Ereván, 23 de octubre de 2020. Los niños y las niñas que están huyendo de la violencia de Nagorno Karabaj a Armenia muestran signos de angustia como ansiedad, depresión e insomnio, según ha identificado Save the Children. De las miles de personas afectadas por este conflicto, la gran mayoría son niños y niñas. Si bien un gran número de ellas ha encontrado ya refugio, comida y agua a través de las autoridades locales, familiares y amigos, Save the Children ha encontrado signos de estrés, problemas para dormir y miedo entre los niños y las niñas que buscaban seguridad.
Los combates en Nagorno-Karabaj se han librado durante casi un mes, lo que ha obligado a miles de personas a huir y ha causado numerosas bajas civiles. Las partes en conflicto han acordado el alto el fuego en dos ocasiones, pero la contienda continúa, añadiendo, según Save the Children, más tensión en la vida de los niños y las niñas.
Tras la evaluación por parte de la organización de las necesidades más urgentes de los niños y las niñas en la ciudad armenia de Goris se desprende que muestran signos de ansiedad y falta de sueño, especialmente aquellos que no tienen un familiar que les acompañe. Save the Children también advierte su gran necesidad de conseguir artículos como ropa de abrigo y mantas ante la llegada del invierno.
“Tengo miedo, porque disparan. Se está bien aquí, nos quedaremos aquí [en el refugio], tengo miedo de los aviones", cuenta Aline, una niña de cinco años, a los profesionales de Save the Children. Levon, un niño de siete años, explica: “Estaba demasiado asustado. Espero que mi papá regrese sano y salvo porque me preocupa y lo echo mucho de menos".
Save the Children también ha podido comprobar que las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables: manifiestan una clara angustia emocional y tienen un acceso limitado a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como a los suministros de higiene.
Con un promedio de 400 a 600 llegadas diarias durante las últimas dos semanas, los refugios en Armenia casi han alcanzado su capacidad máxima, según ha podido comprobar Save the Children. La organización afirma que la mayoría de los centros de educación infantil de Goris y las comunidades rurales se utilizan ahora como refugios, a pesar de que no tienen suficientes camas o instalaciones para bañarse, lo que agrava el impacto en el bienestar y la dignidad de los niños y las niñas.
“Algunos de los niños y las niñas han visto cosas terribles. Ahora que se acerca el invierno, las personas vulnerables que huyen del conflicto se enfrentan en condiciones de hacinamiento a la amenaza del frío y las enfermedades. Esto nos preocupa, especialmente con los casos de Covid-19 en fuerte aumento en la zona. Nuestros equipos encontraron un grupo de seis personas, incluidos dos niños y cuatro adultos, alojados en una habitación de 12 metros cuadrados, con solo dos camas, cortes de luz constantes y sin calefacción. Muchos niños tienen que vivir así ahora”, explica Irina Saghoyan, directora de Save the Children para Europa del Este. “La mayoría de ellos vienen con nada más que una pequeña suma de dinero. Tienen que depender de alimentos y refugio gratuitos. Estas personas se enfrentarán a meses muy difíciles a menos que se aborden sus necesidades de inmediato", añade.
Save the Children, junto con socios locales, da apoyo psicosocial para niños, niñas y madres, kits de higiene, ropa de abrigo y kits con materiales para recién nacidos, como pañales, así como transferencia de efectivo para ayudar a cubrir las necesidades básicas de alimentación y ropa.
La organización considera que solo un alto el fuego inmediato y duradero puede poner fin al sufrimiento de los niños y las niñas en Nagorno Karabaj y otras regiones afectadas. Asimismo, hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto para un cese de las hostilidades que garantice la seguridad y protección de toda la población civil.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.