Wendy. Honduras.
Wendy fue violada con 14 años. La drogaron y cuando recuperó la consciencia estaba desnuda en la cama con un hombre encima. Se quedó embarazada y decidió tener a su hija, Lía.
Vivir con miedo a salir a la calle
Ese ataque no fue el único que sufrió. Un año después, con 15 años, fue de nuevo atacada. Esta vez un hombre con un arma la disparó.
En ocasiones ella piensa que ha sido su culpa, pero gracias al apoyo está recibiendo de Save the Children en el DIF o centro de internamiento, está volviendo a creer en ella. Ha conseguido entender que ella no es culpable, sino víctima de la violencia. Ha vuelto a pensar que ella es dueña de su futuro.
Wendy quiere estudiar para ser estilista y tener un salón de belleza. Sueña con un vivir en lugar donde sea respetada, en el que nadie vuelva a atacarla como le ha pasado hasta ahora.
Quiero poder darle todo a mi hija y poder ayudar a mi mamá.
Migrar no es un delito
Anualmente miles de niños y niñas emprenden un peligroso viaje a Estados Unidos. Lo hacen huyendo de situaciones terribles de pobreza y violencia para encontrarse con los actos hostiles del presidente Trump que les amenaza constantemente a las personas que están migrando y las tacha de delicuentes.
Firma nuestra petición y dile al presidente Trump que tenemos tolerancia cero con las políticas que no ponen en primer lugar los intereses de la infancia.