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Agua, saneamiento e higiene
Millones de niños beben agua no segura o no potable porque no pueden acceder a agua limpia y millones de niños más no pueden lavarse las manos antes de comer porque simplemente no tienen agua. Ni limpia ni sucia. Si la diarrea sigue siendo hoy una de las razones por la que mueren más niños menores de cinco años en el mundo, en el 90% de los casos la culpable de esas muertes es el agua.
El acceso al agua segura es un derecho fundamental y un factor clave para que los niños puedan sobrevivir y crecer saludablemente. Sin agua, no hay vida.
En las comunidades, trabajamos con personal y voluntarios locales para mejorar hábitos de higiene y de consumo del agua y fomentamos el desarrollo de espacios seguros y limpios para los niños, especialmente en las escuelas. Creemos que el acceso al agua y la higiene debe ser una garantía promovida por los gobiernos, y por eso trabajamos para que se aprueben y revisen las políticas de agua y saneamiento para la población. Apoyamos a las familias en sus hogares para que mejoren la calidad del agua que consumen y para que tanto las casas como las escuelas cuenten con inodoros que permitan a los niños vivir en las condiciones de higiene que necesitan.
Efran y su botella de agua
Antes de que construyéramos letrinas y una bomba de agua en este colegio del distrito de Guldara, en Afganistán, Erfan solía traer una botella de agua a clase que tenía que repartir con su hermano, su primo y muchas veces, también con sus amigos. Para la hora de comer a Erfan nunca le quedaba agua y sin agua para beber le resultaba muy difícil concentrarse en clase.
El trabajo de Save the Children en WaSH
En zonas en conflicto o cuando estalla una emergencia, la gestión del agua cobra todavía más importancia, si cabe. Sin agua potable ni instalaciones adecuadas de saneamiento e higiene, los niños y las niñas -especialmente los que ya sufren desnutrición- se vuelven aún más susceptibles a las enfermedades transmitidas por el agua.
Para prevenir el estallido de una emergencia de salud pública, los servicios de agua, saneamiento e higiene (WaSH, por sus siglas en inglés) deben estar preparados para apoyar a la infancia y a sus comunidades en tiempos de crisis, incluidos los conflictos armados y otros contextos frágiles. El agua potable, los aseos y una buena higiene mantienen a niños y niñas vivos y sanos.