campamentos de verano
evitar el olvido veraniego
Después de un año marcado por la pandemia, el verano más que nunca significa libertad, alegría y diversión para los más pequeños. Significa ir a la piscina, a la playa, a la montaña. De pasar tardes de verano jugando sin parar. Compartiendo momentos con amigos y familiares. Viviendo un verano muy verano.
Pero para muchos otros niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad, este periodo no es para nada así. Según datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida, más de 742.000 niños y niñas menores de 18 años en España sufren carencia material severa tras la crisis económica y social de la Covid-19. Se trata de un aumento de más de tres puntos porcentuales respecto al periodo anterior, la cota más elevada desde 2015, lo que demuestra la creciente desigualdad por la pandemia. Los menores que sufren carencia material severa forman parte de familias que no pueden permitirse una comida de carne, pescado o equivalentes al menos cada dos días, mantener la vivienda a temperatura adecuada o atender al pago del alquiler o la hipoteca, además de poder hacer algo en verano, lo que condiciona gravemente su bienestar.
La emergencia social no ha menguado, seguimos inmersos en ella. Por eso, desde Save the Children seguimos apoyando estos meses a las familias que más lo necesitan. Más de 2.500 niños y niñas asisten a nuestros campamentos y colonias urbanas durante estos meses porque si no, no tendrían el verano que todos imaginamos. Es muy importante seguir con estas acciones estivales para proporcionar actividades de ocio y tiempo libre, alimentación, refuerzo educativo y apoyo emocional. Y, sobre todo, para evitar la desconexión del alumnado más desfavorecido durante el verano y para garantizar que los menores con menos recursos tengan las mismas oportunidades.
Nuestro objetivo es que ningún niño o niña se quede atrás ya que este apoyo extra es fundamental para muchas familias que están sufriendo con más fuerza los efectos de la crisis social y económica de la Covid-19 porque ya venían de una situación complicada. En los campamentos y colonias urbanas, los pequeños están en espacios seguros para la infancia en los que tanto el personal de la organización como los niños y las niñas disponen de los recursos sanitarios necesarios tales como mascarillas y geles desinfectantes.
“A mí me gusta venir aquí porque vamos a la piscina, salimos de excursión a parques que tienen tirolina y también porque así podemos socializar más con nuestros compañeros y gente variada. También en la piscina así conocemos a más gente, aunque ahora con la Covid es algo complicado, pero bueno, es casi lo mismo”, cuenta Abrar de 12 años que asiste a las colonias urbanas de Barcelona.
Para muchos otros niños y niñas, como Fatima, de 9 años, estas actividades de verano no solo le sirven para divertirse, aprender y jugar. “Yo prefiero estar aquí porque si no en casa estaría con la tablet que me acaba haciendo daño la vista y, además, tendría que quedarme sola con mis hermanos pequeños. En cambio, aquí aprendo y me divierto. Es mejor.”
La pobreza afecta de manera negativa al bienestar y desarrollo de la infancia. Además, lastra el talento y potencial de nuestra sociedad, Se trata de un problema estructural grave y una vulneración de los derechos de los niños y niñas que, desgraciadamente, estamos normalizando. Y lo más preocupante es que si no actuamos, los efectos de esta pobreza permanecen en el tiempo y, en 4 de cada 5 casos, se transmiten de generación en generación.
Esta campaña de verano que llevamos a cabo se realiza gracias al apoyo de la Fundación ”La Caixa” en el marco del programa de CaixaProinfancia, enfocado a atender a niños y niñas en situación de vulnerabilidad de diversas partes de España.