una forma muy distinta: “[Cuando sonaba la alarma], todos teníamos que bajar al refugio, pero de algún modo tienes que seguir estudiando. Si los ataques aéreos eran todos los días durante una semana, entonces sí, podíamos perder tres o cuatro clases, estábamos constantemente en un refugio”.
El gobierno ucraniano ha anunciado que existe el riesgo de que los niños y niñas se enfrenten todavía más a una mayor pérdida de aprendizaje: se estima que aquellos que aprenden exclusivamente en línea pueden perder entre 60 y 160 horas de aprendizaje al mes por los cortes de energía y pérdida de conexión a Internet.
En un esfuerzo por ofrecer a más niñas y niños la posibilidad de recibir clases presenciales, las ciudades de Ucrania, que sufren intensos ataques diarios, están empezando a construir escuelas subterráneas. La ciudad de Járkov, en el este de Ucrania, ha recurrido a la creación de escuelas subterráneas en su red de metro para que los niños y las niñas puedan recibir al menos algunas horas al día de clases presenciales y tener la oportunidad de interactuar con sus amigos, amigas y compañeros de estudios.
Solía soñar con un teléfono nuevo, y que todo fuera bien, que todo el mundo estuviera sano. Ahora creo que la mayoría de los ucranianos solo tienen un sueño: que acabe la guerra, que llegue la paz y que todo acabe bien”,
Yulia, niña ucraniana desplazada al oeste del país.
Los niños y las niñas, como dice Yulia, necesitan que la paz llegue ya, que se queden atrás los bombardeos, los ataques, y que se priorice la educación, la atención sanitaria, la vivienda y se reduzca la pobreza infantil.
Save the Children en Ucrania
En cada emergencia y conflicto en la que trabajamos, los niños y niñas siempre nos dicen los mismo: lo que más quieren es volver a la escuela. No importa si son las balas, si tiembla la tierra o si el agua cubre las calles, en la escuela están sus compañeros y están siempre los libros. Allí se sienten seguros. En Save the Children trabajamos para que esos niños y niñas no pierdan la oportunidad de aprender y relacionarse con sus amigos gracias a los Centros de Aprendizaje Digital, reparamos escuelas y refugios, y brindamos apoyo psicológico, materiales de aprendizaje y formación docente. Además, equipamos escuelas con tecnología, apoyamos a niños y niñas con discapacidades y lideramos el Clúster Nacional de Educación para una respuesta coordinada.
Nuestra organización lleva trabajando en Ucrania desde 2014. En los últimos tres años, hemos ayudado a 3,8 millones de personas, entre ellas a 1,47 millones de niñas y niños, con distintos proyectos relacionados con la asistencia básica (alimentos y agua), transferencias de efectivo y creación de espacios seguros, para garantizar que los niños, las niñas y las familias afectadas por esta guerra reciban el apoyo que necesitan.