Gaza, 25 de junio de 2024 – Casi toda la población de la Franja de Gaza, el 96%, enfrenta grave escasez de alimentos, con más de 495.000 personas, incluyendo niños y niñas, afrontando una hambruna derivada de una extrema falta de alimentos, según cifras publicadas hoy por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC, en sus siglas en inglés).
El personal médico de Save the Children ha reportado alrededor de 40 casos de niños y niñas con desnutrición severa y potencialmente mortal en una de sus clínicas en solo cinco semanas, con niños y niñas y personas adultas presentando síntomas como peso extremadamente bajo, fatiga, presión arterial baja y otras enfermedades asociadas con el hambre.
Durante el fin de semana, una madre de 38 años llegó a una clínica de Save the Children con severa fatiga y desgaste muscular. Pesaba solo 38 kilos.
La ayuda y el acceso a la ayuda son la diferencia entre la vida y la muerte para las personas en Gaza en este momento, según Save the Children, que reitera la necesidad de un acceso completo y sin restricciones a lo largo de la Franja de Gaza para el personal humanitario y los suministros que salvan vidas para combatir la desnutrición. Save the Children y otras ONG no pueden llegar a muchos niños y niñas y personas adultas que enfrentan hambre extrema debido a las hostilidades en curso y la falta de servicios y suministros disponibles.
Rachel Cummings, responsable del equipo de Save the Children en Gaza, lamenta las dificultades para poder trabajar: “Sabemos cómo prevenir la desnutrición, sabemos cómo tratar la desnutrición, pero no se nos está dando la oportunidad de hacerlo. Las severas y significativas restricciones de ayuda y los combates intensos significan que no podemos intervenir como lo haríamos normalmente, y hemos hecho en innumerables otras emergencias antes, para salvar vidas”.
Save the Children está siendo testigo de cómo comunidades previamente saludables están muriendo: “Estamos viendo un aumento en los casos de niños y niñas con diarrea, ictericia y afecciones respiratorias, que son todas enfermedades que, cuando se combinan con el hambre extrema, pueden matar a un niño o niña en días”, añade Cummings.
Las cifras de la IPC, la escala global para clasificar las crisis alimentarias y de nutrición, también muestran que alrededor de 745.000 niños y niñas y personas adultas en Gaza enfrentan condiciones de emergencia de inseguridad alimentaria (Fase 4 de la IPC), que se caracteriza por una desnutrición aguda y un creciente riesgo de muerte relacionada con el hambre. El informe revela que sin un fin a las hostilidades y mejoras inmediatas en el acceso a la ayuda, todos los niños y niñas en Gaza están en riesgo de hambruna.
Según el Ministerio de Salud en Gaza, al menos 34 personas, la mayoría de las cuales son niños y niñas, ya han muerto por desnutrición severa.
El informe de la IPC también revela que, aunque las personas en el norte de Gaza han sido temporalmente alejadas del borde de la hambruna, que había sido predicha por la IPC para mayo, esto es solo porque se permitió que llegara ayuda limitada a las personas más necesitadas. En contraste, en el sur, la situación del hambre ha empeorado sustancialmente tras la reanudación de las hostilidades y el acceso disminuido a la ayuda.
Save the Children está operando programas de detección y salud en la Franja de Gaza, incluyendo la capacitación del personal de nutrición, la detección de niños y niñas y adultos, y la protección, promoción y apoyo de las prácticas de lactancia materna. Sin embargo, las condiciones básicas para llegar a las familias deben, según la organización, ser establecidas por el Gobierno de Israel levantando el asedio y facilitando el acceso humanitario sin restricciones a lo largo de la Franja de Gaza y para que todas las partes detengan las hostilidades.
Save the Children lleva prestando servicios esenciales y apoyo a los niños y niñas palestinos desde 1953, y actualmente trabaja sin descanso para hacer llegar suministros vitales a las familias gazatíes: agua potable, alimentos, productos de higiene, colchones, mantas, aprendizaje, kits de refugio, juguetes y juegos. La organización está proporcionando atención en salud mental y apoyo psicosocial a los niños, niñas y sus familias, así como entregando dinero en efectivo a las familias para ayudarles a comprar artículos de primera necesidad. También está apoyando actividades recreativas y actualmente ayudan a socios locales en las distribuciones.