Volvimos a Lesbos para comprobar la situación en la que siguen centenares de niños y niñas y pedir una solución para la infancia y sus familias. La isla griega recientemente ha sido conocida por acoger el campo de refugiados más grande de Europa, Moria. Sin embargo, un grave incendio a principios de septiembre de 2020 lo arrasó. La solución no consistió en realojar a las personas que vivían allí a otros países europeos, sino que fueron trasladadas a otro campo igual de indigno: Kara Tepe, a escasos kilómetros.

Hoy por hoy en este nuevo espacio intentan cobijarse personas que han huido de la guerra, provienen principalmente de Afganistán, Siria, Somalia, lugares que desde Save the Children conocemos bien ya que llevamos años trabajando para que la infancia esté protegida, tenga unas condiciones de vida dignas, para que niños y niñas puedan seguir aprendiendo, para que sus familias puedan contar con una mano amiga que les ayude a sobrellevar situaciones extremas.

En Lesbos hemos escuchado muchos testimonios que muestran tanto el recuerdo de la guerra y la salida de su país de origen como de las dificultades y la desesperanza de llevar años atrapados en un campamento de refugiados y sin saber cuánto más tiempo estarán ahí.

Por ejemplo, pudimos hablar con dos hermanas sirias, Amal y Asnad. “Odio el campamento” nos ha dicho sin rodeos la pequeña Asnad refiriéndose a Kara Tepe, “me gustaría estudiar y aprender”, añade. A continuación, compartimos contigo ese testimonio:

Moria ardió, pero los refugiados siguen en Lesbos, ahora en el campamento de Kara Tepe, conocido popularmente como Moria 2. Son menos, entre 3.400 y 5.000 según distintas fuentes, correspondiéndose un veinte por ciento a niños, niñas y adolescentes.

Entre ellos también Karam, un niño de 9 años que recuerda el dramático incendio de Moria y que sueña con salir de este nuevo asentamiento. “La comida no es buena, por eso no como” nos ha llegado a explicar con su mirada profunda y triste. Ese niño y los centenares que siguen en la isla griega se merecen un futuro mejor. Aquí puedes conocer su testimonio:

La situación de la infancia en Lesbos es insostenible. Necesitan salir de ahí cuanto antes y es la responsabilidad del conjunto de la Unión Europea lograrlo. Desde Save the Children pedimos a los países miembros de la UE que lleve a cabo todas las medidas necesarias para acoger y dar asilo a las personas más vulnerables que allí se encuentran, con especial atención a la infancia y haciendo valer el interés superior del niño, para que los niños y las niñas refugiados de Lesbos puedan vivir en condiciones dignas.

NUESTRO TRABAJO EN FAVOR DE LA INFANCIA REFUGIADA

En Save the Children trabajamos con medio millón de profesionales de la salud en más de 40 países para brindar servicios sanitarios vitales. Además, ofrecemos a los niños y niñas más vulnerables protección y atención educativa.

En Oriente Medio desde 2012 desplegamos nuestros equipos de emergencia para llevar a cabo intervenciones humanitarias en Jordania, Líbano, Irak, Egipto, Siria y Afganistán. Nuestra respuesta se centra tanto dentro de las fronteras nacionales como en los países cercanos para intentar cubrir las necesidades básicas de las personas refugiadas. Nuestra intervención se basa principalmente en proporcionar a la infancia apoyo educativo y emocional, protección y alimentos y bienes de primera necesidad.

Trabajamos en Bangladés desde 1970 y actualmente estamos en las zonas más afectadas dando apoyo a niños, niñas y sus familias. Además, estamos trabajando en toda Europa para ayudar a los niños refugiados y sus familias.