Jerusalén, 28 de mayo de 2024 - Mientras los ataques israelíes se intensifican en Rafah, el impredecible goteo de ayuda a Gaza ha creado un espejismo de mejora del acceso, mientras que la respuesta humanitaria está en realidad al borde del colapso, advierten 20 ONG. Según los datos existentes, los últimos ataques israelíes contra un campo de desplazados cercano a las instalaciones de ayuda de la ONU en Rafah han matado a decenas de personas, entre ellas niños y niñas, e hirieron a muchas más. La capacidad de respuesta de las organizaciones humanitarias y los equipos médicos prácticamente se ha desmoronado, y las soluciones provisionales, como un «muelle flotante» y nuevos pasos fronterizos, han tenido escasa repercusión.
Las ONG temen ahora que se acelere el número de muertes por inanición y enfermedad, así como que se deniegue la asistencia médica, mientras los puntos de entrada terrestres y marítimos siguen cerrados a la ayuda humanitaria significativa, sobre todo al combustible, y se intensifican los ataques en las zonas que albergan a civiles.
La obstrucción sistemática en los pasos fronterizos controlados por Israel, la intensificación de las hostilidades y los prolongados cortes en las telecomunicaciones han reducido el volumen de la ayuda que entra en Gaza, incluidos alimentos, combustible y suministros médicos, a algunos de los niveles más bajos de los últimos siete meses, según han declarado estas 20 organizaciones humanitarias.
Médicos Sin Fronteras (MSF), uno de los mayores proveedores de ayuda humanitaria y médica en Gaza, no ha podido introducir suministros en el enclave desde el 6 de mayo. La falta de suministro de agua limpia expone a los pacientes a un alto riesgo de contraer enfermedades. Sin embargo, las autoridades israelíes casi siempre deniegan los kits de desalinización y las bombas sumergibles para establecer sistemas sostenibles de suministro de agua.
Las dificultades para distribuir la ayuda de forma segura dentro del enclave también han alcanzado un nuevo máximo. En menos de tres semanas, casi un millón de palestinos se han visto desplazados de nuevo a zonas superpobladas que carecen de medios para mantener la vida humana. La constante preocupación por la protección de las operaciones de ayuda, incluida la seguridad de los trabajadores humanitarios, y la proliferación de puestos de control israelíes dentro de Gaza también siguen obstaculizando la respuesta humanitaria.
Zenab, una mujer embarazada cuyo marido murió en un ataque aéreo israelí, ha contado a CARE International en marzo que huyó de la ciudad de Gaza a Rafah y luego a Jan Yunis. Tuvo que caminar horas y horas hasta diferentes farmacias, hospitales y centros de salud para encontrar medicamentos para tratar las complicaciones del embarazo, y no pudo hallar suficiente agua potable ni alimentos. Su médico le ha dicho que necesita una cesárea y que dará a luz la semana que viene, pero teme que no haya sitio en ninguno de los hospitales que siguen funcionando parcialmente.
El sistema sanitario de Gaza ha quedado prácticamente desmantelado. Casi todos los hospitales de Gaza han recibido «órdenes de evacuación», están sitiados por Israel o pronto se quedarán sin combustible ni suministros. El mayor hospital de Rafah, Abu Yousef al-Najjar, se ha visto obligado a cerrar tras una «orden de evacuación» emitida por Israel, y en la actualidad no se puede acceder a ningún hospital del norte de Gaza. Los trabajadores médicos de Gaza afirman que los pacientes mueren a diario debido a la escasez de suministros sanitarios, mientras personal médico, de enfermería y otros trabajadores de la salud siguen siendo asesinados o desplazados a la fuerza.
Save the Children afirma que los niños y las niñas ya no pueden ser evacuados médicamente de Gaza y están luchando para hacer frente a los horrores a los que se enfrentan a diario y a la pérdida de familiares y seres queridos, y necesitan desesperadamente apoyo psicosocial.
La organización Juzoor, colaboradora de Oxfam, declaró el 19 de mayo que seis de los refugios que apoyaban en Jabalia, en el norte de Gaza, que ya estaban abarrotados, habían quedado completamente destruidos por los bombardeos israelíes. Los refugios contaban con servicios médicos y acogían a desplazados de las zonas circundantes del norte. Los miembros del personal que huyeron de la zona regresaron para encontrar las camas quemadas de los pacientes y los equipos y suministros médicos críticos destruidos.
En el sur de Gaza, el flujo de ayuda se ha cortado por completo. Todas las panaderías de Rafah se han visto obligadas a cerrar. La escasez de suministros, la imposibilidad de acceder a los almacenes que almacenan la ayuda y la inseguridad han obligado a las ONG a suspender las distribuciones en el sur, y puede que pronto se vean obligadas a suspenderlas en Jan Yunis, Deir al-Balah y la ciudad de Gaza, ya que los suministros se están agotando rápidamente. Muchos palestinos sobreviven ahora con menos del 3% de sus necesidades diarias de agua, mientras las temperaturas suben peligrosamente y enfermedades como la diarrea y la hepatitis se propagan con rapidez.
Los anuncios de nuevos pasos fronterizos y otras iniciativas, como el nuevo «dique flotante», han creado una ilusión de mejora, pero en gran medida no han sido más que cambios cosméticos. Entre el 7 y el 27 de mayo, poco más de 1.000 camiones cargados de ayuda entraron en Gaza a través de todos los pasos fronterizos combinados, incluido el recién construido «dique flotante», según los recuentos de la ONU. Se trata de una cifra alarmantemente baja si se tiene en cuenta que las necesidades humanitarias de los 2,2 millones de habitantes de Gaza se han disparado, y mucho más baja si se compara con la mayoría de los periodos de los últimos siete meses.
El paso fronterizo de Rafah, uno de los principales puntos de entrada de trabajadores humanitarios y ayuda a Gaza, lleva cerrado desde el 7 de mayo, cuando las fuerzas israelíes tomaron el paso. Mientras tanto, más de 2.000 camiones de ayuda siguen esperando en Arish (Egipto) a que Israel les permita la entrada, con alimentos pudriéndose y medicinas caducando mientras las familias se enfrentan a mayores niveles de inanición a pocos kilómetros de distancia. Aunque Kerem Shalom permanece oficialmente abierto, se ha dado prioridad a los camiones comerciales, y el movimiento de la ayuda sigue siendo impredecible, inconsistente y críticamente bajo.
Las ONG siguen pidiendo un alto el fuego inmediato y sostenido para salvar y proteger, así como rutas seguras y predecibles para llevar la ayuda a Gaza y a través de ella. Todas las partes deben proteger el acceso humanitario y la entrega de la ayuda. Las organizaciones piden a las partes beligerantes que se acojan al derecho internacional humanitario y a Israel que respete las sentencias de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), incluida su orden más reciente de que Israel detenga su ofensiva militar sobre Rafah. La comunidad internacional, incluidos los gobiernos de terceros países y los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, siguen estando obligados por el derecho internacional humanitario y las sentencias de la CIJ a garantizar la protección de los palestinos.
Las ONG están trabajando sin descanso, intentando suministrar ayuda vital en las circunstancias más imposibles, pero poco más se puede hacer si los Estados siguen eludiendo sus obligaciones legales y su responsabilidad moral de garantizar un alto el fuego.
Más información
- Las organizaciones humanitarias han advertido en repetidas ocasiones de que cualquier intento de hacer llegar ayuda a Gaza por aire y mar -que siguen siendo ineficaces, costosos e incluso peligrosos- no puede sustituir a los cruces terrestres y corre el riesgo de convertirse en una distracción a la hora de abordar los obstáculos a los que se enfrentan las organizaciones humanitarias sobre el terreno. La media por día laborable de camiones que entraban en Gaza antes de la crisis era de 500, incluido el combustible.
- Entre el 7 y el 23 de mayo, 906 camiones cargados de ayuda entraron en la Franja de Gaza a través de todos los pasos fronterizos terrestres y marítimos combinados, y otros 160 camiones cargados de ayuda entraron entre el 24 y el 26 de mayo, sumando un total de 1.066.
- Más de 81.026 palestinos y palestinas de Gaza siguen gravemente heridos y todas las evacuaciones médicas fuera de Gaza se han paralizado desde que Israel tomó el paso fronterizo de Rafah el 7 de mayo. Se calcula que 14.000 pacientes gravemente enfermos y heridos necesitan recibir tratamiento vital en el extranjero.
- Un total de 4.500 camiones, tanto comerciales como de ayuda, siguen esperando en el lado egipcio del paso fronterizo de Rafah.
- En el paso terrestre de Kerem Shalom, las autoridades israelíes están dando prioridad a los camiones comerciales sobre los de ayuda, lo que significa que los alimentos y otros suministros que entran no llegarán a los más desesperadamente necesitados.
- El acceso a través de Erez Oeste (Zikim) sigue gravemente restringido.
- Más de 266 trabajadores humanitarios, la mayoría palestinos, han muerto.
- Desde el 7 de mayo, las organizaciones humanitarias del Grupo Logístico no han podido acceder a las instalaciones de almacenamiento, facilitar servicios de almacenamiento ni operar el sistema de notificación de cargamentos para apoyar a los agentes humanitarios.
- El 7 de mayo, más de 450.000 personas se encontraban en la zona de Al-Mawasi, según la UNRWA, y este número ha aumentado desde que se intensificaron los ataques contra Rafah.
Organizaciones firmantes
1. Premiere Urgence Internationale
2. Médicos del Mundo Francia
3. Médicos del Mundo Suiza
4. Médicos del Mundo España
5. Consejo Danés para los Refugiados
6. Consejo Noruego para los Refugiados
7. CARE Internacional
8. Médicos Sin Fronteras (MSF)
9. Oxfam
10. Save the Children Internacional
11. Plan Internacional
12. Amnistía Internacional
13. ActionAid Internacional
14. Humanidad e Inclusión/ Handicap International (HI)
15. Ayuda Popular Noruega
16. Alianza War Child
17. Secours Islamique France
18. Acción por la Humanidad
19. Ayuda Islámica
20. Mercy Corps