Día de la niña
Kadiatu y Hadiqa
en contra del matrimonio infantil
Desde Save the Children no queríamos dejar pasar el Día Internacional de la Niña sin escuchar y difundir testimonios de jóvenes que tienen que lidiar con la realidad que afecta a 34.500 niñas y adolescentes cada día: el matrimonio infantil. Con motivo de esta jornada mundial, juntos con otras organizaciones, hemos aprovechado para exigir una verdadera protección de las niñas y las mujeres frente al matrimonio infantil, temprano y forzado y apoyar la lucha que vienen liderando organizaciones y activistas en todo el mundo.
Hadiqa y Kadiatu
Este año, han venido a Madrid para dar a conocer la realidad que viven las niñas en sus países, Kadiatu Massaquoi, de Sierra Leona, que contrajo matrimonio con 15 años y que participa en nuestro programa ‘Right to be a Girl’ y Hadiqa Bashir, activista por los derechos de las niñas en Pakistán. Las dos vienen de países lejanos entre sí, pero con en una tasa muy alta de matrimonio forzado en muy temprana edad.
Hadiqa, tiene 17 años y lucha contra el matrimonio infantil y la violencia contra las niñas en su Pakistán. Con 11 años su familia intentó casarla con un desconocido que pidió su mano, pero la joven tuvo la fuerza de negarse y años después, a la edad de 14 años, inició un movimiento llamado Girls United for Human Rights. Con él, promueve la igualdad de género y lucha contra las diferentes formas de ejercer la violencia y discriminación hacia las niñas, en especial el matrimonio forzado.
Kadiatu, también tiene 17 años y es de Sierra Leona, y es víctima de matrimonio infantil forzado. Con 14 años fue obligada a casarse con un hombre más mayor. Abandonó la escuela y pronto tuvo dos hijos. Hoy participa en el proyecto ‘Right to be a Girl’ que desarrollamos en Sierra Leona, donde aprende confección y recibe formación sobre salud, planificación familiar, nutrición e higiene. Su sueño es volver a estudiar para convertirse en enfermera o abogada, en fin, ayudar a otras jóvenes.
Ambas participaron en una rueda de prensa y en el acto “No quiero” en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en la que contaron sus historias personales y cómo están actuando para contribuir a mejorar su situación personal y sensibilizar a cuantas más familias y niñas posibles en sus países de origen.
Cuando vi cómo a mi amiga, a la que casaron con siete años, su marido le había golpeado con alambre de hierro, decidí actuar
El encuentro entre dos realidades
Además de este acto, Kadiatu ha tenido la posibilidad de conocer a María, una chica española de 18 años. El resultado de este encuentro es un vídeo muy emotivo, que puedes ver a continuación, en el que es posible apreciar de primera mano las diferencias socio-culturales que ponen en peligro la libertad de muchas niñas y adolescentes en el mundo.
Los números son alarmantes
Por regiones, los niveles de matrimonio infantil más altos están en África subsahariana, donde aproximadamente 4 de cada 10 mujeres jóvenes se ven obligadas a casarse antes de los 18 años, seguidas del sur de Asia, donde lo hacen 3 de cada 10. La tercera en nivel de prevalencia a nivel mundial es América Latina y Caribe (23% en 2017) y por último Oriente Medio y África del Norte (17%) y Europa oriental y Asia central (11%).
Por países, aquellos en los que más mujeres de 20 a 24 años fueron casadas antes de los 15 años son Chad (30%), República Centroafricana (29%), Níger (28%), Bangladesh (22%) y Guinea (19%); y los países en los que lo hicieron antes de los 18 años son Níger (76%), República Centroafricana (68%), Chad (67%), Bangladesh (59%) y Mali (52%).
Causas y propuestas
La discriminación y la desigualdad de género, la pobreza, algunas costumbres que implican usar a las niñas como moneda de cambio, y otros motivos como eludir a la justicia (y no responder ante actos de agresión sexual, violación o secuestro) o proteger el supuesto honor de un clan son algunas de las causas de los matrimonios infantiles que se deben tener en cuenta a la hora de buscar posibles soluciones.
Por esta razón exigimos a los Estados que redoblen sus esfuerzos para poner fin a esta violación de derechos humanos, y a las autoridades españolas que incluyan en las agendas políticas cuestiones destinadas a poner fin al matrimonio infantil y forzado. Al mismo tiempo, los gobiernos tienen que destinar recursos suficientes a proyectos de cooperación que tengan como objetivo fomentar que se ponga fin a esta lacra.