MENAS ES UN ESTIGMA,
SON NIÑOS Y NIÑAS SOLOS
La palabra MENAS está en auge. No por los motivos que desearíamos, o sea por estar preparados como país para acoger a los niños y niñas que llegan solos, sino por una utilización despectiva de este acrónimo técnico que describe la situación de los niños, niñas y adolescentes que han migrado a España sin estar acompañados por un adulto.
En principio la palabra mena (Menores Extranjeros No Acompañados) es un término neutro que se utiliza en el ámbito legal y en estudios sobre migraciones, pero últimamente constatamos que hablar de menas es una forma de categorizar, ocultando el aspecto más humano de esta condición, una forma de esconder un hecho fundamental: hablamos de niños, niñas y adolescentes que no pudiendo contar con la protección de un adulto o familiar son condenados a la invisibilidad y la exclusión social.
Analizamos el dato de los "4.700 euros por MENA" y todos los factores que no tiene en consideración.
MÁS ALLÁ DE LOS TERMINOS
El uso despectivo de la palabra MENAS nos hace reflexionar. Creemos que tenemos que empeñarnos todos en un cambio del lenguaje, aunque esto sin duda no es la única clave. El uso del término MENA está estrictamente asociado a su connotación, pero antes de todo es necesario actuar para desmontar los prejuicios que acompañan a estos menores.
Nos enfrentamos cada vez con más frecuencia al estigma y a la criminalización que sufren los menores migrantes no acompañados. Es cierto que la palabra MENA “cosifica” y “deshumaniza”, porque ya está cargada de negatividad y contribuye a que la gente olvide la continua vulneración de sus derechos por parte de las administraciones públicas.
Utilizando MENA no estamos viendo las cosas como son, y se utiliza un término que intenta aislar. Pero, a la vez, no es suficiente centrarnos en la terminología. Es fundamental conocer su realidad y ver las propuestas y respuestas que podemos dar como sociedad a estos niños y niñas tan vulnerables.
DELINCUENTES NO: SON NIÑOS Y NIÑAS
Para tener una visión más completa de la realidad y la vida de los niños y niñas migrantes tenemos que ser conscientes de los cifras y los datos que hay detrás de cada uno de ellos.
Durante el año 2018, se registraron en España 6.991 nuevas llegadas de menores migrantes sin referente familiar. Esta cifra es una estimación debido a las grandes dificultades en la identificación de la minoría de edad, y a la poca fiabilidad del procedimiento de determinación de la edad utilizado. Podrían ser muchos más.
La gran mayoría de menores migrantes sin referente familiar, alrededor del 70%, están en el sistema de acogida de Andalucía, Ceuta, Melilla, Catalunya y Euskadi. El número de niños y niñas tutelados en España en 2018 fue de 13.405. De los cuales, 12.448 son niños y 957 niñas.
Otro factor a tener en cuenta es que, más allá de determinadas noticias o discursos, los MENA no son delincuentes. Hay que remarcar como la mayoría de estos jóvenes no ha mantenido nunca conductas delictivas en su vida. No podemos suponer que cada vez que se abre un centro de acogida en un determinado lugar, esos adolescentes cometerán actos delictivos.
Es una obligación de toda la sociedad permitir que se garanticen los derechos de estos menores ante su situación de extrema vulnerabilidad. Por ejemplo, en Andalucía sólo el 0,52% de los adolescentes migrantes que han sido acogidos por el sistema de protección desde 2015 ha tenido medidas judiciales de internamiento por la comisión de algún delito.
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NUESTRAS PROPUESTAS
Nuestra organización pide que no se criminalice a los y las adolescentes migrantes sin referentes familiares en España y que se dejen de estigmatizar usando el término MENA. Demandamos que el Gobierno de España ponga en marcha una estrategia para su protección e inclusión. Esto pasa por mecanismos de co-responsabilidad y reparto de las tareas entre los actores a nivel estatal, autonómico y local. Por lo tanto, es necesaria una gestión de las migraciones responsable y sostenible a través de un enfoque integral, que garantice el respecto a los derechos humanos.
Entre las medidas con enfoque de infancia en España, una de las condiciones fundamentales es el cumplimento de los estándares internacionales. España tiene que tener un mecanismo trans-fronterizo para la protección y la entrada segura de las personas menores de edad.
Otra de las exigencias principales es asegurar un adecuado nivel de protección en todas las comunidades autónomas: acogimiento familiar, acogimiento residencial en pequeña escala y con tutorización personalizada, tutores y asesores imparciales y estables.
Por último, pero no menos importante, hay que garantizar a los niños y adolescentes que lleguen solos un nuevo procedimiento de determinación de la edad respetuoso de los derechos de la infancia.