La reciente aprobación de una directiva europea al respecto propiciará la reducción de las conductas abusivas
Nuevo informe: https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2023-06/save-the-children-child-rights-risks-in-global-supply-chains-2023.pdf
Berlín / Madrid, 9 de junio de 2023. De cara al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora cada 12 de junio, Save the Children recuerda que el riesgo para los niños y niñas sigue estando muy extendido en las cadenas mundiales de suministro. Así se recoge en un nuevo informe de la organización elaborado junto a The Centre for Child Rights and Business (Centro para los Derechos de la Infancia y la Empresa). En él se han analizado las industrias manufacturera, agrícola y minera en ocho países: Brasil, Etiopía, India, Indonesia, la República Democrática del Congo, Sri Lanka, Turquía y Vietnam.
Dicho estudio, que lleva por nombre Riesgos para los derechos de los niños y niñas en las cadenas mundiales de suministro: por qué no basta con un planteamiento de "tolerancia cero" ha evaluado 20 riesgos para los derechos de la infancia en cadenas de suministro internacionales entre 2019 y 2022. Como resultado, ha identificado la existencia de trabajo infantil en la mitad de ellas, a pesar de que las empresas habían adoptado un planteamiento de tolerancia cero. Ocho de las diez evaluaciones restantes mostraban un riesgo muy alto de trabajo infantil. Los peores casos se encontraron en la minería, especialmente en la artesanal y a pequeña escala.
"La ropa que llevamos, los teléfonos móviles que utilizamos y los alimentos que comemos pueden haberse producido a expensas de niños y niñas. Esta idea debería preocuparnos a todos", asegura Anne Reiner, responsable de Cadenas de Suministro Sostenibles de Save the Children en Alemania y responsable del informe. "Nuestro estudio muestra que muchos de los trabajadores y trabajadoras que fabrican desde café hasta pilas para nuestro uso diario apenas pueden cubrir la educación de sus hijos e hijas con sus salarios, así que se ven obligados a ponerlos a trabajar", añade.
Para la elaboración del informe se ha entrevistado a unos 2.750 padres y madres y a unos 1.800 niños y niñas, y se mantuvieron conversaciones con otras partes interesadas de las cadenas de suministro y las comunidades. Este análisis demuestra que la inmensa mayoría de los casos de trabajo infantil están ocultos en los niveles más profundos de las cadenas de suministro y en los sectores informales de la economía. Los actuales mecanismos de control de la mayoría de las empresas a menudo sólo conducen a la redistribución del trabajo infantil, no a su eliminación. Por ello, la insuficiencia de ingresos familiares y los elevados costes de la educación aumentan el riesgo de trabajo infantil en todos los sectores, y la falta de formalización en las economías locales lo acentúa más si cabe.
"Empecé a trabajar aquí cuando tenía 13 años", cuenta un joven de 17 años empleado en un negocio familiar. "Trabajo unas nueve horas al día, en épocas de mucho trabajo incluso 13 horas".
La exclusión de jóvenes menores de 18 años del sector formal incrementa el peligro de que se vean abocados a realizar trabajos peligrosos en sectores menos regulados, aunque hubieran alcanzado la edad mínima en su respectivo país para trabajar. Este hecho se debe a las políticas de tolerancia cero de muchas empresas internacionales. Prácticas empresariales como la competitividad muy agresiva en la fijación de precios, los plazos de rotación poco realistas o los volúmenes de pedidos impredecibles agravaban aún más el riesgo.
"Esperamos que nuestro estudio anime a los gobiernos a responsabilizar al sector privado de sus prácticas de aprovisionamiento y motive a las empresas a asumir la responsabilidad de abordar eficazmente las violaciones de los derechos de la infancia en sus cadenas de suministro", pide Claudia Bogdanov, responsable de Alianzas Estratégicas de Save the Children en España. "El futuro de millones de niños y niñas depende de ello".
Una directiva europea necesaria
El Parlamento Europeo aprobó el pasado 1 de junio una nueva directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de derechos humanos y medio ambiente para las empresas en la UE. Esta nueva directiva pretende establecer una serie de normas para que las empresas identifiquen, prevengan y si es necesario mitiguen, el posible impacto negativo de su actividad, como podría ser el trabajo infantil, el trabajo forzado, la contaminación o la degradación medioambiental y la pérdida de diversidad.
“A pesar de que no haya recibido el apoyo de todos los grupos de la cámara, su aprobación es una gran noticia”, asegura Bogdanov. “Las empresas son un agente de cambio social indispensable, necesitamos a las empresas para crear un mundo más justo para los niños, las niñas y los adolescentes. En un contexto donde tanto clientes, empleados e inversores priorizan el compromiso social que tienen las empresas en los países donde operan, apostar por proteger los derechos humanos y derechos de infancia básicos, debe ser una prioridad para seguir siendo una marca relevante”, añade. Save the Children considera imprescindible este tipo de regulación en materia de sostenibilidad por parte de la Unión Europea, pero también entendemos que las empresas necesitan acompañamiento y asesoramiento, como el que puede ofrecer Save the Children u otras entidades, para impulsar una gestión más responsable de su cadena de valor y proteger los derechos de la infancia y los jóvenes trabajadores.