25N: Save the Children alerta de que el 23% de las chicas víctimas de violencia de género menores de 18 años con medidas de protección son andaluzas

•    La ONG asegura en su informe No es Amor que la violencia de género se encuentra totalmente instaurada entre las mujeres más jóvenes y adolescentes

•    Adolescentes de los programas en Andalucía opinan sobre lo que #NoEsAmor 

 

Materiales para medios (fotos, entrevistas):https://bit.ly/3j2BGgs

Sevilla, 24 de noviembre de 2021. Save the Children alerta de que el 23% del total de las chicas víctimas de violencia de género menores de 18 años con medidas de protección son andaluzas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 se registraron 118 chicas en Andalucía, mientras que en España fueron 514. Las menores andaluzas de 18 años representan el 1,7% de las mujeres de todas las edades con orden de protección o medidas cautelares por violencia de género en Andalucía (6.813). En España son el 1,8% de un total de 29.215 mujeres de todas las edades en tales situaciones.

Además, según datos del INE, desde 2013 a 2020, 8 menores de edad fueron asesinados en Andalucía por violencia de género contra su madre (37 niños, niñas y adolescentes en España). Del total de los 8 niños y niñas víctimas mortales por violencia de género entre 2003 y 2020 en Andalucía, 7 eran hijas o hijos biológicos del presunto agresor y 8 vivían con su madre y con el presunto agresor. Solo en uno de los casos se habían realizado denuncias previas por maltrato y 3 de los supuestos agresores se suicidaron.

Campaña No es Amor

 

Save the Children, en su informe No es Amor, asegura que la violencia de género se encuentra totalmente instaurada entre las mujeres más jóvenes y adolescentes, tanto entre los propios adolescentes como en las relaciones que existen entre adolescentes y personas adultas. Sin embargo, esta violencia sigue en gran medida oculta e inviabilizada en los datos, campañas y actividades de sensibilización. 



De hecho, en España, solo el 21,7% de las mujeres víctimas violencia de género ha denunciado, según la Macroencuesta de 2019 sobre violencia de género. En el caso de las adolescentes, la organización cree que el número de denuncias podría ser menor, puesto que no hay registros específicos en dicha encuesta. Ante esta situación, Save the Children insiste en la necesidad de que los adolescentes y las adolescentes sean identificados como colectivo específico en los estudios y las encuestas realizadas por los organismos oficiales para conocer la magnitud del problema.

El director en funciones de Save the Children en Andalucía, Javier Cabrera, señala que, además de la invisibilidad en los datos, “las adolescentes que sufren violencia de género encuentran barreras para acceder a servicios de atención integral especializada que aúnen tanto la perspectiva de infancia como la de género. Si queremos prevenir este tipo de violencia, debemos repensar los roles y estereotipos de género, así como mitos y verdades sobre las relaciones”.

Alba sufrió violencia de género cuando tenía 15 años. No sabía que lo que vivía era violencia de género porque “pensaba que solo les pasaba a las mujeres mayores, que no era una cosa de adolescentes”. Save the Children insiste en la necesidad de desterrar esta idea en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, que se celebra cada 25 de noviembre.  

Al no estar en el foco de las campañas de sensibilización contra la violencia de género, las adolescentes no se identifican como víctimas. “Desconocen que controlar el móvil, que les hagan comentarios acerca de la ropa o con quién salen de fiesta sean conductas de violencia de género. A veces incluso lo entienden como un gesto de amor”, indica Cabrera. La construcción de estos modelos amorosos o de relaciones basadas en la desigualdad y en mitos sobre el amor dificultan identificar los comportamientos agresivos, especialmente aquellos que no acaban en una violencia física, sino de control.



También se suman factores propios de las relaciones en esta franja de edad: la intensidad de la primera relación amorosa, la creencia de que ese primer amor será el único y el verdadero, la influencia de la pornografía –el 47,4% de los adolescentes que ha visto contenido pornográfico ha llevado alguna escena a la práctica y no siempre con consentimiento previo, según el informe de Save the Children  Desinformación Sexual– y las redes sociales –que tienen un peso importantísimo y funcionan como una herramienta de celos, control, chantajes y humillaciones–. 



“No es amor que tu pareja te esté diciendo lo que tengas que hacer, que no puedas salir, por ejemplo”, reivindica Cristina (de 11 años), una de las adolescentes que participa en el Programa de Participación Infantil y Juvenil que Save the Children lleva a cabo en el distrito sevillano de Tres Barrios-Amate. Para Basma, de la misma edad, “la violencia de género es cuando un hombre le pega a una mujer”.



Save the Children también recuerda que el 6,2% de las adolescentes de 16 y 17 años han sufrido violencia física por parte de parejas o exparejas, el 6,5% violencia sexual, el 16,7% violencia emocional y el 24,9% violencia psicológica o de control, según la Macroencuesta de 2019 –que solo recoge información a partir de los 16 años–.

Desarrollo andaluz de la Ley de Protección de la Infancia frente a la Violencia



Save the Children pide que esta problemática se aborde desde las actuales herramientas legales con las que se cuenta, teniendo como principal la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, aprobada este año. 



La también reciente aprobación de la Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía es la oportunidad para ser el marco normativo donde asentar el desarrollo de las disposiciones previstas en la mencionada Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia contra la violencia, donde poder dotar de medidas de prevención, detección y atención integral a las niñas y adolescentes víctimas de violencia de género en el territorio. 



“Necesitamos que la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia despliegue todas sus medidas a todos los niveles administrativos. Esta ley, que nos ha situado a la cabeza a nivel mundial en legislación de protección a la infancia, no puede convertirse en papel mojado. Para ello, se debe elaborar ya la Estrategia de Erradicación de Violencia contra la Infancia, que pueda dotar de medidas de prevención, la detención temprana y la atención integral”, concluye Cabrera