• Más de 93.000 niños y niñas han sido asesinados o mutilados en países en guerra en los últimos 10 años, según un nuevo informe de la organización.
• Save the Children pide a los Gobiernos que ratifiquen la declaración liderada por Irlanda para frenar el uso de armas explosivas en zonas pobladas.
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Londres, 20 de noviembre de 2020- En los últimos 10 años, 93.236 niños y niñas han sido asesinados o mutilados en el marco de conflictos armados, una media de 25 niños y niñas cada día, lo que equivale a un aula llena de alumnos. Muchos fueron víctimas de ataques aéreos, bombardeos, minas terrestres y otras armas explosivas utilizadas en zonas pobladas dejando un rastro de familias destrozadas y decenas de miles de niños y niñas asesinados o con cicatrices de por vida. Tan solo el año pasado, las armas explosivas causaron más de un tercio de las víctimas infantiles y las cifras más altas se registraron en Afganistán, Irak y Siria.
El informe “Killed and Maimed: A Generation Of Violations Against Children In Conflict”, publicado hoy con motivo del Día del Niño, documenta que, en 2019, 426 millones de niños y niñas vivían en zonas afectadas por conflictos armados, un ligero incremento con respecto al año anterior. También aumenta el número de niños y niñas que vive en zonas de conflicto de alta intensidad con respecto a 2018, situándose en 160 millones.
Mohammad, de 15 años, vive en la provincia afgana de Mazar con su abuelo. Encontró un objeto explosivo frente a su escuela y se lo llevó a casa. Cuando intentó abrirlo, explotó, hiriéndolo a él y a su primo. Después de varios días hospitalizado, acabó perdiendo la mano. “Al verme con la mano amputada, me invadió la tristeza y fui consciente del error que había cometido llevando el artefacto a casa. En el hospital, pude ver a otras personas con piernas amputadas, que habían perdido los ojos... Al volver a casa, estaba aterrorizado. A veces tenía pesadillas y le decía a mi hermano que durmiera conmigo”, relata Mohammad.
El informe también destaca que en 2019:
• Los países más peligrosos para los niños y niñas en conflicto fueron Siria, Somalia, Afganistán, Yemen, Nigeria, República Democrática del Congo, Malí, República Centroafricana, Irak, Sudán del Sur y Sudán.
• Más de tres millones de niños y niñas vivían en zonas donde la violencia lleva casi 20 años causando estragos.
• El número de niños reclutados por las fuerzas armadas aumentó de los 639 en 2018 a 7.845 en 2019. Solo en la República Democrática del Congo, fueron reclutados más de 3.100 niños.
• En casi 4.500 ocasiones a las organizaciones humanitarias se les negó el acceso para ayudar a los niños y niñas en estas zonas, seis veces más que en 2018.
Este informe es el cuarto de la serie “Stop the war on Children” y repasa las seis violaciones graves (asesinato y mutilación, reclutamiento de niños soldados, violencia sexual, ataques contra escuelas y hospitales, secuestro y negación de acceso a la ayuda humanitaria) cometidas contra la infancia que vive en zonas de conflicto. Durante la última década se verificaron más de 200.000 violaciones de este tipo. Lamentablemente, 2019 batió el récord con 26.233 violaciones graves y es probable que el número real sea aún mayor ya que algunas violaciones, como los abusos sexuales, apenas se denuncian.
“Detrás de estas duras cifras, hay innumerables historias de niños y niñas víctimas de la guerra. Esta situación es consecuencia de las flagrantes violaciones del marco jurídico de protección internacional y la inacción de algunos Gobierno. También hay países que continúan vendiendo armas a las partes en conflicto, incluso teniendo información de que se están utilizando contra la infancia. No podemos seguir permitiéndolo”, insiste Inger Ashing, directora de Save the Children Internacional.
Este fin de semana, los líderes más ricos y poderosos del mundo se reúnen en Arabia Saudí para la cumbre del G20 en Riad. “Mientras, muy cerca de allí, millones de niños y niñas en Yemen no saben cuándo podrán acceder a un plato de comida o si sobrevivirán al próximo ataque aéreo o bombardeos de artillería. Es una oportunidad única para que los líderes mundiales detengan la guerra contra la infancia”, añade Ashing.
Incluso durante la pandemia de la COVID-19, cuando el foco debería estar en la lucha contra el virus, las partes en conflicto continúan matando y mutilando a niños y niñas. A pesar de que la ONU pidió un alto el fuego global en julio, respaldado por 170 países, desde entonces 177 niños y niñas han sido asesinados y mutilados en Yemen, decenas de ellos han muerto o han resultado gravemente heridos en Afganistán y la violencia en la República Democrática del Congo se ha disparado.
A principios de este año, la coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos fue eliminada de la "lista de la vergüenza" de la ONU, que denuncia a los autores de graves violaciones contra la infancia, a pesar de que los niños y niñas en Yemen siguen siendo bombardeados casi a diario.
Para frenar los impactos desastrosos de las armas explosivas en los niños y niñas, Save the Children hace un llamamiento urgente a los Estados para que pongan freno al uso de las armas más dañinas para la infancia, limiten su venta cuando están en juego violaciones graves de derechos internacionales y condenar a quienes no respeten las leyes y normas internacionales. Save the Children también pide a los Estados que apoyen la declaración política liderada por Irlanda destinada a frenar el uso de armas explosivas en áreas pobladas.
Además, la organización insta a los Gobiernos a garantizar la financiación de la protección infantil en el marco de las intervenciones humanitarias, incluido el apoyo a la salud mental de los niños, niñas y sus familias.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.