• La pobreza infantil severa aumenta 1´17 puntos en Andalucía en el último año, afectando al 16,18% de los niños y las niñas
• Más de la mitad de los hogares monomarentales en Andalucía está en situación de pobreza, 10,73 puntos porcentuales más que en 2022.
• El 13,32% de los niños y niñas andaluces no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días, un 3,25 puntos porcentuales más que en 2022
Sevilla, 27 de febrero de 2024. Un 29,20% de las personas menores de 18 años en Andalucía se encontraba en situación de pobreza en 2023, frente al 28,9% de los menores en el resto del país. Así lo revela el análisis que ha hecho Save the Children a raíz de la última la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2023 del Instituto Nacional de Estadística publicada ayer. En total, el número de niños y niñas en situación de pobreza en la comunidad en 2023 era de 452.709. Si comparamos estas cifras con las del año anterior, supone un ligero descenso de 0,21 puntos porcentuales, cuando la tasa se situaba en el 29,41%. A pesar de esta imperceptible bajada, la organización alerta de que la pobreza infantil sigue superando a la pobreza general, que se sitúa en Andalucía en el 19,53%, (en el anterior ejercicio era de 20,51%).
En cuanto a la tasa de pobreza severa infantil en Andalucía, esta ha aumentado hasta el 16,18% (1,17 puntos porcentuales más con respecto a 2022). El número de niños, niñas y adolescentes en esta situación en la comunidad es de 250.841,5. Además, sigue persistiendo la brecha entre la pobreza severa de niños, niñas y adolescentes y la del conjunto de la población andaluza, que se mantiene en el 9,4%. A nivel estatal, esta tasa se eleva ligeramente hasta el 13,7% (0,19 puntos porcentuales con respecto a 2022).
Save the Children recuerda que vivir bajo el umbral de la pobreza en Andalucía significa, en el caso de un hogar compuesto por dos personas adultas y dos menores de edad, ingresar menos de 19.160,10€ euros al año.
Tras unos años marcados por el impacto de la pandemia y la inflación, las tasas de pobreza infantil en Andalucía siguen siendo inasumibles”, asegura Irene Santos, portavoz de Save the Children en Andalucía. “Si bien es verdad que el crecimiento generalizado de los ingresos eleva los umbrales de renta con los que se calculan estas tasas, el estancamiento de la pobreza infantil no se explica sólo por ello”. Santos señala que “las tasas de carencia material que afectan a los niños, niñas y adolescentes vuelven a subir desde niveles ya muy altos”. Además, se observa un “desacople entre la población general y la infancia: son los niños, niñas y adolescentes quienes están siendo más afectados por la inflación acumulada”.
Save the Children considera que es importante tener en cuenta el crecimiento generalizado de los ingresos medios. Por un lado, la organización valora muy positivamente dicho aumento de la renta media por hogar, de hasta un 8,1% para el conjunto de hogares. Ello afecta también al análisis que hace la entidad. Las tasas de pobreza se calculan en función de las rentas de todos los hogares. Por ello, si la renta del total de los hogares sube, aumentará también el umbral de la pobreza. Un hogar compuesto por dos personas adultas y dos niños con ingresos anuales de 21.200 euros —unos 1.766 euros mensuales para 4 personas—, en la ECV de 2022 no se habrían considerado en riesgo de pobreza, pero con un umbral de pobreza más alto, sí que lo son. Si se calcula la tasa de pobreza infantil de la ECV de 2023 con los umbrales de 2022, obtendría un 24,5% de pobreza infantil. De esta forma, una parte de la subida de la pobreza infantil se debe al “efecto umbral”.
Esta consideración no quiere decir que la subida sea "artificial". De hecho, Save the Children considera que muestra de manera preocupante cómo los ingresos de las familias con niños y niñas a cargo no han subido de la misma manera que otros hogares: cuando se observan las tasas de pobreza por grupos de edad, en todos ellos han bajado, excepto en la de menores de edad. Además, las tasas de carencia material en niños y niñas, variables que no se ven afectadas por umbrales monetarios, crecen desde valores ya muy altos.
Analizando la encuesta con una perspectiva más amplia, el impacto de la pobreza y la exclusión social en Andalucía asciende hasta el 38,45% si a la tasa de pobreza se le añaden la carencia material y social severa y la baja intensidad laboral (personas mayores de 18 años que han trabajado menos del 20% de su potencial de empleo en un año), alcanzando a 593.259,57 niños, niñas y adolescentes, frente al 36,59% del año pasado. En España, la tasa sería del 34,5%, frente al 32,2% del año pasado. Las tres dimensiones constituyen la tasa de pobreza y exclusión (AROPE), que es el indicador común europeo definido por Eurostat.
Asimismo, la carencia material y social severa en Andalucía ha aumentado, afectando al 16,92% de niños, niñas y adolescentes, es decir, sube 3,21 puntos porcentuales. A nivel estatal, la tasa sería del 12,3%, 2 puntos porcentuales más que el año anterior. Según Save the Children, esto apunta al impacto de la dimensión más aguda de la pobreza infantil y su relación con la escalada de precios de los últimos años, que impide el acceso a bienes y servicios esenciales para unas condiciones de vida y bienestar mínimos para la infancia a 261.111,426 niños, niñas y adolescentes en España.
El incremento de los niños, niñas y adolescentes que no tienen acceso a al menos dos raciones de carne, pollo o equivalente a la semana también es preocupante en Andalucía. Son el 13,32% del total frente al 10,07% de la ECV 2022. En España, la cifra sería del 7% del total frente al 5,9% de la edición anterior. Supone un incremento de 3,25 puntos porcentuales en un contexto de continuado aumento de los precios de los productos de alimentación. La carestía de la alimentación está golpeando de manera más grave a la infancia.
Algunos de los elementos contemplados en el análisis de la carencia material han experimentado cambios reseñables. Especialmente grave es que un 23,95% (20,44% en 2022) de niños y niñas viven en hogares que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada, hecho que supone un aumento de 3,51 puntos porcentuales. En España, se ha pasado del 16,1% de la ECV 2022 al 19,9%. En cambio, ha descendido ligeramente el porcentaje de niños y niñas cuyas familias han tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...), desde el 20,14% en la anterior ECV hasta el 19,51% actual (del 16,7% al 16,4% actual a nivel estatal).
Tener hijos como factor de riesgo de pobreza
Nuevamente, los hogares con hijos e hijas menores de edad se enfrentan a mayores tasas de pobreza en Andalucía. El 26,21% de estos hogares se encuentran bajo el umbral de la pobreza relativa, frente al 11,74% de los hogares sin menores de edad a cargo. En el anterior ejercicio, eran 25,20% frente al 14,95%. A nivel estatal, el 24,9% de estos hogares se encuentran bajo el umbral de la pobreza relativa, frente al 15,2% de los hogares sin menores de edad a cargo. En el anterior ejercicio, eran 24,7% frente al 16%. La diferencia es igualmente significativa en el caso de la pobreza severa en Andalucía (12,97% en los hogares con menores de edad frente al 5,26% en los hogares sin hijos o hijas a cargo). A nivel estatal, 10,8% en los hogares con menores de edad frente al 5,7% en los hogares sin hijos o hijas a cargo. Todo ello pone de relieve la necesidad de las familias con hijos e hijas de contar con ayudas para evitar que la crianza suponga un riesgo de caer en la pobreza.
La situación de los niños y niñas en hogares monomarentales en Andalucía resulta especialmente preocupante puesto que se enfrentan a una tasa de pobreza relativa del 57,57% (46,84% en 2022), ascendiendo 10,73 puntos porcentuales de un año a otro. A nivel estatal, la tasa de pobreza relativa sería del 55% (51,7% en 2022), ascendiendo 3,28 puntos porcentuales de un año a otro. Save the Children reitera que las mujeres están expuestas a una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas. Más de la mitad de los niños y niñas de estos hogares están en una situación especialmente vulnerable en Andalucía, ya que, el 36,46% de ellos se encontraron en pobreza severa en 2023, 10,18 puntos porcentuales más que en la ECV 2022. A nivel estatal, el 31,4% de ellos se encontraron en pobreza severa en 2023, 2,67 puntos porcentuales más que en la ECV 2022.
“Todos estos datos ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas urgentes para reducir la desigualdad a la que hacen frente las familias más vulnerables, así como de evitar que hacer frente a la crianza de niños y niñas se convierta en un factor de empobrecimiento en nuestro país. Es importante poner el foco en políticas que rompan el círculo de transmisión de la pobreza que, en 4 de cada 5 casos, se reproduce de generación en generación”, explica Santos.
La propuesta de Save the Children: apostar por la infancia como inversión de país
La solución a la pobreza infantil requiere políticas desde distintos frentes que atiendan a las diversas dimensiones en las que se manifiesta, según Save the Children. Estas deben entenderse como una inversión en la infancia y, a su vez, en el conjunto de la sociedad ya que contribuirán al pleno desarrollo de los niños y niñas, permitiendo que sus capacidades y talento aporten al sistema productivo, asegurando su prosperidad y bienestar.
Pese a los avances en los últimos años, con la implementación del IMV y su complemento de infancia, entre otras medidas, España sigue lejos de la media europea en la inversión en prestaciones para la infancia. Es de los pocos países europeos que no cuenta con una prestación para todos los niños y las niñas, que sufren las consecuencias del alza de los precios. Es preciso combinar mejoras en medidas focalizadas en los hogares más vulnerables –como el IMV y la Renta Mínima de Inserción Social en Andalucía- con medidas de apoyo extendido a los hogares con niños y niñas.
En la actualidad, España cuenta con una hoja de ruta para la lucha contra la pobreza infantil. El Plan de Acción estatal para la implementación de la Garantía Infantil Europea (GIE) establece el marco y acciones necesarias para garantizar de cara a 2030 el acceso de la infancia en situación de pobreza o exclusión social a servicios clave para su desarrollo. El éxito de su implementación depende de la acción de las distintas administraciones. Los PGE 2024 deben contener partidas presupuestarias para ello, así como los presupuestos autonómicos y municipales. Save the Children advierte del peligro de no aprovechar los fondos europeos para abordar estas cuestiones.