En España, los niños y niñas de hogares pobres tienen más probabilidades de sufrir las consecuencias de la ola de calor extremo porque viven en viviendas menos frescas y espaciosas, y no cuentan con sistemas de refrigeración como el aire acondicionado o ventiladores.
Madrid, lunes 18 de julio de 2022. “En España, estamos ya viviendo la segunda ola de calor de este verano. Nuestra investigación Nacer en un mundo en crisis climática nos muestra que los niños y niñas nacidos en los últimos años se enfrentarán de media a siete veces más olas de calor durante su vida que sus abuelos”, explica Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia en Save the Children. No solo eso, sino que millones de niños y niñas de toda Europa corren el riesgo de padecer enfermedades respiratorias y renales, así como otros riesgos para su salud, a medida que las temperaturas aumentan.
Save the Children pide a los líderes que tomen medidas urgentes ante la crisis climática con el fin de reducir la exposición de los niños y niñas a las peligrosas olas de calor y proteger a las generaciones futuras. “Sin una acción urgente, estaremos dejando un futuro devastador a nuestros hijos e hijas. Si se limita a 1,5 grados el aumento de la temperatura global para mediados de siglo, se conseguirá reducir la exposición de los niños y niñas a las olas de calor un 45%, y a los incendios forestales un 10%”, indica del Moral.
En la última semana, los niños y niñas de Francia, España y Portugal se han enfrentado a una ola de calor extrema e incendios forestales que han obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares. Ya son más de 360 las personas que han muerto por el calor en nuestro país, donde las temperaturas alcanzaron los 45 grados a finales de la semana pasada. En el Reino Unido, por primera vez en la historia, la agencia meteorológica británica emitió una alerta roja por calor excepcional. Se espera que en algunas partes del país experimenten hoy temperaturas de 40 grados.
La crisis climática está haciendo que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y graves. Cuanto más se expongan los niños y niñas al calor extremo, mayor será su riesgo de padecer enfermedades, fiebre y desequilibrios electrolíticos, que pueden provocar alteraciones cardíacas y neurológicas, según un estudio de Lancet. También, la revista médica British Medical Journal detalla que puede causar deshidratación grave, agotamiento e insolación, y que si no se trata puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos, siendo mortal en algunos casos.
Del Moral señala que "la realidad de estas olas de calor no es simplemente más tiempo de ocio en el parque o en la playa. Estas altas temperaturas son peligrosas para nuestra salud y para nuestras vidas, especialmente para los niños y niñas, que son más vulnerables por su desarrollo físico en curso y a su menor capacidad para regular la temperatura corporal”.
ESPAÑA: La renta, factor decisivo para sufrir más las consecuencias de la ola de calor
Save the Children advierte que los niños y niñas que viven en hogares de bajos ingresos corren más riesgo de sufrir las consecuencias de este calor extremo porque “viven en viviendas menos frescas y espaciosas, y no cuentan con sistemas de refrigeración como el aire acondicionado o ventiladores”.
Sisi Condori, madre de tres hijos que participan en los programas de Save the Children, vive en un apartamento de 70 metros cuadrados en Fuenlabrada (Madrid): “no tenemos aire acondicionado y no creo que lo tengamos, es mucho dinero. Contamos con un ventilador para los cinco que vivimos en el piso, pero al encenderlo se va la luz porque tenemos una potencia [contratada] muy baja para toda la casa”. Sisi se las ingenia para que sus hijos no sufran esta ola de calor, sobre todo el mayor que sufre crisis de epilepsia más graves por el calor, “utilizamos una pistola de agua, toallas y almohadas mojadas en la cama para refrescarnos".
El aumento de los costes energéticos y el coste de la vida también están haciendo que las familias se vean obligadas a elegir entre pagar la electricidad para los ventiladores, frigoríficos y congeladores o alimentar a sus hijos. Sisi reconoce que en verano reduce al máximo sus gastos, que apenas consume carne, no salen de vacaciones, tampoco salen a cenar o comer, ni tampoco al cine. “Es un poco duro para los niños pero cuando no se puede, no se puede”.
La crisis climática afecta con más fuerza y de forma desproporcionada a los niños y niñas de los países de ingresos bajos y medios. "El mundo tiene los recursos y las herramientas necesarias para garantizar el bienestar de todos los niños y niñas. Necesitamos que los líderes hagan todo lo que esté en su mano para limitar la temperatura global, y que establezcan planes adecuados para ayudar a las comunidades a adaptarse a nuestra nueva normalidad”, dice la experta.
Las escuelas necesitan adaptarse a las olas de calor
Save the Children recomienda que, de cara al próximo curso, las adaminsitraciones educativas desarrollen un plan de mejora de las infraestructuras educativas –especialmente los centros más degradados–, incluyendo comedores, climatización, aislamiento y entornos verdes, energéticamente eficientes y que permitan aprovechar las instalaciones en verano "Los fondos de recuperación de la Unión Europea son una oportunidad para que los centros educativos inviertan en adaptarse a estos fenómenos extremos que estamos viviendo en España".