Los niños migrantes
no son delincuentes
Me dijeron que le llamaban “La Bestia”. Me sorprendí “¿y la bestia, por qué le llaman la bestia?”
Nunca en su vida había visto un tren tan grande. Entero hecho de metal. Sin duda le han puesto un nombre más que certero.
Luis salió de casa sin avisar a nadie, ni a su madre. Su único sueño era poder estudiar y no quería que nadie le parase.
Después de haber vivido de todo en el tren de la bestia (violaciones, robos, asesinatos), un día se levantó enfermo por la deshidratación y la falta de alimentos. Un mareo hizo que se cayese del tren y La Bestia le pasase por encima de la pierna perdiéndola para siempre.
Su vida nunca volverá a ser igual.
Migrar no es un delito
Anualmente miles de niños y niñas emprenden un peligroso viaje a Estados Unidos. Lo hacen huyendo de situaciones terribles de pobreza y violencia para encontrarse con los actos hostiles del presidente Trump que les amenaza constantemente a las personas que están migrando y las tacha de delicuentes.
Firma nuestra petición y dile al presidente Trump que tenemos tolerancia cero con las políticas que no ponen en primer lugar los intereses de la infancia.