"Quedarse en el campamento no es bueno, ir a la escuela es mejor"
Alizeh* llegó a Serbia con su madre y un hermano menor cuando tenía 7 años. Ahora tiene 10 años y vive con su familia en un centro de asilo. Poco después de su llegada a Serbia, se matriculó en la escuela, donde conoció a muchos amigos y estableció una buena relación con su maestra.
“Me gusta mi maestra, me ayuda mucho y aprendo mejor con ella”, explicó Alizeh. "Sin embargo, debido al coronavirus, tenemos que quedarnos mucho tiempo en el campamento".
La familia de Alizeh se fue de Irán en 2015. Pasaron tres años en Turquía, tratando de encontrar trabajo y comenzar una nueva vida. El trabajo fue difícil de encontrar y la familia comenzó a perder la esperanza al escuchar las experiencias de otras personas solicitantes de asilo, explicó la madre de la niña, Forouzan* (32 años). "Tenía miedo. La solicitud de nuestros amigos fue rechazada y fueron devueltos a Irán, donde terminaron en una prisión. Quería que mis hijos tuvieran un futuro mejor, así que decidimos intentar llegar a Europa”.
En Serbia, la familia solicitó asilo, pero permanecieron en el centro de asilo debido al largo procedimiento. La pandemia de coronavirus tuvo un gran efecto en sus vidas. La restricción de movimiento introducida como medida de prevención contra el COVID-19 hizo que las familias se sintieran aún más aisladas, en particular los niños y niñas, que dejaron de asistir a la escuela con regularidad.
Save the Children opera un espacio amigable para los niños en el centro de asilo junto con el socio local, Center for Youth Integration. En el espacio amigable para los niños, el equipo ofrece diversas actividades a los niños para brindar apoyo psicosocial y actividades de educación no formal.
El espacio amigable para niñas y niños es un lugar seguro para la infancia en el centro de asilo donde pasan tiempo con amigas y amigos, piden apoyo al equipo de protección infantil o participan en la actividad que más disfrutan. Este espacio cobró una importancia aún mayor en las nuevas circunstancias, por los desafíos de la epidemia de coronavirus. En el espacio amigable para los niños y niñas, usan computadoras para desarrollar y mejorar sus habilidades digitales, aprender inglés y serbio a través de actividades amigables y obtener ayuda para las clases de aprendizaje a distancia y la tarea, si es necesario.
“Quedarse en el campamento no es bueno, ir a la escuela es mejor”, dijo Alizeh. “Vengo aquí para aprender y tengo amigas y amigos en el campamento, así que no echo mucho de menos la escuela. Aprendemos matemáticas e inglés y hacemos varias cosas interesantes”, explicó la niña.
El espacio amigable para los niños opera con las medidas de precaución COVID-19. Cada hora, se forma una fila de niñas y niños frente a la puerta, esperando que el grupo anterior termine con sus actividades para que puedan entrar. Cada media hora, el equipo abre las ventanas para ventilar el espacio.
“Los niños y niñas refugiadas y migrantes, con quienes trabajamos y que vienen al espacio amigable para la infancia, ya han experimentado muchas adversidades”, dice Nina Stamenovic, especialista en educación y supervisora espacial amigable para los niños y niñas. “Para ellas y ellos, tener una sensación de estabilidad y normalidad es de gran importancia, y ahora enfrentan un mayor estrés debido a la pandemia de coronavirus y el aislamiento. Necesitamos asegurarnos de que estén bien informados sobre esta enfermedad, pero también de que se sientan seguros y apoyados para seguir aprendiendo en las nuevas circunstancias, de modo que puedan utilizar su precioso tiempo de infancia de la mejor manera posible".
* Nombres cambiados para proteger la identidad de niñas y niños.
Con el apoyo de la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco en 2020-2021 trabajamos en Serbia y Bosnia y Herzegovina para proteger a los niños y niñas más vulnerables, la infancia migrante y refugiada, para que puedan acceder a oportunidades de aprendizaje en el marco de las medidas de protección, incluyendo la respuesta a las necesidades inmediatas generadas por la COVID-19, y de acuerdo a las normas y estándares internacionales de protección.