Madrid, 8 de mayo de 2020. Tras semanas de confinamiento en muchos países del mundo y de medidas de aislamiento como el cierre de colegios, necesarias para frenar la expansión de la Covid-19, Save the Children ha entrevistado a más de 6.000 niños, niñas y familias en Alemania, Finlandia, España, Estados Unidos y el Reino Unido para conocer cómo está afectando esta emergencia a su estado emocional y psicológico. La investigación revela que prácticamente uno de cada cuatro niños sufre ansiedad por el aislamiento social y que muchos de ellos corren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos permanentes, incluida la depresión.
Save the Children señala que los sentimientos de impotencia, soledad y miedo a la exclusión, el estigma o la separación de los seres queridos son comunes en cualquier epidemia, pero advierte de que la falta de juegos al aire libre, así como el estrés prolongado, el aburrimiento y el distanciamiento social pueden provocar en los niños y niñas problemas de salud mental.
A pesar de que varios países han comenzado a desbloquear gradualmente las medidas de aislamiento, muchas escuelas permanecen cerradas, afectando a casi 1.300 millones de estudiantes en todo el mundo. Save the Children alerta de que este distanciamiento social y la imposibilidad de ir al colegio deja a los niños y niñas que sufren violencia o pobreza en una situación especialmente vulnerable.
“Las personas que están al aire libre de manera habitual tienen una actividad más baja en la parte del cerebro que se enfoca en las emociones negativas repetitivas. Esta es una de las razones por las que la infancia puede desarrollar sentimientos negativos o incluso depresión durante el confinamiento dentro del hogar”, advierte Anne-Sophie Dybdal, experta en Protección Infantil y Salud Mental de Save the Children.
Las encuestas realizadas recientemente por Save the Children en Estados Unidos y en varios países europeos, reflejan cifras preocupantes sobre la salud mental de muchos niños y niñas. Por ejemplo, en Finlandia, 7 de cada 10 menores participantes en el estudio tenían ansiedad y el 55% sentía fatiga. En el Reino Unido, casi el 60% de los niños y niñas que hizo la encuesta temía que un pariente pudiera enfermar y en Alemania 3 de cada 10 estaban preocupados por no poder terminar el curso escolar. En Estados Unidos un cuarto de los entrevistados sentía ansiedad.
En España, donde Save the Children entrevistó en el inicio de la crisis a casi 2.000 familias con pocos recursos, en 4 de cada 10 hogares los niveles de estrés y problemas de convivencia habían aumentado, en buena medida por las malas condiciones de habitabilidad y el tamaño reducido de las viviendas.
"Tengo miedo. Es una pandemia y las cosas están infectadas. Mi madre sale a trabajar y me da miedo", explica Karla, de 11 años, de Nicaragua. Save the Children también ha hablado con niños y niñas de este país y de Indonesia, donde los resultados fueron similares: la mayoría de los menores afirmó tener miedo a contagiarse o que los miembros de su familia enfermaran por culpa del coronavirus.
“No podemos subestimar el impacto que la pandemia está teniendo en la salud física y mental de los niños y niñas. Están sufriendo muchos cambios, de alto impacto, en un periodo de tiempo muy pequeño. Debemos actuar ahora si queremos evitar problemas mentales a largo plazo”, añade Anne-Sophie Dybdal.
En este sentido, Save the Children hace un llamamiento a todos los gobiernos para que en la respuesta a la crisis por la Covid-19 prioricen e inviertan en la educación y en la salud física y mental de todos los niños y las niñas, especialmente en la de aquellos menores que viven en países en vías de desarrollo y/o afectados por conflictos. La organización insta a los líderes mundiales a que:
- Los niños y niñas tengan acceso a servicios de apoyo durante y después de las medidas de confinamiento. Se debe priorizar el trabajo de los trabajadores sociales, incluso clasificándolos como servicios esenciales, para que tengan los recursos y la capacidad para hacer su trabajo.
- Las escuelas, los servicios sociales y las autoridades supervisen a la infancia durante los periodos de aislamiento. Esto incluye garantizar que la educación online y a distancia sea accesible para todos los niños y niñas, y que contenga mensajes sobre salud, higiene y seguridad.
- Las familias y los profesores deben recibir apoyo para mantener la estructura y la rutina de los niños y niñas, para mantenerles involucrados en las actividades de juego y aprendizaje.
- Se establezcan mecanismos para la detección temprana de posibles problemas de salud. Los cambios repentinos en el comportamiento, la tristeza persistente, la preocupación excesiva, la falta de concentración, los problemas para dormir o el agotamiento pueden derivar una depresión.
Línea de atención psicoterapéutica
En España Save the Children puso en marcha desde el inicio de la emergencia el plan urgente #ATuLado para apoyar a la infancia y a las familias más vulnerables en la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus. La intervención se centra en el acceso a una alimentación básica, el refuerzo escolar y la atención individualizada de profesionales para paliar los efectos del aislamiento, la incertidumbre y el estrés.
La ONG también ha abierto una línea de atención psicoterapéutica online para estas familias y sus trabajadores atienden el bienestar emocional de los menores a través de pautas a sus padres y madres sobre crianza positiva.
Sobre Save the Children
Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.
En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.