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Bucarest, 28 de febrero de 2022. Save the Children está siendo testigo de la gran angustia que miles de niños, niñas y madres ucranianos están viviendo después de que sus vidas hayan sido destrozadas tras las operaciones militares rusas.
Los combates los han obligado a abandonar sus hogares en busca de seguridad y refugio en países vecinos, y ya son más de 500.000 personas desplazadas, según la ONU. Más de 67.000 ya han cruzado a Rumanía, algunas viajando a pie con pocas pertenencias.
A medida que continúan las temperaturas extremas en la región, los niños y las niñas desplazados se han enfrentado a largas noches y días expuestos a condiciones brutales.
Los equipos de Save the Children en Rumanía informan haber visto niños y niñas angustiados, así como a madres con altos niveles de ansiedad. Muchos dejaron atrás a sus padres y esposos después de que las autoridades ordenaran a los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años que se quedaran y lucharan.
“Estamos muy preocupados por los niños, las niñas que huyen de Ucrania y por sus familias, más teniendo en cuenta que ya han sobrevivido a ocho años de conflicto. Están llegando a nuestros espacios seguros fronterizos con gran angustia”, asegura Gabriela Alexandrescu, directora general de Save the Children en Rumanía.
“Aunque estamos viendo que las madres tienen una sensación de alivio porque sus hijos e hijas están a salvo y han encontrado refugio, están aterrorizadas de estar haciendo esto solas. Con los esposos y los padres en Ucrania, las madres son las que velan solas por la vida de sus hijos e hijas”, añade.
Por su parte, Irina Saghoyan, directora de Europa del Este de Save the Children, alerta sobre la magnitud de esta crisis. “lo que estamos viendo en Ucrania podría convertirse en la mayor emergencia humanitaria de Europa desde 2015, cuando una afluencia de personas refugiadas llegó a Europa huyendo de los conflictos en Afganistán, Irak y Siria. Más de 500.000 personas ya han huido de Ucrania y tememos que el número pueda crecer hasta los 5 millones”, explica.
Save the Children está siendo testigo de cómo las necesidades humanitarias se están disparando a un ritmo alarmante. “También estamos experimentando unas temperaturas muy frías, por lo que el desplazamiento conlleva un riesgo aún mayor. Estos niños y niñas están afrontando situaciones a las que nadie a sus edades debería vivir. Es vital que todos los niños y las niñas que ingresan a los países vecinos, incluida Rumanía, estén protegidos y tengan acceso a alimentos, agua limpia, refugio y apoyo para su salud mental”, concluye Saghoyan.
En Rumanía, Save the Children está trabajando con personas migrantes y solicitantes de asilo en cinco centros de acogida. La organización actualmente está realizando una evaluación de necesidades en cuatro campos de refugiados en el noreste de Rumanía y se está preparando para distribuir artículos esenciales, así como para establecer espacios donde los niños y las niñas tengan un lugar seguro para jugar, aprender y sobrellevar el dolor y la pérdida.
Save the Children también está evaluando de forma urgente las necesidades en Polonia y Lituania. La organización hace un llamamiento a los países vecinos para que brinden acceso al asilo, protección y asistencia a todas las personas que huyen de Ucrania, independientemente de su nacionalidad. También pide que los servicios para la infancia estén disponibles de inmediato, incluidos lugares seguros para jugar y aprender, apoyo para la salud física y mental, información adaptada a su edad y reunificación familiar.
Save the Children ha estado operando en Ucrania desde 2014, entregando ayuda humanitaria esencial a los niños, las niñas y sus familias. Esto incluye apoyar su acceso a la educación, brindar apoyo psicosocial, distribuir kits de invierno y kits de higiene y otorgar ayudas en efectivo a las familias para que puedan satisfacer necesidades básicas como alimentos, alquiler y medicamentos, así como para que puedan invertir en nuevos negocios.