Caminamos junto a los
niños, niñas y
adolescentes migrantes
Los niños, niñas y adolescentes que llegan a nuestro país han vivido un camino, frecuentemente marcado por la violencia, muy difícil . Este trayecto puede durar meses o incluso años. Al llegar, en las primeras 72 horas identificamos los casos más vulnerables para brindarles el apoyo que necesitan. Pero nuestro trabajo no termina ahí. En Save the Children caminamos junto a los niños, niñas y adolescentes migrantes para proteger sus derechos y asegurarnos de que alcancen su meta.
La importancia de desarrollarse como personas
Nuestro propósito es que los niños y niñas se sientan seguros y protegidos, por lo que los apoyamos a lo largo de todo su proceso, ya sea dentro de los sistemas de protección infantil, en colaboración con las instituciones públicas y otras ONG, o cuando han salido del sistema como jóvenes extutelados. Nuestro equipo habla con los chicos migrantes en su propio idioma y con un lenguaje acorde a su edad, para que comprendan dónde están, qué sucederá a continuación, y cuáles son sus derechos.
Al mismo tiempo, promovemos que los niños y niñas se relacionen con su entorno y construyan sus propias redes de apoyo. Además, al cumplir los 18 años, aunque ya no formen parte de los sistemas de protección, siguen siendo adolescentes que necesitan apoyo. Y por ello, continuamos a su lado hasta que logren convertirse en adultos autónomos.
Es el caso de Daouda, un joven que llegó a España para escapar de la guerra que afecta a su país, Malí. “Aquí he encontrado la paz, sin escuchar ruido de armas”. Este es su testimonio:
Daouda es ahora un compañero más en Save the Children y se dedica a ayudar a jóvenes que han pasado por experiencias muy similares a la suya. Es importante recordar que los adolescentes y jóvenes que migran sin referentes familiares se enfrentan a realidades que los fuerzan a crecer y convertirse en adultos más rápido de la cuenta, en un momento vital en el que aún están creciendo y desarrollándose, lo que les expone a situaciones de mucho riesgo y a un sistema que muchas veces les deshumaniza.
Muchos de estos chavales, al cumplir la mayoría de edad, acaban viviendo situaciones muy duras: durmiendo en la calle o en casas sin luz ni agua, en situación administrativa inestable, comiendo una vez al día y sin familia o sin redes de apoyo más allá de sus amigos, que se encuentran en su misma situación. Así que es fundamental intervenir y hacer que sientan que no están solos y que les ayudaremos a buscar un camino para el futuro que se merecen.
Juan Luis Álvarez, coordinador de nuestros programas de infancia en movimiento en Canarias, nos recuerda la importancia de “transmitir sus realidades para que se genere empatía social”. En el siguiente vídeo Juan Luis nos ayuda a descubrir cómo se trabaja en uno de nuestros centros:
Cómo acompañamos a los niños y niñas migrantes que llegan a nuestras fronteras:
- Atendemos a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de calle, proporcionándoles información y asesoramiento en diferentes idiomas para que conozcan sus derechos, evaluando riesgos y vulnerabilidades, y derivando para atención especializada.
- Fortalecemos el Sistema de Protección a través de formación a profesionales con herramientas y metodologías.
- Gestionamos un servicio Helpline (ayuda telefónica) al que pueden llamar gratuitamente menores, jóvenes o profesionales.
- Intervenimos en llegadas marítimas dentro de los CATEs (Centros de Atención Temporal de Extranjeros), a través de la intermediación cultural, primeros auxilios psicológicos y detectando y derivando perfiles vulnerables.
- Contamos con dos "Espacios Seguros" en Málaga y Las Palmas. En estos centros realizamos intermediación cultural, acompañamiento jurídico-administrativo, primeros auxilios psicológicos y promoción de la inclusión a nivel comunitario.
Nuestros programas de atención a la infancia migrante también llegan a los países de origen como Mali, Senegal o Mauritania, donde tenemos programas de protección.